Relación Perú-Chile, mitos peligrosos
El hecho de compartir fronteras, de ser vecinos, determina en los países que están en esa condición asumir actitudes y conductas que conviertan en algo positivo y beneficioso esa relación de vecindad. Siendo un propósito generalmente buscado, la paz favorece a los países y a los pueblos; la buena vecindad permite vivir en tranquilidad y prosperando.
El hecho de compartir fronteras, de ser vecinos, determina en los países que están en esa condición asumir actitudes y conductas que conviertan en algo positivo y beneficioso esa relación de vecindad. Siendo un propósito generalmente buscado, la paz favorece a los países y a los pueblos; la buena vecindad permite vivir en tranquilidad y prosperando.
Dicho esto, resulta necesario conocer bien a nuestros vecinos, aprender las lecciones que la historia nos deja y mantener las relaciones de vecindad en un nivel o con una cualidad que refleje nuestra forma de actuar frente a los vecinos. En el caso particular de la relación entre Perú y Chile, es obligatorio tener siempre presente que antes no fuimos vecinos con Chile, nuestra frontera al sur era con Bolivia, no con Chile. Como consecuencia de la guerra 1879-1883, Chile, tras robar por la fuerza de las armas todo el litoral boliviano (Antofagasta), se apoderó de nuestra provincia de Tarapacá, que incluye nuestras valiosas poblaciones y puertos como Iquique, Pisagua y Arica.
La vecindad. Ante hechos consumados y situaciones de abuso cometidas por Chile contra el Perú con la complicidad de infames peruanos como Nicolás de Piérola (que antes, durante y después de la guerra “trabajó” para beneficiar al enemigo chileno), Miguel Iglesias (que bien aceitado por los chilenos sólo esperó la derrota que sufrimos en Huamachuco en julio de 1883 para firmar el tratado despojador que deseaba Chile) y Augusto Bernardino Leguía Salcedo (que cumplió el deseo chileno de oficializar mediante tratado el despojo territorial que nos afectó), en los dirigentes políticos peruanos y en el pueblo peruano se han formado falsas ideas o percepciones respecto de Chile, que es necesario desenmascarar. Pasamos a mencionar los principales mitos.
Mito N.o 1
Chile es militarmente invencible. Según esta creencia, la guerra de 1879-1883 demostró que la fuerza armada chilena tenía —y tiene, según los políticos y periodistas pagados por Chile— una capacidad, organización y poderío que no solamente explican la victoria que obtuvo, sino que eran una advertencia de que siempre podría derrotar a sus vecinos.
Esto es totalmente falso, Chile no es invencible, simplemente es un país que sabe lo que quiere —robar territorio y conservarlo— y que se prepara adecuadamente para ello. Y esto parte del conocimiento realista y objetivo que tienen los chilenos respecto de sus posibilidades. La primera y más importante conclusión la derivaron de la batalla de Paucarpata (1837) cuando los chilenos nos atacaron para deshacer la confederación de Perú y Bolivia1. El ejército chileno se dirigió a Arequipa bien preparado —y contando además con el apoyo de algunos peruanos—, y pensaban que iban a arrasar fácilmente con los bolivianos y peruanos; pero resulta que estos los esperaban en buena disposición y en terreno favorable para la defensa. Al ver esto las tropas invasoras chilenas se acobardaron completamente y nada pudo hacer para levantarles el ánimo su comandante Manuel Blanco Encalada; los chilenos se rindieron sin presentar combate. Este fiasco fue una enseñanza muy valiosa para los chilenos, que partiendo del hecho real de contar con militares cobardes2 y con corazón de rata asustada, decidieron que de allí en adelante para robar territorios debían contar con muy clara superioridad en número, preparación y equipamiento de su fuerza armada.
El resultado a mediano plazo se vio en la guerra de 1870-1883, la que provocaron en un momento de máxima vulnerabilidad de Bolivia y del Perú3, y a la que llegaron convenientemente preparados. Consecuentes de la cobardía de sus militares, Chile, pese a sus afanes de robo, nunca ha buscado guerra con un país como Argentina, bien organizado y militarmente preparado. Ellos saben con quién se meten; si ven a su posible víctima bien preparada, los chilenos no atacan, de ninguna manera.
