torretagleEl director de la Oficina de Control de Drogas del Ministerio de Relaciones Exteriores, Francisco Tenya Hasegawa, fue destacado a la Secretaría General de la Presidencia.

Francisco Tenya se inició en el servicio diplomático en los noventa y su actual lugar de destaque no le es ajeno porque sirvió en Palacio de Gobierno  durante el régimen  de Fujimori. Luego, y por seis años, ejerció funciones en la Embajada de Perú en Tokio, cuando el titular de la legación era Víctor Aritomi, cuñado de Fujimori.

A su retorno volvió a servir en Palacio. El 26 de setiembre del 2000, una resolución suprema autorizó el viaje de Tenya a Tokio, en comisión de servicios, hasta el 9 de octubre de ese año.

Otra disposición amplió el plazo. Su permanencia permitió al primer secretario Tenya recibir al presidente Fujimori, en Tokio, en noviembre del 2000, cuando este realizó su último viaje a la capital nipona como Presidente de la República.
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http://www.larepublica.pe/06-03-2013/ex-director-en-drogas-de-la-cancilleria-se-va-palacio
Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
17-12-2000

Torre Tagle: ¿ya se rindieron cuentas?
http://es.groups.yahoo.com/group/gatoencerrado/message/1147

¿Alguien sabe de la rendición de cuentas de Víctor Aritomi Shinto, ex-embajador peruano y cuñado del prófugo Fujimori, en el Japón acerca de sus largos 9 años de "gestión"? En realidad, ¿ya se le pasó por la inspectoría de gestión por bienes y servicios? Si es así, la opinión pública demanda conocer cuáles los destinos de los cuantiosos fondos
remesados desde Lima a Tokio y si no ha sido así, entonces ¿es tan poderosa la mafia enquistada en la Cancillería que es imposible agarrar del pescuezo al susodicho y exigirle relación detallada de los múltiples negocios que llevó a cabo desde el salón de recepciones de la embajada a la que convirtió en un depósito de sus mercaderías? ¿Qué ha hecho sobre
el particular el primer ministro y canciller Javier Pérez de Cuéllar?

Aritomi, el cuñadísimo, gozó de un sueldo mensual de US$ 40,000 (cuarenta mil dólares americanos) y la embajada tuvo una partida cada 30 días, de US$ 60,000 (sesenta mil dólares americanos) y en esta casa no se hacía ningún tipo de reunión y cuando las hubo el embajador Aritomi alquiló (sólo Dios sabe a qué precios) locales particulares. Su virtud fundamental consistió en "hablar perfectamente el japonés", delincuente Fujimori dixit, sin embargo, los papelones y ridículos protagonizados por este sujeto le llevaron a abandonar la imprescindible tarea diplomática de asistir y confraternizar en los círculos de este nivel, porque era un palurdo campesino de japonés trabado y ramplón que apenas si lograba hacerse entender por el resto de los funcionarios de su jerarquía. Aritomi, casado con la hermana ingeniero de Fujimori, Rosa, había sido un funcionario gris en Lima de la empresa Matsushita de Osaka
y la relación matrimonial le llevó al pedestal de diplomático que no sabía siquiera ponerse un frac o alternar con la corte tradicional japonesa.

De manera que el cuento, ampliamente difundido que el delincuente Fujimori, tenía gran pegada en su país natal, era tan sólo una fanfarronada. Aritomi demostró ser un buhonero eficiente y administrador brillante de los negocios de la familia y las remesas consiguientes en
bancos de la zona, pero ¡como el diplomático que nunca fue constituyó una auténtica nulidad, una verguenza para el Perú, un ridículo espantoso!

Hace poco, cuando el pusilánime Fujimori se las picó para Japón, fue recibido en Tokio por el ahijado de Aritomi, nada menos que el promovido por el gobierno transitorio y por la mafia de Torre Tagle, a Consejero Francisco Tenya Hasegawa, quien se pasó 8 años en esta capital al lado de su queridísimo y mercachifle padrino. ¿Hasta qué punto está involucrado éste en las trapacerías comerciales de Aritomi? ¿Torre Tagle le preparó para cargar las maletas a rufianes como Fujimori? Parece increíble tener que dar cuenta de estos pequeños grandes detalles, pero ha sido tal el envilecimiento del país y de su servicio diplomático, que resulta sintomático no perder ni el más mínimo indicio de complicidad o alegre connivencia.

