Carece de logros y solo ha generado mayor desigualdad
Herberth Cuba García
Luego de concluido el proceso electoral es necesario analizar la agenda, la gobernabilidad y la conflictividad del sector salud. La voluntad popular le ha otorgado al partido del futuro gobierno 18 congresistas y le ha dado mayoría absoluta a Fuerza Popular, con 73 de 130 congresistas. Por otro lado, existe una fallida reforma de salud, que fue impulsada por 23 decretos legislativos, al amparo de facultades otorgadas por el Congreso de la República. La promulgación de estas normas —muchas de ellas inaplicables, otras de incremento de burocracia y dispendio, de trabas a la inversión pública y privada, de violación de derechos laborales, afectación del derecho a la salud de la población o reglamentaristas, entre otros cuestionamientos— generaron un enorme conflicto sectorial.
Una forma creativa para salir del impasse fue recurrir al Foro del Acuerdo Nacional. Durante seis meses se logró un consenso, que se plasmó en un documento llamado “Los objetivos de la Reforma de Salud”, que seguía la lógica de consensos anteriores del propio foro. Este documento contrasta y se distancia de los 23 decretos legislativos, llamados “paquete legislativo de la reforma de la salud”. El gobierno, a través del Ministerio de Salud (Minsa) ha elaborado una Hoja de Ruta que pretende tender un “puente de plata” para las acciones en los próximos cinco años del gobierno de PPK. En modo aparente, es una forma de aterrizar el documento “Los objetivos de la Reforma” del Foro del Acuerdo Nacional; sin embargo, el resultado es inverso, porque lo que hace es reforzar la “continuidad” del sentido equivocado de la reforma de salud humalista. Además, en entrevistas en los medios de comunicación, voceros del Núcleo Ejecutor de la reforma de salud humalista han señalado que los equipos de gestión son la clave para darle sostenibilidad a este proceso de reforma que es irreversible. Es decir, el gobierno de PPK debe deshacerse de sus técnicos y llamar a ese Núcleo Ejecutor, por el bien del país.
La reforma de salud humalista carece de logro alguno. Peor aún, ha complicado, burocratizado y desmembrado la capacidad de respuesta sanitaria. Los malos indicadores sanitarios se han disparado. Las colas se ha incrementado y la brecha de atención entre estratos sociales más y menos pudientes se ha incrementado. Es decir, hay menor inversión productiva en salud y mayor desigualdad.
En los debates electorales, se habló poco en relación a cómo se resolverían los problemas sanitarios; sin embargo, ambos candidatos plantearon como objetivos generales casi lo mismo. Además, ambos firmaron el documento ¨Los objetivos de la Reforma de Salud”, que bien podría ser el primer paso hacia la ansiada gobernabilidad en el sector salud. Es necesaria la conformación de un grupo de trabajo, tanto en el Ejecutivo como en el Congreso de la República, que permita revisar, a la luz de las evidencias y los resultados, la pertinencia o no de cada una de las normas de la reforma de salud humalista. Este equipo podría sentar las bases para una verdadera concertación sanitaria sobre la base de los resultados del último proceso electoral. No hay que olvidar que el humalismo fue borrado del mapa electoral y su presencia congresal es nula. Es probable que algunas normas deban derogarse, otras modificarse y algunas solo ser acotadas.
La Hoja de Ruta elaborada por el Minsa debe ser replanteada o desechada, para conservar el espíritu de los objetivos consensuados en el Acuerdo Nacional. Por ejemplo, la reforma de salud humalista corresponde a la realidad de los años ochenta, cuando se buscaba contener gastos aun violando derechos. Era coherente, para eso, dividir las funciones sanitarias en las de gobierno y normativas, por un lado; las de financiamiento, en segundo lugar; las de prestaciones, en tercer lugar; y en cuarto lugar, las de regulación y control. Para ello el gobierno ha creado Minsa Central, Iafas, Ipress y Susalud.
Además, en ésa época se planteaba la focalización del gasto en los sectores menos favorecidos. Hoy la Hoja de Ruta plantea excluir a los infiltrados del SIS, con lo que más de un millón de usuarios quedarían sin atención médica. Este tipo de reforma ha caído en desgracia debido a las grandes corrientes universales: los Derechos Humanos de todos los ciudadanos, los nuevos avances de la ciencia médica, de la epidemiología multinivel, de los determinantes sociales, de la biología y de la salud pública, entre otros. Por ejemplo, hoy las empresas y los negocios promueven la integración vertical y horizontal, la no discriminación y los Derechos Humanos.
Esperamos que el nuevo gobierno no se deje sorprender por los cantos de sirena del Núcleo Ejecutor humalista, corrija el pasado y construya el nuevo sistema de salud que el Perú necesita.
ASOCIACION MEDICA PERUANA
10 de Junio del 2016