Mito N.o 2
Chile sí puede comprar armas; el Perú, no. En el Perú y Bolivia, los políticos y periodistas a sueldo de Chile continuamente machacan la idea de que el nivel de armamentismo que tiene Chile respecto de sus vecinos —que frente al Perú lo favorece en una proporción de por lo menos cuatro a uno— es una realidad insalvable, un hecho ineluctable; dicen que mientras Chile nos roba territorio y compra armas, nosotros debemos mantener los gastos de defensa en el nivel más bajo que sea posible4.
¿Por qué siempre dicen eso los mencionados malos peruanos?, ¿será porque son pesimistas? Nada de eso, lo dicen por traidores y corruptos. El Perú es un país dueño de ingentes riquezas naturales, inigualable ubicación geoestratégica y vasta biodiversidad, que realmente deben ponernos en condiciones no sólo de desarrollarnos, sino de armarnos adecuadamente.
El problema es que para los políticos peruanos es un gran negocio mantener al país en la pobreza y en el atraso, porque reciben grandes sobornos para poner nuestros recursos naturales y estratégicos en manos de empresas extranjeras, que coimean generosamente a políticos y periodistas para que mantengan el status quo.
Desarrollar el país y poner en manos peruanas nuestras riquezas que hoy están en depredadoras manos extranjeras es algo que los políticos corruptos no desean, porque saben que los asuntos públicos tendrían que hacerse a la luz del día y no con tratos bajo la mesa; y por supuesto que esa conducta en favor del país les produciría muy pocas coimas; eso no es buen negocio para los políticos peruanos, que quieren tener asegurados los sobornos que ellos reciben por partida doble: de las empresas extranjeras que vienen al Perú y del estado chileno, que se beneficia con este estado de cosas. Pero no debe haber ninguna duda de que podemos comprar armas y tenemos los medios para hacerlo. Somos un país de grandes riquezas secuestrado por políticos venales y traidores cuyo mejor negocio es mantener al Perú en la pobreza y la indefensión.
Mito N.o 3
Chile no es peligro para el Perú, que haya comercio. La mejor expresión o condensación ideológica que ilustra esto es la llamada política de “cuerdas separadas”, según la cual el Perú debe tener buenas relaciones e intercambio económico con Chile mientras este país nos roba el triángulo de tierra en Tacna y 36 000 kilómetros cuadrados de mar territorial.
Los políticos y diplomáticos peruanos en su mayoría son personas que buscan el beneficio personal y el logro de coimas. No les interesan ni el pasado ni el futuro del país sino su bienestar personal, obtenido mediante corrupción. Estos sinvergüenzas no dan ninguna importancia a las lecciones de la historia; para ellos no significa nada ni les enseña nada el hecho de que Bolivia pagó muy caro el error de permitir que empresas chilenas “trabajaran” en Antofagasta, con el resultado que conocemos (Bolivia perdió Antofagasta por dejar “trabajar” a empresarios y capitalistas chilenos).
Tampoco importa a los políticos y diplomáticos peruanos que hay empresas chilenas y hombres de negocios de Chile que operan en el Perú con dinero del estado chileno; estas empresas y personas son testaferros del estado chileno, que va ganando “derechos territoriales” mediante la compra de terrenos agrícolas, por ejemplo5.
Al permitir trabajar en el Perú a empresas chilenas estamos alimentando un peligroso y mortífero caballo de Troya, y podríamos pagar muy caro el delito cometido por los políticos que permiten la presencia del enemigo en nuestro territorio. Lo correcto es mantener una actitud de paz pero sin intercambio comercial y muy especialmente sin presencia de capitales chilenos en el Perú. Debemos deshacernos de las garrapatas chilenas.
Cabe señalar que las inversiones chilenas en el Perú no sólo son una amenaza por todas estas razones, sino que los chilenos tienen el desparpajo de amenazar indicando en su Libro Blanco de defensa que su ejército irá hasta donde se encuentren sus inversiones. Aun cuando retiren de ese libro este cavernícola principio, ello no será ninguna garantía de que estas funestas intenciones desaparezcan de los planes chilenos.
Mito N.o 4
Los chilenos son mejores, que vengan. Como si no tuviésemos la capacidad de manejar nuestros propios asuntos, como si fuésemos menores de edad incapaces de administrar un patrimonio, los corruptos y traidores políticos peruanos han propiciado, a cambio de suculentas coimas, la venida de capitales chilenos que están tomando el control de sectores estratégicos como puertos, aeropuertos, navegación de marina mercante, almacenes y agencias de aduana.
