Herberth Cuba García
Controversia entre expectativas de la población y realidad sanitaria La población percibe su derecho a la salud como tal y como consumidor. Esta mezcla ha generado una población demandante y conflictiva. El Derecho Humano a la salud está consagrado en la Constitución Política (Cuarta disposición final y transitoria) y en los pactos internacionales que el Perú ha suscrito. Además, es un consumidor de servicios y como tal tiene derechos y mecanismos para exigir que éstos se cumplan. Se han dado leyes y se han creado instituciones como la Superintendencia Nacional de Salud (SUSALUD) que velan por el ejercicio pleno de los derechos de ciudadanos en lo relacionado a la salud. Sin embargo, la agresión y los procesos legales contra los médicos y otros servidores de salud representa el signo distintivo de los servicios de salud de nuestro tiempo en el Perú.
Existe una controversia marcada entre las expectativas de la población y la realidad sanitaria. Las expectativas son alimentadas por los políticos y los altos funcionarios de gobierno y la realidad es impuesta por la precariedad y pobreza de nuestros servicios de salud. El Presidente y el Ministro de Salud incentivan las expectativas con gran pompa en los medios de comunicación, y el Ministerio de Economía en modo silencioso recorta las partidas presupuestales para el cumplimiento de éstas. La brecha se amplía cada día más, debido a la necesidad de los políticos por ofrecer cada día algo nuevo. Podríamos decir que hacen propaganda engañosa.
La víctima de la ira ciudadana que en modo justificado reclama, es el médico y los profesionales de la salud. Han sido colocados en el centro de una tenaza. Un brazo de la tenaza representa al gobierno, a los políticos y a los altos funcionarios del Estado, y el otro brazo a los pacientes. Hemos visto ministros de Salud que han recorrido las emergencias hospitalarias a la caza de los médicos. Se han creado ONG que se han especializado en vigilar y denunciar judicialmente a los médicos.
Obviamente la tenaza es una farsa. La respuesta sanitaria no es sólo un problema de médicos, ni de profesionales de la salud. Se requiere más que sólo recursos humanos, como por ejemplo, insumos, equipos, infraestructura, medicamentos y sobre todo crecimiento económico con desarrollo social. Además, las necesidades de médicos y de especialistas no son cubiertas. Las vocaciones para médicos son escasas debido a la larga formación profesional con alto rendimiento académico y escasa valoración social. Organizar y financiar la respuesta sanitaria es tarea del gobierno, precisamente de los políticos.
Así como el gobierno y los políticos han jugado con las expectativas de los pacientes, también lo han hecho con las expectativas de los médicos y demás profesionales de la salud. La llamada reforma de salud por ejemplo, ha creado una serie instituciones burocráticas y ha realizado una reforma salarial. La burocracia ha crecido, engordado y ha fortalecido su ineficiencia. La reforma salarial ha incumplido compromisos legales. Veamos:
No se ha promulgado la ley que crea el bono de conducción sanitaria. Los médicos y otros profesionales de la salud que ocupan cargos directivos no reciben incentivo alguno por el cargo. Es decir, un funcionario o directivo gana menos que sus administrados. Sin embargo, el ministro de Salud y los altos funcionarios y asesores ganan entre veinticinco y treinta mil soles mensuales. Increíble, pero cierto.
No han pagado el bono por cumplimiento de metas de los servidores. Los hospitales están incluidos pero las redes de salud, es decir, los establecimientos de del primer nivel de atención (centros de salud y postas) no están incluidos. Si existiera incumplimiento de metas de todo el primer nivel de atención, es decir, de los que luchan contra las epidemias y el 80% de las enfermedades, los responsables serían los funcionarios, incluido, el ministro de salud. Y sería una catástrofe. Además, si no se cumplieron las metas porque no las han establecido a tiempo y no han organizado a los servidores para ese cumplimiento, es decir, han sido ineptos, ¿por qué deben pagar los operadores o servidores por esa ineptitud?El ministro de Salud ha señalado en su presentación en el Congreso de la República que ha cumplido las metas, ¿entonces, porque no paga? El Ministerio debe pagar.
No mencionaremos el incumplimiento de los nombramientos e incremento del bono de APS, del restablecimiento de algunos artículos de la ley de trabajo médico indebidamente derogados y sobre todo el cese de la violencia contra los médicos.
El lustro perdido en salud ha sido atroz. Esperamos que los funcionarios e ideólogos del presente gobierno no se reciclen en el próximo.
18 de Diciembre del 2015
ASOCIACION MEDICA PERUANA