nino cancer 2Se debe felicitar al gobierno por decreto en favor de los enfermos oncológicos

La mafia que lucra con la salud de los enfermos de cáncer del Instituto de Enfermedades Neoplásicas (INEN) ha echado el grito al cielo por la publicación (este viernes) del Decreto Legislativo 1305, que incorpora el INEN a jurisdicción del ministerio de Salud (Minsa), con lo cual peligran los millonarios ingresos privados de la mafia de médicos y empresas de salud que parasitan a los pacientes que sufren con esta penosa enfermedad.

Como bien sabe la gente que ha tenido alguna vez un familiar con cáncer, la atención en el INEN deja mucho que desear y adentro discriminan a los pacientes en dos clases: los que pueden pagar y los que no. Los que pagan tienen buenos ambientes y comodidades, mientras que los que no pueden pagar tienen atención de segunda y deben mendigar su medicina. Y esta discriminación se perpetra pese a que año tras año todo el Perú colabora para donar algo en las campañas contra el cáncer.

Protocolos pasarían a ser administrados por el Minsa

Los protocolos son la principal fuente de ingresos de la mafia del cáncer. A los mejores protocolos (los mejores pagados) acceden los médicos que se han enquistado en cargos a través de los años, así como sus incondicionales, es decir, médicos que sean malos o buenos deben cumplir con una condición fundamental, que es ser adulones de los médicos jefes de protocolo. Un protocolo implica que una transnacional paga a un médico jefe (puede ser decenas o cientos de miles de dólares) para administrar a los pacientes un fármaco que todavía no ha sido probado por la FDA (la institución que en los Estados Unidos controla fármacos y alimentos). Los médicos deben documentar la reacción de los pacientes a estos fármacos, es decir, los pacientes son conejillos de indias.

Otra de las mañas que arrastran los protocolos es que los médicos inmersos buscan administrar fármacos, pues hay intereses por medio. Una sola ampolla de Trastuzumab cuesta cerca de S/ 6,000 y se puede usar 30 dosis, es decir, S/ 180,000 cargados al contribuyente. Ya Contraloría debería pronunciarse sobre la justificación para aplicar esta medicina en ciertos casos.

Estos protocolos pueden hacer ganar cientos de miles de dólares a los médicos jefes, quienes guardaron silencio cómplice cuando el gobierno de Alan García mutiló la protección de los pacientes para que las grandes trasnacionales experimenten con ellos con o sin garantía, como si fuesen carne humana. Así, se les quitó el seguro, se abrió las puertas a que se haga un experimento sin testigos de la aceptación del paciente, entre otras aberraciones, como experimentar en personas que no entienden español, pues esto conviene a sus intereses.

Además, el TLC con los Estados Unidos blinda a las transnacionales para que ni siquiera un juez peruano pueda exigir información sobre qué sustancia se administró a un paciente, como en su momento denunció el exministro de Salud del gobierno de Fernando Belaunde, Uriel García.

La Sunat

No se sabe hasta dónde declaran sus ingresos los médicos oncólogos que trabajan para protocolos, pero todo apuntaría a que se manipula la información para que la Sunat no los obligue a tributar y estos sujetos viven en lujosas residencias, gozan de costosos vehículos. En el INEN, Carlos Vallejos entró pobre y ahora es muy rico.

Felicitaciones al gobierno

No cabe otra cosa que felicitar al gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y a la ministra de Salud por tan acertada decisión con este decreto, que pondría el cascabel al gato, pues el propio ministerio de Salud entraría a administrar los protocolos y de esa forma los médicos jefes de protocolo perderían sus cientos de miles de dólares y pasarían a recibir remuneraciones razonables, acordes con la realidad médica del país.

Los argumentos del INEN

Los opositores a este decreto, relacionados con estos sustanciosos ingresos, argumentan que puede decaer la calidad de la atención, que se puede afectar la estandarización de tratamientos y dan una serie de excusas insulsas. La verdad es que  los tratamientos tienen estándares internacionales y en la actualidad no hay fármaco que se apruebe en la FDA sin el conocimiento de los oncólogos de todo el mundo. Si el Minsa estará a la cabeza, no cometerá el desacierto de colocar de jefe del INEN a un médico de cualquier especialidad, pues será un oncólogo, entonces, ¿de qué peligro hablamos, si el INEN continuaría siendo dirigido por un especialista adecuado? Como ya hemos visto, el peligro es para los bolsillos de la camarilla de parásitos de los protocolos.

Según Hildebrandt en sus Trece, el fujimorismo (siempre secundado por el aprismo) le ha puesto la puntería a la ministra de Salud, y esta sería una de las razones de mayor peso para buscar su cabeza.

 

 

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