Adrián Salbuchi*
Cuando Israel invadió el sur del Líbano a mediados de 2006 se vio ignominiosamente rechazado por un Hezbolá respaldado por Irán. Desde entonces, el Estado judío ha entrado en el trance de “hay que aniquilar a Irán”, haciendo lo imposible para arrastrar a EE. UU. a su guerra contra Irán. Casi siete años después, las “ventanas de oportunidad” para Israel se van cerrando rápidamente.
“¡Mi hermano mayor te va a dar una paliza...!”
Este viene siendo el mensaje implícito de Israel a Irán. Mientras Bush Junior, Dick Cheney, Condoleeza Rice y los neoconservadores gobernaban en Washington, asociar a EE. UU. a este esfuerzo belicista contra Irán no era demasiado difícil. Especialmente considerando que Israel siempre cuenta “con una ayudita de sus amigos” dentro de EE. UU.: el poderoso “lobby” proisraelí liderado por AIPAC (American Israeli Public Affairs Committee).