Algunos consejos para los pacientes con artritis reumatoide.
El dolor es una de las principales características de la artritis reumatoide. Esta enfermedad crónica, que además presenta hinchazón y rigidez, de no ser tratada tempranamente ocasionará deterioro de las articulaciones con la consiguiente limitación importante para las actividades de la vida diaria.
El médico es la única persona capaz de ayudarle a lidiar con las molestias que genera el dolor y que pueden alterar completamente su vida. Por eso es importante que usted se prepare de antemano para ir a la consulta, pues si está en condiciones de explicar su dolencia de manera precisa ayudará al especialista a prescribir el tratamiento exacto que usted necesita.
“En los adultos mayores se agudiza el problema de no poder explicar adecuadamente lo que están sintiendo”, dice el Dr. Jorge Román Blas, reumatólogo de la Clínica Internacional e investigador colaborador de la Fundación Jiménez Díaz, Madrid España. “Además suelen presentar otros males, lo que llamamos comorbilidad, que no solo pueden interferir en el curso de la enfermedad reumática sino también en el tipo de medicación que se les prescribe, por ejemplo: hipertensión arterial, diabetes, problemas endocrinológicos y gastritis. Hay que adecuar la medicina a su caso particular”.
Este 1 de octubre se celebra el Día del Adulto Mayor por eso, hemos preparado una guía que se propone contribuir a que usted hable con su médico de manera puntual, basándonos en una publicación de la Oficina Nacional de la Fundación para la Artritis de los Estados Unidos que brinda luces sobre este tema.
¿Cómo es su dolor?
Los síntomas difieren de una persona a otra, y el tipo de dolor le indica al médico hacia dónde debe encaminar su terapia. Puede ser un dolor quemante, o puede que se dispare en un punto y se difunda hacia una zona del cuerpo; puede presentarse, también, como punzadas, o ser un dolor sordo o leve y continuo. O puede ser intenso e incapacitante.
¿Cómo describiría su dolor?
Aquí les mostramos algunos tipos de dolor y las situaciones con las que podemos asociarlos:
Dolor sordo: esguince.
Pinchazos, latigazos, hormigueo, quemazón: dolor en un nervio.
Dolor agudo o punzante: fractura, desgarramiento o rotura de ligamento o herida penetrante.
Pulsátil (con latidos): Dolor de cabeza, absceso, gota.
Rigidez: Espasmo muscular.
¿Dónde duele?
Esta es otra indicación útil para el médico. ¿Está en lo profundo de la articulación del hombro o en los músculos de la superficie? ¿Debajo de la rótula o en la parte de atrás de la rodilla? ¿En la parte exterior de la cadera o en la ingle? ¿Está el dolor concentrado en un punto o viaja? ¿Es permanente, va y viene o solo se agudiza con determinados movimientos?
¿Cuánto duele?
Para precisar cuán intenso es el dolor es útil usar una escala. La más común es la “Escala visual análoga del dolor” que va de 0 a 10, donde 0 es la ausencia de dolor y 10 el dolor más extremo. Puede encontrar un ejemplo en la página de la Federación Latinoamericana de Asociaciones para el Estudio del Dolor, http://www.fedelat.com/info/5-11-escala-visual-analoga.html
¿Cómo está afectando su vida?
El dolor puede afectar sus actividades recreativas (hacer ejercicios, salir a caminar) o alterar su vida laboral. Puede hacerle más difícil levantarse de la cama, o hundirlo en el agotamiento y la depresión al punto de evitar el contacto con los demás. Esto, sin embargo, no siempre está en relación directa con la intensidad del dolor: hay quienes pueden seguir activos con una alta puntuación en su escala personal del dolor, y otros que se sienten impedidos con un dolor sordo y constante. Explíquele al médico qué actividades han cambiado o simplemente ha dejado de realizar debido a la artritis.
¿Cuándo duele?
¿Es más intenso en la mañana? Es probable que el médico le tenga que prescribir la dosis principal de medicamentos a esa hora. Haga un seguimiento del dolor: anote en un cuaderno día a día la hora exacta en que llega a su punto más alto y coméntelo con su especialista.
¿Qué otras manifestaciones acompañan al dolor?
Indíquele al médico todos los otros síntomas asociados al dolor: aumento de volumen, enrojecimiento de la piel o cambio de temperatura en la zona afectada; disminución de la función de la articulación, sea al flexionar o extender; adormecimiento, hormigueo, electricidad.
¿Qué ayuda y qué empeora el dolor?
Anote también qué factores producen más dolor y cuáles lo atenúan. Asimismo, todo aquello que usted haya hecho para lidiar con él (descanso, hielo, calor, medicinas básicas, remedios naturistas) y detalle los resultados. ¿Hubo alguna mejora, ningún resultado o, por el contrario, su condición empeoró?
Recuerde que usted debe tener paciencia, pues el tratamiento debe adecuarse de manera puntual a su condición y esto no se logra en una sola consulta. Tenga presente, también, que además del tratamiento estándar hoy existen medicamentos biológicos que se aplican por vía subcutánea una vez al mes y alivian más rápidamente el dolor, la rigidez y la hinchazón, controlando la enfermedad, y así reduciendo la característica incapacitante de la artritis reumatoide. Foto: rubax.de