Rosa Bronstein
Parece probado que la falta de vitamina D tiene un importante efecto en la severidad de la enfermedad producida por COVID-19, según corroboran investigadores de la Universidad de Bar Ilán y del Centro médico de la Galilea.
El estudio manejó varios parámetros, edades, sexo, estación del año y enfermedades crónicas, y encontró resultados muy similares y concluyentes: la deficiencia en los niveles de vitamina D contribuyen significativamente a la gravedad de la enfermedad y también a la mortalidad.
El comunicado oficial de la universidad decía que este es uno de los primeros análisis que se centran en los niveles de vitamina D antes del contagio, lo que facilita una estimación más precisa que durante la hospitalización, en la cual los niveles de la vitamina pueden ser más bajos debido a la enfermedad viral.
El estudio se publicó recientemente en la revista revisada por pares PLOS ONE.
Niveles bajos de vitamina D han sido asociados con diversas enfermedades autoinmunes, cardiovasculares e infecciosas. Al principio de la crisis sanitaria autoridades sanitarias en todo el mundo recomendaron al público tomar vitamina D porque se sabe que hace aumentar la respuesta inmunológica y suponían que podría proteger contra el nuevo virus.
Los investigadores empezaron a recoger datos durante las dos primeras olas del coronavirus, antes de que hubiera vacunas.
"Nos pareció muy notable y sorprendente ver la diferencia en las posibilidades de convertirse en paciente grave cuando falta vitamina D en comparación con cuando no falta", dijo el doctor Amiel Dror, médico del Centro médico de la Galilea e investigador en Bar Ián.
FACTOR DE RIESGO
La investigación se basó en las mediciones de los niveles de vitamina D de 1176 pacientes con coronavirus ingresados en la Galilea, entre dos semanas y dos años antes del contagio, entre abril de 2020 y febrero de 2021
Los pacientes con deficiencia de vitamina D (menos de 20 ng/mL) tenían 14 veces más probabilidades de tener un caso grave de covid-19 que aquellos con más de 40 ng/mL, según el estudio. La mortalidad entre los pacientes con niveles suficientes de vitamina D fue del 2,3 por ciento en contraste con el 25,6 por ciento en el grupo deficiente en vitamina D.
Este estudio se añade al cuerpo creciente de investigaciones que señalan que la deficiencia de la vitamina es un factor de riesgo en esta nueva dolencia. “Aún no está claro por qué algunas personas sufren graves consecuencias tras el contagio de covid-19 y otras no. Y nuestros hallazgos añaden una nueva dimensión a la resolución de este rompecabezas”, señaló el profesor Michael Edelstein, uno de los investigadores del estudio.
Este no es el primero, ni en Israel ni en el mundo, en señalar esta relación. Un estudio israelí previo, publicado en junio de 2021, encontró que una de cada cuatro personas hospitalizadas con la enfermedad tenía bajos niveles de la vitamina.
A las mismas conclusiones llegó otra investigación de la Universidad de East Anglia, en Gran Bretaña.
Y uno realizado en el Hospital universitario Marqués de Valdecilla, en España, en octubre de 2020 encontró que el 80 por ciento de 216 pacientes con coronavirus tenían deficiencia de vitamina D y que los hombres tenían menos reservas de la vitamina que las mujeres.
¿DÓNDE ESTÁ?
La vitamina D es un componente soluble en grasa que se puede obtener de alimentos como pescado, yema de huevo, agua salada e hígado, o se puede producir en la piel cuando una forma de colesterol reacciona a los rayos ultravioleta del sol.
Se sabe, además, que ayuda al cuerpo a absorber el calcio, manteniendo su nivel en los huesos y que su falta produce deformidades en el esqueleto y un mayor riesgo de dolencias como la osteoporosis y raquitismo. Y ahora, también sabemos que combate los casos graves de coronavirus.
Con información de Sputnik