El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, manifestó su preocupación por una serie de medidas de mano dura adoptadas para dispersar y desmantelar las protestas en los campus universitarios de los Estados Unidos de América.
“La libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica son fundamentales para la sociedad, especialmente cuando hay grandes desacuerdos sobre cuestiones importantes, como ocurre en relación con el conflicto en el territorio palestino ocupado e Israel”, dijo Türk.
En las últimas semanas, miles de estudiantes universitarios estadounidenses han estado protestando contra la guerra en Gaza, donde Israel, apoyado por los EE. UU. ataca a una población que carece de fuerzas armadas.
Como se sabe, hasta el momento Israel ha asesinado a más de 34,500 palestinos, sin tener en cuenta a los cuerpos no extraídos de las ruinas de Gaza. La mayoría de los muertos son civiles, entre niños y mujeres. Además de los muertos, miles está mutilados por los ataques israelíes que constituyen crímenes de guerra, entre otros, por ser lanzados contra hospitales, escuelas de la ONU, edificios residenciales, campos de refugiados, etc. Además, el régimen sionista de Benjamin Netanyahu insiste en impedir el ingreso a Gaza de ayuda humanitaria lo cual está causando hambre y muerte de niños. Adicionalmente ha asesinado a más de 142 periodistas para evitar que reporten en toda su crudeza los crímenes israelíes.
En los últimos días se suceden manifestaciones a gran escala en universidades de otros países. Muchas de las protestas se han realizado sin incidentes y continúan. Sin embargo, en varios lugares las fuerzas de seguridad han dispersado o desmantelado las protestas. Cientos de estudiantes han sido arrestados. Muchos han sido liberados posteriormente, mientras que otros aún enfrentan cargos o sanciones académicas, lo cual amenaza la libertad de expresión.
Las medidas adoptadas por las autoridades universitarias y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley para restringir dicha expresión deben ser examinadas cuidadosamente, para garantizar que dichas medidas no vayan más allá de lo que es demostrablemente necesario para proteger los derechos y libertades de otros, o para otro objetivo legítimo, como el mantenimiento del derecho público, salud u orden, dijo Türk. “Me preocupa que algunas de las acciones policiales en una serie de universidades parezcan desproporcionadas en sus impactos”, dijo.
Türk enfatizó que la conducta y el discurso antisemitas eran totalmente inaceptables y profundamente perturbadores. La conducta y los discursos antiárabes y antipalestinos eran igualmente reprensibles, afirmó.
“La incitación a la violencia o al odio por motivos de identidad o puntos de vista, ya sean reales o supuestos, debe ser repudiada enérgicamente”, afirmó. “Ya hemos visto que una retórica tan peligrosa puede conducir rápidamente a una violencia real”.
“Esa conducta puede y debe abordarse individualmente, en lugar de adoptar medidas radicales que imputen a todos los miembros de una protesta los puntos de vista inaceptables de unos pocos. Aquí, como en otros lugares, las respuestas de las universidades y las fuerzas del orden deben guiarse por las normas de derechos humanos, permitiendo un debate vibrante y protegiendo espacios seguros para todos”.
El Alto Comisionado destacó que cualquier restricción a la libertad de expresión y al derecho de reunión pacífica debe guiarse estrictamente por los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad. Estas normas también deben aplicarse sin discriminación, añadió.
“Las universidades estadounidenses tienen una fuerte tradición histórica de activismo estudiantil, debate estridente y libertad de expresión y reunión pacífica”, dijo Türk y añadió que “debe quedar claro que el ejercicio legítimo de la libertad de expresión no puede confundirse con la incitación a la violencia y al odio”.