Nosotros los peruanos sí estamos en condiciones de administrar lo que nos corresponde, lo nuestro, no debemos sentirnos inhibidos o comprometidos por políticos y gobernantes vendepatria que entregan el país al control extranjero y enemigo, y nos marginan del derecho que tenemos de velar por nuestro progreso. Esta política entreguista y traidora que busca convertirnos en colonia o protectorado de Chile no sólo limita nuestro desarrollo y nos tiene como convidados de piedra en nuestro propio país, sino que nos niega la posibilidad de hacer sentir nuestra ventaja geoestratégica sobre el enemigo. No es posible que renunciando a ejercer dicha ventaja geoestratégica permitamos al enemigo utilizar puertos y aeropuertos peruanos, premiándolo por haber mutilado nuestro territorio y por seguir en situación de usurpador de Tarapacá y Arica.
Como los chilenos se precian de no depender de nadie, de robar territorio y no devolverlo ni pagar las consecuencias, es urgente entonces cerrar las fronteras y prohibir el paso por el Perú de barcos y aviones chilenos. Ellos necesitan vitalmente pasar por el Perú para comerciar con los EE. UU. y Europa, mientras que nosotros no necesitamos para nada transitar por Chile hacia el sur en busca de algo equivalente a lo que ellos encuentran pasando por el Perú6.
Es tiempo de evitar grandes males futuros identificando a Chile como lo que es: país enemigo del Perú, que con asesinatos y terrorismo nos quitó territorios que hasta hoy usurpa. Consecuentes con la identificación7 de Chile como país enemigo y amenaza fatal, debemos cuidarnos de ese país como de un animal venenoso y saber mantener las distancias del caso, actuando en busca de la paz pero sin los complejos que interesadamente difunden los corruptos; tenemos tanto derecho como Chile a adquirir armamento8, y debemos dejar que los chilenos actúen con la independencia y autosuficiencia que dicen tener cerrándoles nuestras puertas (entiéndase tráfico por mar y aire) mientras que ellos no muestren con hechos que desean dejar de ser usurpadores (esto es, que en un clima de sincera armonía y paz, nos restituyan el territorio que usurpan a resultas de la guerra).
Chile es muerte, terrorismo, corrupción y coima. Por ser gente de un país indeseable los chilenos se han hecho abrir las puertas del Perú mediante el soborno de los gobernantes. Por tanto, la sola presencia de empresas chilenas, además de ser un peligro para la seguridad nacional, es seguro indicador y síntoma de corrupción: donde hay empresas chilenas hay gobernantes y funcionarios coimeados. Limpiemos el Perú, extirpemos esas manifestaciones de inmoralidad y corrupción que llevan el sello de Chile.
_________________
1 La Confederación Perú-Boliviana era en realidad la reunificación del Perú. Por decisión y órdenes de Simón Bolívar, el general Antonio José de Sucre viajó al Alto Perú, que así se llamaba la parte del Perú que hoy es Bolivia, con la finalidad expresa de provocar la secesión del Alto Perú, lo cual ocurrió. El nombre “Bolivia” que tomó el Alto Perú fue en reconocimiento a la idea de Simón Bolívar, que permitió a los políticos de esa parte del Perú el sueño de país propio (así como ahora en el Perú miles de ciudadanos tienen el sueño de formar su partido político propio).
2 Por una razón que podrían explicar bien sociólogos y psiquiatras, en Chile la carrera de las armas desde siempre ha atraído como un imán a toda una masa de homosexuales. Así se entiende que los sodomitas alemanes de la tradicional escuela militar prusiana tuvieran especial interés en dejar sus “enseñanzas” en Chile, pues congeniaban con sus preferencias. Ser homosexual no quita que un combatiente sea feroz y hasta genocida, como fue el caso de los militares alemanes de la Segunda Guerra Mundial, herederos de la tradición homosexual de la escuela prusiana, que tenía su paradigma histórico en los combatientes espartanos de la antigua Grecia, que siendo sodomitas eran muy buenos guerreros. Leer The pink swastika, de Scott Lively and Kevin Abrams, que documentadamente demuestra las raíces históricas de la homosexualidad de los nazis.
