Un nuevo estudio descubre que los alimentos que se consumen en restaurantes o cafeterías presentan niveles altos de ftalato, un químico dañino para la salud.

Quienes recurren a menudo a la hostelería para comer están más expuestos a productos químicos dañinos que aquellos que cocinan en casa, ha concluido un equipo de científicos de la Universidad George Washington, informa el portal científico Science Daily. Los resultados de la investigación de este centro de investigaciones privado con sede en la capital estadounidense han sido publicados en la revista Environment International.

 

Según el profesor de salud ambiental y ocupacional de la escuela médica de la citada universidad Ami Zotas, el estudio sugiere que la comida que no se cocina en casa puede tener más ftalatos, unos productos químicos dañinos.

Estas sustancias, sales y ésteres del ácido ftálico que se utilizan en el envasado de alimentos, afectan a las hormonas de seres humanos y están relacionadas con una larga lista de problemas de salud.

Zota y sus compañeros tomaron como base los hallazgos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición realizada en EE.UU. entre 2005 y 2014. Se les pidió a más de 10.000 participantes que recordaran dónde y qué comieron el último día. Más del 60% afirmó no haberlo hecho en casa. 

A partir de esta estadística, los expertos analizaron la relación entre lo que comían estas personas y el volumen de ftalatos en su cuerpo. Las personas que comían más frecuentemente en cafeterías, bares y restaurantes que su propio domicilio presentaban en su cuerpo casi un 35% más de ftalatos. 

"Las mujeres embarazadas, los niños y los adolescentes son más vulnerables a los efectos tóxicos de los productos químicos que alteran hormonas, por lo que es importante encontrar formas de limitar su exposición", señala Julia Varshavsky, autora principal del estudio. 

Muchos productos contienen ftalatos, incluidas las cajas con las que nos llevamos la comida a casa, guantes usados en el manejo de alimentos, equipos de procesamiento de estos y otros artículos utilizados en restaurantes, cafeterías y establecimientos de comida rápida. Investigaciones anteriores sugieren que estas sustancias químicas pueden filtrarse desde los mismos envases o cintas plásticas donde guardamos o envasamos la comida.

RT, 30/03/2018