Cámara de Comercio de Lima advierte sobre situación que hace peligrar la salud de la población.
Deuda de los hospitales y establecimientos de salud a los proveedores privados se estima en S/ 800 millones en los últimos tres años
Importantes hospitales de todo el Perú, entre ellos Daniel Alcides Carrión, Arzobispo Loayza, Dos de Mayo y el hospital de Ventanilla, además del Seguro Integral de Salud, serán los primeros en quedar desabastecidos de medicinas y de servicios de salud, debido a que el Estado no ha cumplido con pagar a los proveedores los productos que contrató, advirtió el presidente del sector Material e Instrumental Médico del gremio de Salud de la Cámara de Comercio de Lima, Sandro Stapleton.
“Si esta crisis no se soluciona con prontitud todos los hospitales de nuestro país estarán en la misma situación de desabastecimiento. Hemos tratado de hablar con el Ministro de Salud para explicarle que lo que está sucediendo es bastante crítico, pero no hemos tenido respuesta. Se está poniendo en riesgo a la población más vulnerable por lo que urge resolver este grave problema”, sostuvo Stapleton.
Desde el 2014 existe un reiterado incumplimiento de pagos a los proveedores de productos farmacéuticos, dispositivos médicos y servicios de salud que se contratan con los hospitales y establecimientos del sector salud. Esta deuda asciende actualmente a S/ 800 millones.
“Esta situación de incumplimiento está causando serios problemas financieros a las empresas acreedoras, al punto que no sólo se están descapitalizando, sino que las está poniendo en situación de colapso, lo que podría dejar sin empleo a miles de trabajadores. Como respuesta natural a esta situación, diversos proveedores están procediendo a resolver los contratos que los vinculan con las instituciones de salud deudoras que están quedando desabastecidas”, señaló el directivo de la CCL.
Agregó que, en una primera etapa, Digemid debe emitir un registro sanitario para que se comercialicen los medicamentos, pero lamentablemente existen 12 mil expedientes embalsados en Digemid, que se demoran entre 8 meses hasta 4 años para dar una autorización. Esto forma pequeños monopolios, restringe la oferta de productos en el mercado y los encarece, lo cual genera un posterior desabastecimiento.
En una segunda etapa de este problema, se encuentran las adquisiciones de los hospitales. Stapleton detalló que los hospitales tratan de hacer licitaciones que generalmente se frustran, con lo cual el presupuesto regresa a los hospitales que se ven obligados a comprar medicinas en pequeñas cantidades a precios más altos y de menor calidad. Adicionalmente, los proveedores que ganaron las licitaciones de manera correcta y legal, no se les está pagando y se sienten en la obligación de resolver los contratos.
“Consideramos que aún se está a tiempo para solucionar esta situación; sin embargo, se requiere de una intervención inmediata teniendo en cuenta que de por medio se encuentra el derecho fundamental de las personas a la protección de la salud y la responsabilidad del Estado en brindar las condiciones para el ejercicio de este derecho” dijo finalmente Stapleton.