En el Perú desde hace siglos se conocían los efectos de los climas de altura para los males pulmonares y por ello, cuando no había antibióticos contra la tuberculosis se enviaba a la sierra a los pacientes con este mal, siendo Jauja la ciudad más conocida para albergar a tuberculosos para mejorar su salud, lugar con reputación de haber acogido al inca Túpac Yupanqui para tratarse de un mal pulmonar.
Ahora un estudio confirma estos buenos efectos para el cáncer de pulmón. Los científicos Kamen Simeonov, de la Universidad de Pensilvania y Daniel Himmelstein, de la Universidad de California en San Francisco, han demostrado que las personas que viven a más altura sobre el nivel del mar tienen menos probabilidades de padecer cáncer de pulmón.
El estudio, publicado en la revista científica PeerJ, comparó datos sobre el cáncer de más de 250 ciudades estadounidenses situadas a diferentes altura sobre el nivel del mar, con lo cual determinó que, la probabilidad de padecer cáncer de pulmón está relacionada con la altitud en la que viven las personas.
Considerando otros factores de riesgo se probó la especial importancia de la altura, donde el aire es menos denso. Aunque el estudio destacó que la contaminación y la luz solar, que habitualmente se consideran causantes del cáncer, no habían tenido especial relevancia.
La incidencia de cáncer de pulmón bajó en 7,23 por 100.000 personas cada mil metros de altura, por lo cual explican que si toda la población de los Estados Unidos viviera a unos 3.000 metros sobre el nivel del mar, podrían evitarse miles de casos de cáncer de pulmón.
La razón de estos resultados se explica porque el oxígeno, a pesar de ser vital, es muy reactivo y potencialmente cancerígeno. Los radicales libres que se producen durante el proceso de asimilación de los alimentos con la participación del oxígeno pueden dañar la estructura de las células y el ADN.