El trabajador es el perdedor
Este decreto, lejos de promover un empleo digno, arrojará al empleado de clase media a la pobreza y al trabajador pobre a una cruel miseria. Esta es la forma en que García presta gran servicio a los malos empresarios que no saben hacer riqueza con trabajo e inteligencia, son esa clase de incompetentes que, como son tan incapaces de generar riqueza, tienen que implorar al gobierno (o coimarlo) para vivir de la explotación de sus trabajadores.
Ya está en vigencia este DL 1086 desde el día siguiente de su publicación, pero debe reglamentarse en un plazo de 60 días, por tanto, los trabajadores deben tener en cuenta que, según sus artículo 4.° y 5.°, es aplicable a todos los que presten servicios en pequeñas y microempresas y regula los contratos a partir de su entrada en vigencia, no a los anteriores.
García habló mucho de los “candados” para evitar que las grandes empresas se dividan, así, cree que es suficiente el artículo 6.°, que establece que no están comprendidas las empresas que dividan sus unidades o tengan vínculos empresariales que no cumplan dichos requisitos. Hecha la ley hecha la trampa. Nadie podrá controlar la división de las empresas con argucias y testaferros, lo cual ya era un gran problema al haberse incrementado —con la anterior Ley 28015— a 50 el número de trabajadores para que se considere pequeña a una empresa. Ahora, con el límite de 100, el control será imposible, con mayor razón, con un ministerio de Trabajo incapaz de controlar, dada la incompetencia de prácticamente todos los empleados del ministerio de Trabajo y el escaso y mal preparado número de inspectores con que cuenta: se cometen toda clase de violaciones a la legislación laboral, pero, para felicidad de los explotadores, la autoridad de Trabajo sólo aborda un mínimo número de casos de todo el país.
La situación actual de incapacidad del ministerio de Trabajo responde a la falta de decisión política de luchar contra los abusos laborales. Además, pese a que para la Constitución la persona es el fin supremo del Estado y la sociedad, a la persona la pueden explotar y hasta matarla sin que haya sanciones y medidas efectivas en la legislación. En el Perú el impuesto es de hecho superior a la persona, pues la violacion de las normas tributarias puede ser castigado con inmediatos cierres, multas y embargos de parte de la SUNAT, facultades que no tiene el ministerio de Trabajo.
Para fomentar la burla de los derechos de los trabajadores, en realidad el gobierno tolera las divisiones, cambian de razón social y siguen con los mismos activos, son conocidos los casos de millonarias empresas que crean empresas en apariencia no relacionadas, con la única finalidad de dividirse y burlar los derechos de los trabajadores.
Tan notoria es la falta de voluntad del gobierno de corregir la situación, que viejos derechos consagrados en la legislación, como el derecho a sindicalizarse, son burlados por grandes empresas y son de conocimiento público, sin que haya sanciones efectivas ni sumarias.
El trabajador de estas pequeñas y microempresas verá recortados casi todos sus pagos y derechos: CTS, gratificación, indemnización por despido arbitrario, vacaciones. Para colmo, señala que los trabajadores de microempresas podrán recibir menos que la remuneración mínima vital con acuerdo del Consejo Nacional de Trabajo. ¡Increíble!
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* Ni estos empresarios ni el gobierno entienden que salarios decentes, esto es, un mayor poder adquisitivo de las personas, vigorizarían notoriamente la actividad económica del Perú; el cholo barato no consume.
Ver: DL 1086: Frankenstein que asalta al trabajador I
DL 1086: Frankenstein que asalta al trabajador III
DL 1086: Frankenstein que asalta al trabajador IV