via congestionadaLos niños de diez años que viven en calles con fuerte tráfico incrementa el riesgo de sufrir diabetes al aumentar la resistencia a la insulina, sostiene un estudio científico realizado por el Centro Alemán de Investigación de Salud Ambiental de Neuherberg.

El mal, precursor de la diabetes tipo 2,  reduce la capacidad del cuerpo de controlar el azúcar en la sangre a través de la hormona insulina.

El efecto se observó en dos clases de contaminación por tráfico en 397 niños, en los cuales se tomaron muestras de sangre, a la vez que se midieron los niveles de contaminantes en las zonas de residencia de estos menores, indica el estudio publicado en la última edición de la revista Diabetologia.

Por cada alza de grado de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), y partículas de emisiones diesel, el riesgo de resistencia a la insulina se incrementó 17% y 19% respectivamente.

El riesgo también subió 7% por cada 500 yardas (unos 460 metros) de cercanía a una avenida principal en las zonas donde vivían los chicos.

El doctor Joachim Heinrich, de dicho centro de investigación, explicó que este es el primer estudio prospectivo sobre la relación entre la contaminación del aire de largo plazo y la resistencia a la insulina en los niños.

La resistencia a la insulina tendió a incrementarse con la mayor exposición a la contaminación del aire, observación que se sostuvo firme después de ajustar diversos factores, como el estatus socioeconómico, el índice de masa corporal, de relación de la altura y peso (BMI por sus siglas en inglés) y el ser fumador pasivo.

Otros estudios relacionan la contaminación ambiental con los males cardiacos y la muerte precoz.

El estrés oxidativo causado por la exposición a los contaminantes puede jugar un papel importante en el desarrollo de la resistencia de la insulina, manifestó el doctor Heinrich, quien agregó que otros estudios reportaron que incrementos de corto y largo plazo en la exposición a  las partículas de dióxido de nitrógeno ocasionaron elevados biomacadores inflamatorios, otro mecanismo potencial de la resitencia a la insulina.

El estudio seguirá estudiando a estos menores para observar su progreso por 15 años, teniendo en cuenta los que se quedan en su zona y los que se mudan, para realizar un estudio comparativo y determinar si presentan la diabetes.

Mudarse de una vecindad contaminada a una limpia, y viceversa, podría permitir explorar la persistencia del efecto relacionado con la exposición a los contaminantes, para evaluar el impacto más tarde en su vida, dijo el doctor Heinrich, y añadió que los resultados del estudio realizado confirman la noción de que el desarrollo de la diabetes en los adultos puede tener orígenes en la vida temprana, incluyendo la exposición a los contaminantes ambientales.

Los niños tienen mayor razón pulmón-volumen del cuerpo, por lo cual su epitelio de vías respiratorias es más permeable a los contaminantes aéreos y los mecanismos de defensa pulmonares contra las partículas y gases contaminantes todavía no están bien desarrollados, así, respirando las mismas concentraciones de contaminantes, los menores pueden absorber el doble en los pulmones, en comparación con los adultos.

En el Perú, en especial en Lima, los ministerios de Transportes, Ambiente, Salud, y las municipalidades deberían preocuparse en resolver el desastre vehicular que han hecho de la ciudad un lugar intransitable en las horas punta.


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