Un estudio revela que la investigación de las últimas cuatro décadas se ha enfocado casi exclusivamente en pacientes hombres, indican investigadores del Hospital de la Universidad de Padua, en Italia, quienes advierten que las mujeres presentan síntomas distintos a los descritos en la literatura médica.
Por ejemplo, las mujeres que sufren paro cardiaco presentan dolor abdominal y náuseas, que no son los signos estándar de dolor de pecho que se prolonga por el brazo izquierdo y hacia abajo, señala el estudio publicado en la revista Clinical Chemistry and Laboratory Medicine, que exhorta a los médicos a estar más concientes de la variación de los síntomas.
El profesor Professor Giovannella Baggio, quien lideró el estudio en el citado hospital, indica que a menudo a las mujeres no se les suministra el tratamiento que necesitan cuando se presentan esos síntomas.
La investigación subraya la evidencia de considerables diferencias entre los sexos en seis campos: los males cardiovasculares, el cáncer, los males hepáticos, la osteoporosis y la farmacología.
Habiendo comenzado el tercer milenio, las investigaciones médicas conocen todavía poco sobre específicas diferencias de género en las enfermedades, particularmente cuando se trata de síntomas, incluyendo factores sociales y psicológicos que influyen, y las ramificaciones de estas diferencias para su tratamiento y prevención, explican.
Aunque los ataques al corazón en las mujeres son más severos y complicados, cuando se quejan de estos síntomas no específicos, las mujeres a menudo no reciben los procedimientos y exámenes necesarios, como un ECG (electrocardiograma), pruebas de diagnóstico de enzimas o angiografía coronaria.
El estudio también sostiene que el cáncer de colon afecta a las mujeres en edades más avanzadas que en los hombres, y que los tumores aparecen en diferentes zonas. Estos tumores además responden mejor a algunos químicos que en los hombres, y hay también diferentes respuestas a la quimioterapia en los cánceres según el sexo.
En cuanto al hígado, las mujeres son mucho más propensas que los hombres a presentar cirrosis biliar primaria, lo cual, junto con la hepatitis crónica C son un riesgo mayor en las mujeres, debido a las hormonas femeninas.
Sobre la osteoporosis, el estudio sostiene que ocurre primariamente más en las mujeres, por lo cual a menudo se pasa por alto en los hombres, hecho que los expone a un número mayor de fracturas óseas.
Incluso la forma del cuerpo según los sexos juega un rol de gran variación en los hombres y mujeres cuando se trata de efectos de fármacos como la aspirina, lo cual se atribuye a los diferentes tipos de cuerpo, que hacen que varíen los tiempos de reacción en la absorción y eliminación de sustancias, y, fundamentalmente, a los diferentes estados hormonales, por lo que recomiendan tener en cuenta el género de los pacientes para administrar de manera segura y efectiva la dosificación de la medicación y la duración del tratamiento.
El profesor Baggio concluye subrayando la necesidada de estudios adicionales e investigaciones clínicas de mayor alcance sobre las diferencias de género para eliminar inequidades entre hombres y mujeres en el tratamiento de las enfermedades.