3 Sin exagerar, por los continuos golpes de estado, revoluciones y contrarrevoluciones, se puede contar que, cada uno por su cuenta, Bolivia y el Perú han tenido diez veces más presidentes que Chile. Debemos recordar que incluso en plena guerra de 1879-1883 continuaron los golpes de estado en Bolivia y el Perú.
4 Dicen que en vez de adquirir armamento debemos destinar dinero para combatir la pobreza, mejorar le educación, promover el desarrollo, etc., objetivos que hace tiempo sabemos que nunca se cumplen. Somos en el mundo uno de los países con mayor desigualdad social. Los mayores ingresos por exportación de materias primas sólo en forma mínima alivian la pobreza; lo mejor del pastel se lo llevan las empresas extranjeras y los políticos y funcionarios peruanos que reciben las coimas correspondientes.
5 Otro aspecto grave de esto, muy perjudicial para el Perú, es que los chilenos cultivan y cosechan en nuestro país productos agrícolas, los exportan a Chile y de allí, debidamente envasados y presentados, salen como “producto chileno”. Así, nos quitan mercado y ante el mundo aparecen como productores y vendedores de cosas que realmente no tienen.
6 Como señalamos, los chilenos se benefician de nuestros puertos y aeropuertos para comerciar y llevar pasajeros al Hemisferio Norte, mientras que nosotros, yendo al sur, tendríamos que conformarnos con llevar gente para que vea los pingüinos y focas de la Antártida.
7 El nuevo gobierno que elijamos este año debe dejar sin efecto el traidor convenio suscrito entre el Perú y Chile en 1985, durante el primer gobierno de Alan García, que busca “armonizar” la enseñanza de la historia en el sistema educativo. Resultado de eso es que en los libros de historia que leen nuestros colegiales, no se emplea la palabra “héroe” para referirse a Miguel Grau, Francisco Bolognesi y Andrés A. Cáceres. Leer
¡Infamia contra escolares al descubierto!
¡Lavado cerebral a escolares promovido por Ministerio de Educación!
Crisis de la profesión de Historia
Ya nos explicamos por qué un grupo de marinos peruanos serviles a Chile y mantenidos con nuestro dinero ha puesto en el patio de nuestra Escuela Naval un monumento al ratero y terrorista chileno Arturo Prat Chacón, que falleció intentando asesinar a Miguel Grau.
8 Cada vez que el Perú compra armas, aunque sean de segunda mano, el gobierno se deshace en explicaciones y justificaciones. Un poco más y podría llegar el momento en que estos políticos y diplomáticos peruanos vendidos al enemigo pidan disculpas a Chile por la adquisición de armas para nuestros militares, o soliciten su visto bueno. En contraste, en esto la actitud de los rateros chilenos es “Yo compro lo que quiero ¿y qué?”
La vecindad. Ante hechos consumados y situaciones de abuso cometidas por Chile contra el Perú con la complicidad de infames peruanos como Nicolás de Piérola (que antes, durante y después de la guerra “trabajó” para beneficiar al enemigo chileno), Miguel Iglesias (que bien aceitado por los chilenos sólo esperó la derrota que sufrimos en Huamachuco en julio de 1883 para firmar el tratado despojador que deseaba Chile) y Augusto Bernardino Leguía Salcedo (que cumplió el deseo chileno de oficializar mediante tratado el despojo territorial que nos afectó), en los dirigentes políticos peruanos y en el pueblo peruano se han formado falsas ideas o percepciones respecto de Chile, que es necesario desenmascarar. Pasamos a mencionar los principales mitos.
Mito N.o 1
Chile es militarmente invencible. Según esta creencia, la guerra de 1879-1883 demostró que la fuerza armada chilena tenía —y tiene, según los políticos y periodistas pagados por Chile— una capacidad, organización y poderío que no solamente explican la victoria que obtuvo, sino que eran una advertencia de que siempre podría derrotar a sus vecinos.
