El cepillado de dientes previene males cardiacos
Las bacterias utilizan a las plaquetas como armadura contra los antibióticos y los glóbulos blancos
Mantener los dientes limpios puede evitar los ataques cardiacos, según estudios de la Universidad de Bristol y del Royal College of Surgeons de Irlanda.
Cuando las personas descuidan su aseo dental, unos 100 tipos diferentes de bacterias pueden ingresar a la corriente sanguínea, explicaron.
Si el aseo se suma al sangrado de encías, las variedades de bacterias que pueden entrar al torrente sanguíneo son 700, por ello recomiendan una buena limpieza bucal, pues todas estas bacterias hacen a las personas más proclives a padecer un ataque cardiaco, así sea saludable y de buena constitución física.
Hasta ahora se conocía que las dolencias de las encías causan mal aliento, sangrado y, si no se tratan, pueden perderse las piezas dentales, pero el riesgo mayor para la salud, siendo los males cardiacos una de las principales causas de muerte, es el ingreso de numerosas bacterias a la sangre.
Entre las bacterias más comunes presentes en la boca se encuentran el estreptococo y el estreptococo sanguini. Estas y otras bacterias interactúan muy mal con las células sanguíneas.
Un tratamiento efectivo puede ser una terapia antibiótica efectiva, pero el peligro se incrementa en la medida en que cada vez aumentan las bacterias resistentes a estos tratamientos.
Este estudio fundamenta una relación entre las dolencias de las encías, los males cardiacos y los derrames cerebrales; se evidenció que se reproducen las condiciones en las cuales las bacterias causantes de males cardiacos se vuelven inmunes al ataque de los antibióticos.
Las bacterias interactúan con las plaquetas —células que ayudan a la coagulación de la sangre— de una manera en que no se había pensado porque los estudios previos no se realizaron en condiciones que asemejen el sistema circulatorio, como sí lo hizo este trabajo, que incluyó la medida de la presión en los vasos sanguíneos y en la sangre.
Lo preocupante fue observar que las bacterias se encapsulan en las plaquetas formando una caparazón con la que se protegen de la acción del sistema inmunológico, que debería matar a las bacterias mediante los glóbulos blancos, y de la acción de los antibióticos. Esta adherencia de las bacterias a las plaquetas se produce en la boca.
El equipo que observó estos comportamientos de la bacteria y el incremento del riesgo de los males cardiacos, no obstante no tiene todavía claro el mecanismo que induce los problemas al corazón.
Una explicación podría ser que las bacterias que salen de las encías infectadas pueden incrementar la probabilidad de que las arterias queden bloqueadas. Las bacterias que invaden la corriente sanguínea podrían activar el sistema inmunológico y producir inflamación y estrechamiento de las paredes arteriales; o tal vez podrían adherirse directamente a los depósitos grasosos existentes en las arterias, lo que estrecharía después el interior de las arterias.
Estas reacciones podrían causar coágulos, los que se podrían desprender y llegar hasta el corazón, lo que podría ser más preocupante tratándose del ventrículo.
Estemos avisados, las bacterias resultaron lo suficientemente listas como para ir a la batalla contra el cuerpo premunidas de una armadura plaquetaria.