En momentos en que los apetitos por candidaturas se abren paso a trompicones y recluta de firmas, no se ha oído hasta el momento ningún planteamiento en torno a qué hacer y cómo sanear la cueva plena en forajidos con amplio prontuario que es la Cancillería. Todo parece
indicar que los políticos entienden poco, si algo, que la política exterior del Perú es la primera línea de defensa del país en tiempos de paz y que hay que tener un servicio diplomático muy bien preparado con funcionarios inteligentes en varios idiomas y probados en torno a un
compromiso con el Perú, su historia y tradiciones. La probanza de escándalos, robos, abusos, por parte de "diplomáticos" políticos y de personal de carrera en el último decenio deshonra mayúsculamente a Torre Tagle. ¿No sería deseable -URGENTE- que los partidos incorporasen a los diplomáticos más capaces en sus listas postulantes? ¿Y así manejar un
problema que ha tornado en canceroso y ríspido para el país?

En su revista on line Perú NewsReview (www.perunews.com), el colega José Cabada anota algunas perlas que transcribimos a continuación: "Alfredo Ramos, cónsul en Miami, con sueldo de lujo (más de US$ 11,600). ¿A cambio de qué? No ha sabido solucionar el pésimo sistema telefónico en el consulado desde hace cinco años". Refiriéndose al ex-cónsul en Los
Angeles, Mario Vélez, escribe: "ha sido, y es muy posible, el peor de los cónsules, que han desfilado en los Estados Unidos, en no menos de 50 años. Abusó de su investidura como diplomático. Fue acusado por difamador por nuestro editor ante la Corte Superior de Lima, siendo sentenciado por un año, con libertad condicional y reparación civil de cinco mil soles.....Aparte de eso, malversó fondos del consulado, firmando vales para gastos personales...Fue acusado por acoso sexual al ofender a una ciudadana en una reunión social, que gracias al ex-cónsul Juan la Rosa, la denuncia no fue presentada a la Cancillería." La cancillería cuando estuvo a cargo de Eduardo Ferrero Costa, premió al ex-cónsul adscrito en Nueva York, Edgar Gómez-Sánchez Gutty con un puesto de Cónsul General en el Japón, este señor había sido requerido por el Chase Manhattan Bank en carta oficial para que pagase la deuda contraída con esta entidad, hecho que no honró, según afirma Cabada. "El ex-cónsul en Miami, Carlos Cornejo, en situación de retiro, fue contratado ganando más de US$ 10,000 mensuales. Cuando regresó a Lima le asignaron más de US$ 20,000 para su traslado. Un contenedor de Miami al Callao no cuesta más de US$ 900. ¿Devolvió el restante? De pésimo
desempeño, realizó la expropiación ilícita de cerca de US$ 30,000 de los fondos del Consulado (dinero del Estado). Después de ser investigado, le permitieron devolver en cómodas cuotas de US$ 400 mensuales sin intereses."

Cualquier lector podría imaginar que lee los prontuarios de fechorías de hampones y tiene relativa razón. Sólo que se trata de elegantes y frívolos cacos que se dedicaron a desprestigiar el servicio diplomático peruano y a la dictadura de Fujimori, escondido en el Japón en casa de
la escritora Ayako Sono, presidenta de una "fundación filantrópica", establecida por un notorio miembro de la yakuza (mafia japonesa) de apellido Sasagawa. ¡Dios los cría y ellos se juntan!

El gobierno transitorio de Valentín Paniagua no ha dicho absolutamente nada sobre este intríngulis de suyo grave y complicado. Hace falta recontruir la Cancillería, reprofesionalizarla y hay que retirar o extirpar a las ratas enquistadas por la mafia de los verdugos que llevaron a cabo la poda de los 117 funcionarios en 1992 porque así lo
habían determinado la pandilla de Montesinos y sus adláteres más conspicuos entre los cuales se encuentran: Alfonso Rivero, Ricardo Luna Mendoza, Jaime Stiglich, Roberto Villarán K, Alejandro León, Jorge Valdez, Hugo Palma, Fernando Guillén, entre otros.

Resulta por todo lo narrado difícil de entender que vuelva a Japón, como embajador Luis Macchiavelo Amorós, a repetir el plato, después de haber estado en la cortesanía contratada por Torre Tagle para el servicio de la dictadura. Este señor ya estaba jubilado y habría que preguntarse ¿por causa de qué no le dejan descansar? ¿O qué clase de intereses hay para retornar a este ex-embajador en Tokio a este puesto? ¿Será mérito suficiente que su esposa sea nipona? No. No lo creo. La mafia sigue vivita y coleando, ante el estupor del país entero.