Herberth Cuba García
Las actividades de salud exigen el respeto de la mentalidad de cada sector de nuestra población.
Ha conmocionado al sector salud y a la ciudadanía la noticia de la retención de cuatro enfermeros en la localidad de Yacuntich, en la provincia del Datem del Marañón (Región Loreto). Se trata de servidores de las redes de salud de Iquitos y San Lorenzo, y su aprehensión es una medida de presión por la suspensión del puente aéreo que dispuso el Ministerio de Salud (Minsa) para atender los casos de rabia que cobraron vidas humanas de la etnia achuar.
En febrero del 2016 el gobierno decretó el estado de emergencia sanitaria en esa zona debido a que doce niños, entre ocho y quince años de edad, de la etnia achuar habían fallecido por un brote de rabia silvestre entre setiembre y febrero. Murciélagos hematófagos, al morder para alimentarse con sangre, transmitieron el virus de la rabia que causó estas muertes. Según afirmaciones de funcionarios del Minsa, los apus no informaron a tiempo del brote de rabia debido a que ellos creían que se trataba de “brujería”.
La retención de estos enfermeros es una violación a la libertad individual, y podría calificarse de secuestro o detención: secuestro si la hacen personas naturales y detención si la hace la autoridad competente. Sin embargo, la prensa y las autoridades la han etiquetado como “retención”. Esta distinción lingüística elude explicar las formalidades que existen en el interior de las etnias y que están amparadas en la Constitución Política. La exposición a este tipo de riesgos por parte del personal sanitario no es un hecho aislado, pues ha habido casos de asesinatos a brigadistas por la incomprensión entre las etnias y el gobierno en la aplicación de las políticas públicas en salud.
La diferente percepción de la enfermedad por parte de las diversas culturas y etnias facilita la desconfianza y el conflicto. La brujería como primera impresión de la etnia, frente al diagnóstico de rabia según el Minsa. La aproximación para la comprensión del hecho de muerte entre ambas posiciones ha costado vidas humanas, y ha permitido que la población colabore en el proceso de vacunación para evitar más muertes. Sin embargo, ¿por qué no se realizó antes? ¿Por qué falló la vigilancia epidemiológica? ¿Por qué el Estado está ausente en estas localidades? Además, la queja justificada de la etnia achuar es para exigir que no se suspenda el puente aéreo. Es decir, que exigen la presencia del Estado.
¿Este hecho es aislado en nuestro país? No, viene ocurriendo ya de manera reiterada y con diversas etnias. La dificultad y riesgo de las actividades de la salud exigen la comprensión de la mentalidad sanitaria de cada una de nuestros pobladores. La gobernabilidad exige el respeto a la interculturalidad, los Derechos Humanos, la identidad de género y los derechos como consumidores, además de la presencia del Estado.
La capacidad de respuesta del gobierno en materia de salud ha sido mellada por el mal llamado “proceso de reforma”. La transferencia indebida de competencias de salud pública a las regiones va en contra de la Ley de Bases de la Descentralización, que norma que estas competencias deben ser compartidas. Y como se ha reiterado, lo que se comparte no se transfiere. Esta anomalía hace que la presencia del Estado sea lenta, ineficaz y tardía. Los doce muertos de la etnia achuar por rabia en la localidad de Yacuntich, son un lamentable ejemplo. Ha sido necesario esperar a que se decrete el estado de emergencia sanitaria para que el Minsa pueda establecer un puente aéreo por tiempo limitado. Es obvio que promulgar un decreto supremo de emergencia requiere un trámite burocrático que implica la aprobación del Consejo de Ministros.
El proceso electoral en esta segunda vuelta necesita incorporar con mayor fuerza esta agenda. Ambos candidatos comprenden este fenómeno; sin embargo, eso no basta. No es solo un tema de técnicos y equipos de trabajo. Hay que revalorar, capacitar y recompensar al equipo de salud, y ambos candidatos deben mostrar el liderazgo para cumplir esa agenda. El actual Gobierno deja una enorme deuda en materia sanitaria: hay que reformar la “reforma” de salud.
15 de Abril del 2016
ASOCIACION MEDICA PERUANA