Hay médicos y periodistas ignorantes que dicen que el dióxido de cloro es lejía. Lejía es hipoclorito de sodio y tampoco es clorito de sodio. El dióxido de cloro es otra sustancia y se usa hace 30 años en todo el mundo para añadir a la sangre en las transfusiones, si fuese tóxico los pacientes habrían muerto. Su acción elimina virus, bacterias, hongos, evita la coagulación y aporta oxígeno a la sangre, lo que precisamente hace falta a los pacientes graves de coronavirus.
El alcalde de Campeche, Eliseo Fernández Montúfar, aseguró que la baja de casos de coronavirus COVID-19 en esa localidad se ha debido al uso del CDS, dióxido de cloro, por sus siglas en inglés.
En la entrevista, el alcalde campechano explicó que médicos militares mexicanos le explicaron sobre los beneficios del dióxido de cloro y se decidió aplicar las medidas.
“Mucha gente se nos empezó a acercar porque se habían estado tratando con dióxido de cloro, la enfermedad del COVID-19, con excelentes resultados”, dijo.
“El dióxido de cloro es una sustancia que oxigena rápidamente la sangre y bueno todos sabemos que cuando alguna persona tiene COVID-19 empieza a bajar la oxigenación de la sangre y han salido adelante con esta sustancia», expresó.
«Nosotros ya de manera seria, viajé a la ciudad de Mérida», capital del estado de Yucatán, «porque llegaron unos médicos militares de la ciudad de México para exponernos», explicó.
Fernández Montúfar explicó que «yo le tengo mucha confianza a los médicos militares porque mi padre fue médico militar. Son médicos muy serios, muy preparados y tuve una reunión con ellos para que nos expusieran cómo funcionaba este compuesto y la realidad es que quedé sorprendido y estamos pensando seriamente en montar una planta en el municipio de Campeche, para esta sustancia, si es lo que ayuda a salvar vidas, para poder apoyar a todas las personas, no solo del municipio sino del estado».
El alcalde campechano dejó entrever que en el estado de Querétaro están sucediendo cosas similares.
Este caso sería el segundo donde un alcalde de un municipio (el otro es San José de Chiquitos, en Bolivia) se deciden a aplicar el dióxido de cloro en base a las solicitudes de la misma gente trayendo la curación del Covid-19 en sus comunidades. El municipio de Campeche tiene 283 025 habitantes, según datos del 2015 mientras que Chiquitos, tiene alrededor de 20,000; es decir, 10 veces menor que Campeche.
Por otro lado, a pesar de la crítica generada por el planteamiento de utilizar dióxido de cloro contra el COVID-19, la Dra. Karina Acevedo Whitehouse, investigadora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), defiende esta idea.
De acuerdo con la Dra. Acevedo, sí se ha probado de manera no controlada en escenarios hospitalarios y clínicas, su efectividad tratando a pacientes con COVID-19.
Acevedo asegura que sí existe evidencia publicada de que se puede utilizar de manera segura para contrarrestar infecciones, entre ellas, las virales. “Hay una publicación de 1981 de evaluaciones clínicas controladas del uso de distintas variantes del cloro, entre ellas el dióxido de cloro. Un estudio parecido se retomó en el 2007, evaluando la efectividad de este producto en el humano”, afirmó la investigadora.
Con respecto a cómo funciona, la experta dijo que el dióxido de cloro reacciona con proteínas, específicamente con tres aminoácidos: cisteína, tirosina y triptófano. El virus que causa el COVID-19 tiene 40 residuos de cisteína, 54 de tirosina y 14 de triptófano. Entonces lo que ocurre con estos residuos es que el CDS interactúa con ellos, los modifica y con eso el virus ya no puede entrar a la célula.
Según Acevedo, el efecto es muy marcado hacia los virus y los inactiva, y según las publicaciones revisadas, es en cuestión de horas que se da la inactivación. Para ella, hay medicamentos que funcionan pero que por sus precios son imposibles de brindar a la población. Por ejemplo, “el Remdesivir -que ya está aprobado por la FDA- cuesta para países en desarrollo US$2.436 por tratamiento. Si lo pensamos en términos públicos, no es parte de la realidad, al menos en el caso de México”, señaló.
“No se puede ignorar que el dióxido de cloro está siendo propuesto como una alternativa, y está siendo utilizado en algunos países, por ejemplo Bolivia, Ecuador y, México. Vale la pena en este contexto y sobretodo tomando en cuenta que es barato, accesible y no puede ser patentado abrir la investigación y no cerrarse”, concluyó Acevedo.
Con información de Tiempo Digital, Mexico, Metro. Bus y aDiario.CR.Com, publicadas en las siguientes direcciones:
https://metronews.guanajuatodesconocido.com/2020/11/el-estado-de-campeche-entrando-semaforo.html
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