Esto es totalmente falso, Chile no es invencible, simplemente es un país que sabe lo que quiere —robar territorio y conservarlo— y que se prepara adecuadamente para ello. Y esto parte del conocimiento realista y objetivo que tienen los chilenos respecto de sus posibilidades. La primera y más importante conclusión la derivaron de la batalla de Paucarpata (1837) cuando los chilenos nos atacaron para deshacer la confederación de Perú y Bolivia1. El ejército chileno se dirigió a Arequipa bien preparado —y contando además con el apoyo de algunos peruanos—, y pensaban que iban a arrasar fácilmente con los bolivianos y peruanos; pero resulta que estos los esperaban en buena disposición y en terreno favorable para la defensa. Al ver esto las tropas invasoras chilenas se acobardaron completamente y nada pudo hacer para levantarles el ánimo su comandante Manuel Blanco Encalada; los chilenos se rindieron sin presentar combate. Este fiasco fue una enseñanza muy valiosa para los chilenos, que partiendo del hecho real de contar con militares cobardes2 y con corazón de rata asustada, decidieron que de allí en adelante para robar territorios debían contar con muy clara superioridad en número, preparación y equipamiento de su fuerza armada.
El resultado a mediano plazo se vio en la guerra de 1870-1883, la que provocaron en un momento de máxima vulnerabilidad de Bolivia y del Perú3, y a la que llegaron convenientemente preparados. Consecuentes de la cobardía de sus militares, Chile, pese a sus afanes de robo, nunca ha buscado guerra con un país como Argentina, bien organizado y militarmente preparado. Ellos saben con quién se meten; si ven a su posible víctima bien preparada, los chilenos no atacan, de ninguna manera.
Mito N.o 2
Chile sí puede comprar armas; el Perú, no. En el Perú y Bolivia, los políticos y periodistas a sueldo de Chile continuamente machacan la idea de que el nivel de armamentismo que tiene Chile respecto de sus vecinos —que frente al Perú lo favorece en una proporción de por lo menos cuatro a uno— es una realidad insalvable, un hecho ineluctable; dicen que mientras Chile nos roba territorio y compra armas, nosotros debemos mantener los gastos de defensa en el nivel más bajo que sea posible4.
¿Por qué siempre dicen eso los mencionados malos peruanos?, ¿será porque son pesimistas? Nada de eso, lo dicen por traidores y corruptos. El Perú es un país dueño de ingentes riquezas naturales, inigualable ubicación geoestratégica y vasta biodiversidad, que realmente deben ponernos en condiciones no sólo de desarrollarnos, sino de armarnos adecuadamente.
El problema es que para los políticos peruanos es un gran negocio mantener al país en la pobreza y en el atraso, porque reciben grandes sobornos para poner nuestros recursos naturales y estratégicos en manos de empresas extranjeras, que coimean generosamente a políticos y periodistas para que mantengan el status quo.
Desarrollar el país y poner en manos peruanas nuestras riquezas que hoy están en depredadoras manos extranjeras es algo que los políticos corruptos no desean, porque saben que los asuntos públicos tendrían que hacerse a la luz del día y no con tratos bajo la mesa; y por supuesto que esa conducta en favor del país les produciría muy pocas coimas; eso no es buen negocio para los políticos peruanos, que quieren tener asegurados los sobornos que ellos reciben por partida doble: de las empresas extranjeras que vienen al Perú y del estado chileno, que se beneficia con este estado de cosas. Pero no debe haber ninguna duda de que podemos comprar armas y tenemos los medios para hacerlo. Somos un país de grandes riquezas secuestrado por políticos venales y traidores cuyo mejor negocio es mantener al Perú en la pobreza y la indefensión.
Mito N.o 3
Chile no es peligro para el Perú, que haya comercio. La mejor expresión o condensación ideológica que ilustra esto es la llamada política de “cuerdas separadas”, según la cual el Perú debe tener buenas relaciones e intercambio económico con Chile mientras este país nos roba el triángulo de tierra en Tacna y 36 000 kilómetros cuadrados de mar territorial.
Los políticos y diplomáticos peruanos en su mayoría son personas que buscan el beneficio personal y el logro de coimas. No les interesan ni el pasado ni el futuro del país sino su bienestar personal, obtenido mediante corrupción. Estos sinvergüenzas no dan ninguna importancia a las lecciones de la historia; para ellos no significa nada ni les enseña nada el hecho de que Bolivia pagó muy caro el error de permitir que empresas chilenas “trabajaran” en Antofagasta, con el resultado que conocemos (Bolivia perdió Antofagasta por dejar “trabajar” a empresarios y capitalistas chilenos).
