Un estudio realizado en la Universidad Adam Mickiewicz de Poznán, Polonia, señala que las papas, tomates y berenjenas podrían ser la clave contra el cáncer debido a su contenido de glicoalcaloides, que también se encuentran en pimientos, arándanos y gojis, por sus propiedades anticancerígenas, los cuales podrían ayudar a evitar los efectos colaterales terribles de los tratamientos contra esta enfermedad.
La quimioterapia puede acarrear efectos como pérdida de cabello, náuseas, fatiga, entre otros, porque mientras ataca a las células cancerosas, mata a células saludables del cuerpo.
Magdalena Winkiel, y sus colegas analizaron a los glicoalcaloides, presentes en la familia de las solanáceas, que incluye a las papas, tomates y berenjenas. En las dosis correctas, estas sustancias pueden tener efectos clínicos poderosos, dijo Winkiel.
En el estudio se concentraron en cinco glucoalcaloides, solanina, chaconina, solasonina, solamargina y tomatina, que en el futuro podrían usarse para desarrollar fármacos, señala Winkiel.
Los hallazgos fueron publicados en la revista Frontiers in Pharmacology, indican que la solanina frenó a sustancias químicas potencialmente carcinogénicas para que no se transformen en carcinógenas en el cuerpo.
Estudios en un tipo particular de célula de leucemia mostraron que la solanina, en dosis pequeñas, las mata.
La chaconina tiene propiedades antiinflamatorias con potencial para tratar la sepsis, señala el equipo de investigadores.
La solamargina puede hacer que las células de cánder de hígado dejen de reproducirse, sugiere el estudio.
La solasonina tendría efectos similares, mientras que la tomatina ayuda al cuerpo a regular los ciclos celulares para que pueda matar a las células cancerosas que tienen un papel significativo en la resistencia a los fármacos, indica el estudio publicado en la revista Frontiers in Pharmacology.
Por ello los estudiosos creen que estas sustancias podrían ser un importante tratamiento complementario porque estas sustancias apuntan a las célula madre cancerosas que tendrían un rol significativo en la resistencia a los fármacos.
Sobre la forma en que estos químicos pueden combatir contra el cáncer en las células humanas no hay investigación, de modo que se trata de una fase temprana de investigación en esta materia, que es vital para confirmar qué glicoalcaloides son seguros y prometedores para probarlos en los humanos.
Los científicos todavía investigan sobre fármacos que sean letales para las células cancerosas y que a la vez sean inocuos para las células sanas, lo cual no es fácil pese a los avances en medicina y al poderosos desarrollo de técnicas modernas de tratamiento, señalan los autores, y que por eso vale la pena apuntar a plantas medicinales usadas años atrás con éxito para tratar diversas enfermedades.
Winkiel observó que estas sustancias no actúan como los fármacos anticcancer, pero analizó la posibilidad de que una terapia combinada podría incrementarla efectividad del tratamiento.
Las plantas han sido usadas por décadas contra el cáncer, como la quimioterapia con Taxol, que se produce de corteza de árbol, pero no hay investigación que indique que comer eso por días aniquile las células cancerosas, incluso si una dieta saludable puede ayudar a prevenir la aparición de tumores.
Hasta el momento las investigaciones no han encontrado tratamientos que sustituyan a la quimioterapia, radioterapia y cirugía, que pueden curar el cáncer si se detecta temprano.