Durante el invierno las personas hacen menos ejercicio, son más sedentarias, duermen más y consumen mayor contenido calórico con los alimentos azucarados, que si bien producen una sensación de calor en la temperatura del cuerpo, su consumo hace que aumenten entre 2 y 4 kilos de peso. Esos kilos demás originan el riesgo de enfermedades como la diabetes, hipertensión y hasta cáncer, advierten especialistas del Ministerio de Salud (Minsa).
El Dr. Helard Manrique Hurtado, endocrinólogo del Hospital Nacional Arzobispo Loayza, refiere que las personas que consumen una dieta saludable en sus comidas, son menos propensas a daños en su salud, y por el contrario, tienen mayores beneficios, dado que el problema es el alto consumo de azúcar, 3 o 4 veces más, en invierno que en verano.
Aun cuando la obesidad es frecuente en todas las estaciones del año, está comprobado que en invierno se incrementa la tendencia a subir de peso, toda vez que el aporte calórico de las personas, ante las bajas temperaturas, es mayor; al mismo tiempo, el gasto de energía también es menor que en el verano.
“En lugar de escoger paquetes de galletas, comamos algo simple como el pan francés, integral, o el llamado pan serrano que tiene menos cantidad de ingredientes; evitemos el pan de yema o pan de manteca que engorda más. En cuanto a líquidos, tomemos los mates, yerbas o infusiones, pero con edulcorante, sin azúcar ni miel porque una cucharadita de este dulce tiene 25 calorías, 5 más que el azúcar”, detalló.
Refirió que en el hospital Loayza existe el “Programa de Peso Sano”, que ayuda a las personas a identificar cuáles son los alimentos que tienen más poder calórico, entre ellos, los azúcares, las galletas, las tortas, las gaseosas; también los jugos, los extractos, la quinua que lleva leche y azúcar y los emolientes endulzados con miel.