El Dr. Hans Heinicke, médico, referente internacional de cirugía capilar, y miembro categoría experto de la Sociedad Internacional de Restauración Capilar y del Instituto Mundial de la Técnica Fue, nos explica algunos aspectos relacionados a esta enfermedad que cada día afecta a más personas.
La alopecia es la pérdida parcial o total del cabello, en distintas zonas, por lo que el término se considera similar a la calvicie. Puede afectar al cuero cabelludo, como también a otras partes de la piel en la que existe pelo, como las pestañas, axilas, región genital y barba. Se puede presentar tanto en varones, mujeres y niños; en el caso de los varones la pérdida de cabello se observa en un 50 ó 60 por ciento de la población en general y en las mujeres entre un 30 ó 40 por ciento.
Al respecto, el Dr. Hans Heinicke, director médico de la Clínica Heinicke, señala que la alopecia comienza a presentarse desde la adolescencia hasta los 55-60 años en la mayoría de los casos; y principalmente se debe a dos factores, uno hormonal y otro hereditario.
“La pérdida de cabello puede presentarse de distintas formas, ya sea de manera lenta y progresiva o de manera rápida y repentina, apreciándose realmente cuando ya se ha perdido una parte importante de cabello”, señala el especialista.
Datos
El cuero cabelludo contiene un promedio de 100.000 cabellos (las personas morenas, 150.000; las rubias, 130.000, y las pelirrojas, 90.000). A diario el ser humano pierde aproximadamente entre 50 y 100 cabellos del cuero cabelludo, eso dentro de lo normal. Ya cuando se empieza a notar falta de densidad, espacios vacíos y una mayor cantidad, es importante acudir de manera inmediata con el especialista, para poder diagnosticar su tipo de alopecia y tratarla de manera correcta a tiempo para estabilizarla, detener su caída y evitar que llegue a ser irreversible la situación.
El cabello está hecho de muchas fibras de proteína, un solo cabello tiene una vida normal entre 2 y 7 años, pero en general, el cabello se cae en su quinto año y es reemplazado por uno nuevo en un período de 6 meses.
“En consulta puedo diagnosticar rápidamente que una persona sufre de alopecia androgenética, cuando observo un cabello débil, fino y miniaturizado, síntomas iniciales de la caída de cabello, y a través de una aparatología especializada realizó un estudio específico de cada paciente” señala el Dr. Heinicke.
El especialista indica que existen distintos tipos de alopecia, entre las más comunes: la androgenética, presentada en casi un 95% de la población, seguidas por la areata, traumática, difusa y cicatricial.
Alopecia androgenética: Se manifiesta por el retraso progresivo de la línea frontal del nacimiento del pelo, lo que se conoce habitualmente como entradas, con afectación más tardía de la coronilla.
Alopecia areata: Ocasiona parches redondos. Los folículos pilosos no quedan destruidos con esta enfermedad, por lo que el pelo puede volver a crecer.
Alopecia traumática: Es producida por traumatismos físicos como tracción, presión o tricotilomanía (trastorno que consiste en arrancarse el cabello).
Alopecia difusa: La pérdida de cabello tiene lugar entre 2 y 4 meses después del parto, enfermedades graves, procesos febriles, estrés o pérdidas importantes de peso.
Alopecia cicatricial: Suelen ser irreversibles y se presentan como consecuencia de una enfermedad del cuero cabelludo causadas por traumatismos o quemaduras, factores infecciosos, fisicoquímicos, tumorales o alteraciones inmunológicas.
Tratamiento personalizado
En la actualidad existen dos formas de tratar la alopecia, el tratamiento médico y conservador, que es el que se realiza en pacientes que comienzan a perder el cabello y conservan el folículo piloso. La segunda opción es el tratamiento quirúrgico, que es el implante capilar en pacientes con un grado de alopecia más avanzado.
El Dr. Heinicke, recomienda visitar al especialista a tiempo para realizar un diagnóstico del paciente y determinar el tipo de alopecia, ya que debe realizarse una minuciosa evaluación médica que incluye la apertura de una historia clínica detallada orientada a detectar alguna alteración que justifique una caída aumentada de cabello y elegir el tratamiento más adecuado de acuerdo al tipo y grado de la enfermedad.