Tampoco importa a los políticos y diplomáticos peruanos que hay empresas chilenas y hombres de negocios de Chile que operan en el Perú con dinero del estado chileno; estas empresas y personas son testaferros del estado chileno, que va ganando “derechos territoriales” mediante la compra de terrenos agrícolas, por ejemplo5.
Al permitir trabajar en el Perú a empresas chilenas estamos alimentando un peligroso y mortífero caballo de Troya, y podríamos pagar muy caro el delito cometido por los políticos que permiten la presencia del enemigo en nuestro territorio. Lo correcto es mantener una actitud de paz pero sin intercambio comercial y muy especialmente sin presencia de capitales chilenos en el Perú. Debemos deshacernos de las garrapatas chilenas.
Cabe señalar que las inversiones chilenas en el Perú no sólo son una amenaza por todas estas razones, sino que los chilenos tienen el desparpajo de amenazar indicando en su Libro Blanco de defensa que su ejército irá hasta donde se encuentren sus inversiones. Aun cuando retiren de ese libro este cavernícola principio, ello no será ninguna garantía de que estas funestas intenciones desaparezcan de los planes chilenos.
Mito N.o 4
Los chilenos son mejores, que vengan. Como si no tuviésemos la capacidad de manejar nuestros propios asuntos, como si fuésemos menores de edad incapaces de administrar un patrimonio, los corruptos y traidores políticos peruanos han propiciado, a cambio de suculentas coimas, la venida de capitales chilenos que están tomando el control de sectores estratégicos como puertos, aeropuertos, navegación de marina mercante, almacenes y agencias de aduana.
Nosotros los peruanos sí estamos en condiciones de administrar lo que nos corresponde, lo nuestro, no debemos sentirnos inhibidos o comprometidos por políticos y gobernantes vendepatria que entregan el país al control extranjero y enemigo, y nos marginan del derecho que tenemos de velar por nuestro progreso. Esta política entreguista y traidora que busca convertirnos en colonia o protectorado de Chile no sólo limita nuestro desarrollo y nos tiene como convidados de piedra en nuestro propio país, sino que nos niega la posibilidad de hacer sentir nuestra ventaja geoestratégica sobre el enemigo. No es posible que renunciando a ejercer dicha ventaja geoestratégica permitamos al enemigo utilizar puertos y aeropuertos peruanos, premiándolo por haber mutilado nuestro territorio y por seguir en situación de usurpador de Tarapacá y Arica.
Como los chilenos se precian de no depender de nadie, de robar territorio y no devolverlo ni pagar las consecuencias, es urgente entonces cerrar las fronteras y prohibir el paso por el Perú de barcos y aviones chilenos. Ellos necesitan vitalmente pasar por el Perú para comerciar con los EE. UU. y Europa, mientras que nosotros no necesitamos para nada transitar por Chile hacia el sur en busca de algo equivalente a lo que ellos encuentran pasando por el Perú6.
Es tiempo de evitar grandes males futuros identificando a Chile como lo que es: país enemigo del Perú, que con asesinatos y terrorismo nos quitó territorios que hasta hoy usurpa. Consecuentes con la identificación7 de Chile como país enemigo y amenaza fatal, debemos cuidarnos de ese país como de un animal venenoso y saber mantener las distancias del caso, actuando en busca de la paz pero sin los complejos que interesadamente difunden los corruptos; tenemos tanto derecho como Chile a adquirir armamento8, y debemos dejar que los chilenos actúen con la independencia y autosuficiencia que dicen tener cerrándoles nuestras puertas (entiéndase tráfico por mar y aire) mientras que ellos no muestren con hechos que desean dejar de ser usurpadores (esto es, que en un clima de sincera armonía y paz, nos restituyan el territorio que usurpan a resultas de la guerra).
Chile es muerte, terrorismo, corrupción y coima. Por ser gente de un país indeseable los chilenos se han hecho abrir las puertas del Perú mediante el soborno de los gobernantes. Por tanto, la sola presencia de empresas chilenas, además de ser un peligro para la seguridad nacional, es seguro indicador y síntoma de corrupción: donde hay empresas chilenas hay gobernantes y funcionarios coimeados. Limpiemos el Perú, extirpemos esas manifestaciones de inmoralidad y corrupción que llevan el sello de Chile.
