Estar en lugares cerrados por mucho tiempo propicia la transmisión de infecciones respiratorias. Lavarse las manos con frecuencia o usar desinfectantes en gel pueden ayudar a prevenir contagios. Si los síntomas no mejoran después de 7 a 10 días, se debe acudir al médico.
Cuando hay un cambio de estación los limeños solemos enfermarnos, y lo atribuimos a que la temperatura un día es alta y al otro es baja, en especial cuando está empezando o terminando el invierno. Por ello, es importante tomar precauciones ya que se dan las condiciones para que los virus proliferen.
“Los cambios bruscos de temperatura generan alteraciones en las vías respiratorias, que estando más sensibles pueden verse comprometidas por algún agente infeccioso (virus en la mayoría de casos). Lo que está claro es que el frío, por intenso que sea, es incapaz de producir por sí solo un resfriado o una gripe”, explicó Marco Antonio Lara, médico de SANNA Centro Clínico La Molina.
Añade que el principal factor para que ocurra una mayor frecuencia de enfermedades respiratorias es que en las épocas más frías y húmedas tendemos a estar más juntos en lugares cerrados durante más tiempo, lo que es conocido como el “efecto apelotonamiento”, que es muy frecuente en los colegios, albergues, etc. y ayuda a transmitir rápidamente las infecciones respiratorias.
¿Cómo lo prevenimos?
El médico recomienda que las personas deben vestirse en capas, así podrán quitarse las prendas de más abrigo. La prenda en contacto directo con el cuerpo debe ser de algodón para absorber la transpiración. Y las camisetas térmicas son una buena opción porque no permiten que el calor corporal se vaya.
En cuanto a los alimentos, indicó que si bien es recomendable mantenerse hidratado siempre, debemos hacerlo en especial cuando estamos ante el cambio de estación. Además, la temperatura de los líquidos a tomar tiene que buscar regular nuestra temperatura corporal, es decir, ante días muy calurosos podríamos beber líquidos fríos.
En el caso de personas más vulnerables ante el resfrío (embarazadas, niños y adultos mayores), el doctor Lara recomienda añadir a los cuidados antes descritos el mantener las manos limpias, cuidar la alimentación e introducir alimentos que contengan vitamina C (como naranjas, limones o kiwis), lavar los juguetes, enseñar al niño a estornudar tapándose la boca para evitar contagios y pasar tiempo al aire libre para evitar la concentración de virus.
Para prevenir la propagación de los resfriados, el doctor Lara indica algunas recomendaciones:
- Lave sus manos con frecuencia. Es la mejor manera de detener la propagación de microbios.
- Para lavarse las manos correctamente: Frote jabón en las manos húmedas durante 20 segundos. Asegúrese de llegar hasta por debajo de las uñas. Seque las manos con una toalla de papel limpia y cierre el grifo con una toalla de papel.
- También puede emplear desinfectantes de manos a base de alcohol. Utilice una cantidad del tamaño de un centavo y frote en las manos hasta que estén secas.
- Quédese en casa cuando esté enfermo.
- Tosa o estornuda en un pañuelo de papel o en el pliegue del codo y no al aire.
- Mantenga sus vacunas al día.
Si ya tenemos el resfrío, ¿qué podemos hacer?
El tratamiento de los síntomas no hará desaparecer el resfriado, pero le ayudará a sentirse mejor, comenta el médico de SANNA Centro Clínico La Molina, Marco Antonio Lara.
Así, los medicamentos para el resfriado y la tos de venta libre pueden ayudar a aliviar los síntomas en los adultos y los niños mayores. Aunque se debe leer detenidamente las etiquetas para no excederse en la dosis y si toma medicamentos recetados para otro problema de salud, consulte a su médico qué medicamentos son seguros.
En el caso de menores de 6 años es recomendable que tenga una consulta con el pediatra antes de darle medicamentos que puedan tener efectos secundarios graves.
Llame a su médico inmediatamente o acuda a la sala de emergencias si presenta:
- Dificultad para respirar
- Dolor en el pecho o dolor abdominal repentino
- Mareos repentinos
- Actuar de manera extraña
- Vómitos graves que no desaparecen
- Sus síntomas empeoran o no mejoran después de 7 a 10 días.