Una técnica basada en inteligencia artificial permite clasificar de forma más precisa que los métodos actuales si progresará o permanecerá estable, lo que abre la puerta a nuevas investigaciones.
La enfermedad de Alzheimer es la principal causa de demencia en el mundo. Aunque no tiene cura, la detección precoz se considera clave para poder desarrollar tratamientos eficaces que actúen antes de que su avance sea irreversible. El deterioro cognitivo leve es una fase que precede a la enfermedad, pero no todas las personas que lo sufren terminan desarrollando alzhéimer. Ahora, un trabajo liderado por científicos de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) y publicado en la revista IEEE Journal of Biomedical and Health Informatics, ha conseguido distinguir con gran precisión aquellas en las que el deterioro es estable y quiénes, sin embargo, progresarán hacia la enfermedad. La nueva técnica, que utiliza métodos de inteligencia artificial específicos para el reconocimiento de imágenes de resonancia magnética, supera en eficacia al resto de métodos usados en la actualidad.