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1 La Confederación Perú-Boliviana era en realidad la reunificación del Perú. Por decisión y órdenes de Simón Bolívar, el general Antonio José de Sucre viajó al Alto Perú, que así se llamaba la parte del Perú que hoy es Bolivia, con la finalidad expresa de provocar la secesión del Alto Perú, lo cual ocurrió. El nombre “Bolivia” que tomó el Alto Perú fue en reconocimiento a la idea de Simón Bolívar, que permitió a los políticos de esa parte del Perú el sueño de país propio (así como ahora en el Perú miles de ciudadanos tienen el sueño de formar su partido político propio).
2 Por una razón que podrían explicar bien sociólogos y psiquiatras, en Chile la carrera de las armas desde siempre ha atraído como un imán a toda una masa de homosexuales. Así se entiende que los sodomitas alemanes de la tradicional escuela militar prusiana tuvieran especial interés en dejar sus “enseñanzas” en Chile, pues congeniaban con sus preferencias. Ser homosexual no quita que un combatiente sea feroz y hasta genocida, como fue el caso de los militares alemanes de la Segunda Guerra Mundial, herederos de la tradición homosexual de la escuela prusiana, que tenía su paradigma histórico en los combatientes espartanos de la antigua Grecia, que siendo sodomitas eran muy buenos guerreros. Leer The pink swastika, de Scott Lively and Kevin Abrams, que documentadamente demuestra las raíces históricas de la homosexualidad de los nazis.
3 Sin exagerar, por los continuos golpes de estado, revoluciones y contrarrevoluciones, se puede contar que, cada uno por su cuenta, Bolivia y el Perú han tenido diez veces más presidentes que Chile. Debemos recordar que incluso en plena guerra de 1879-1883 continuaron los golpes de estado en Bolivia y el Perú.
4 Dicen que en vez de adquirir armamento debemos destinar dinero para combatir la pobreza, mejorar le educación, promover el desarrollo, etc., objetivos que hace tiempo sabemos que nunca se cumplen. Somos en el mundo uno de los países con mayor desigualdad social. Los mayores ingresos por exportación de materias primas sólo en forma mínima alivian la pobreza; lo mejor del pastel se lo llevan las empresas extranjeras y los políticos y funcionarios peruanos que reciben las coimas correspondientes.
5 Otro aspecto grave de esto, muy perjudicial para el Perú, es que los chilenos cultivan y cosechan en nuestro país productos agrícolas, los exportan a Chile y de allí, debidamente envasados y presentados, salen como “producto chileno”. Así, nos quitan mercado y ante el mundo aparecen como productores y vendedores de cosas que realmente no tienen.
6 Como señalamos, los chilenos se benefician de nuestros puertos y aeropuertos para comerciar y llevar pasajeros al Hemisferio Norte, mientras que nosotros, yendo al sur, tendríamos que conformarnos con llevar gente para que vea los pingüinos y focas de la Antártida.
7 El nuevo gobierno que elijamos este año debe dejar sin efecto el traidor convenio suscrito entre el Perú y Chile en 1985, durante el primer gobierno de Alan García, que busca “armonizar” la enseñanza de la historia en el sistema educativo. Resultado de eso es que en los libros de historia que leen nuestros colegiales, no se emplea la palabra “héroe” para referirse a Miguel Grau, Francisco Bolognesi y Andrés A. Cáceres. Leer
¡Infamia contra escolares al descubierto!
¡Lavado cerebral a escolares promovido por Ministerio de Educación!
Crisis de la profesión de Historia
Ya nos explicamos por qué un grupo de marinos peruanos serviles a Chile y mantenidos con nuestro dinero ha puesto en el patio de nuestra Escuela Naval un monumento al ratero y terrorista chileno Arturo Prat Chacón, que falleció intentando asesinar a Miguel Grau.
8 Cada vez que el Perú compra armas, aunque sean de segunda mano, el gobierno se deshace en explicaciones y justificaciones. Un poco más y podría llegar el momento en que estos políticos y diplomáticos peruanos vendidos al enemigo pidan disculpas a Chile por la adquisición de armas para nuestros militares, o soliciten su visto bueno. En contraste, en esto la actitud de los rateros chilenos es “Yo compro lo que quiero ¿y qué?”