La capitulación militar y el servilismo brillaron por todo lo alto en el desfile y parada militar
Hoy Chile ha vuelto a confirmar en el desfile militar de la avenida Brasil, en Lima, la falta de dignidad del gobierno peruano. En primer lugar, con la anuencia de los militares peruanos, el enemigo que nos roba el triángulo terrestre reafirma que su derecho de vencedor le permite “educar” en las calles al pueblo peruano para que respetando la vencedora bandera chilena sienta que Chile puede hacer lo que le dé la gana en el Perú.
El enemigo chileno desfilando hoy
Así, tras la derrota jurídica y en soberanía que nos significó el fallo de La Haya del 27 de enero, Chile reclama como suyo —y con éxito— el triángulo de Tacna, y ha prohibido a los militares peruanos hacer acto de presencia en esa parte del territorio peruano que los chilenos están robando.
La orden que ha dado Chile —y que se cumple a rajatabla— es distraer a la gente con el desfile mientras ellos mantienen el control efectivo del triángulo terrestre sin que los militares peruanos muevan un dedo y logran que el Congreso del Perú cambie las leyes según el deseo del enemigo, con lo cual el gobierno “peruano” de Ollanta Humala pone las bases legales que legitimarán el robo chileno del triángulo terrestre.
Es evidente que estas distracciones sirven también para evitar que los ciudadanos se opongan de manera organizada a la exportación de gas y energía a Chile, o que exijan reservar las tierras agrícolas para los peruanos y no para Chile, que de hecho considera que tiene la prioridad en todo, lo cual aceptan todos los corruptos y coimeros peruanos que hablan de “amistad” y “hermandad” con Chile (“amistad” y “hermandad” que apenas ocultan los objetivos de dominación que cumplen los ladrones chilenos en el Perú).
El militar peruano: la derrota es para siempre
Contrariamente al sentir de los ciudadanos peruanos, que piden restablecer nuestra soberanía territorial, cuando nuestros militares aceptan invitaciones para capacitarse en Chile, asimilan la doctrina político-militar chilena, cuyo primer punto es que la mayor virtud del militar peruano “amigo” de Chile es la capitulación, que ha llevado a que —para beneplácito de Chile— durante décadas la marina de guerra y el ejército se abstuvieran de afirmar la soberanía del Perú en nuestra zona sur, lo que ayudó mucho al fortalecimiento de la posición chilena durante el juicio de La Haya.
El segundo aspecto importante de la enseñanza chilena a los incautos o corruptos que aceptan invitaciones a Santiago es que Chile no es enemigo del Perú, y que los verdaderos enemigos son peruanos a quienes los militares peruanos deben exterminar, por ejemplo en los departamentos de Cusco, Ayacucho, Huancavelica o Cajamarca. He allí —dicen los patrones a sus sirvientes— el verdadero peligro que sufre el Perú.
El tercer pilar de la enseñanza chilena es que estando bien claro que el enemigo del Perú es interno, se necesita que la gran masa popular no se oponga. Frente a esto los militares peruanos reflexionan acerca de la deslealtad de embestir a su propio pueblo. Pero los chilenos los tranquilizan diciendo que los medios de comunicación y los diversos elementos del estado peruano ya están alineados con Chile, por lo cual no deben preocuparse de lo que opine la ciudadanía, que no tiene derecho de pedir nada a la fuerza armada y más bien debe agradecer por el honor de pagar los sueldos a tan esforzados y patrióticos servidores.
Qué corresponde hacer a militares peruanos
—Tener en cuenta que su deber es defender la soberanía del territorio peruano, lo que en este momento significa ocupar el triángulo terrestre e izar la bandera peruana en el punto Concordia.
—Dejar de ser cómplices del paseo en Lima de la victoriosa bandera chilena, humillación enorme para el pueblo peruano.
—Apreciar que la sangre de los 23 mil peruanos que Chile asesinó en la guerra es valiosa.
—Respetar el mensaje y el ejemplo de Bolognesi, Cáceres y Grau, que combatieron porque no aceptaban la entrega de territorio peruano a Chile; solamente sirvientes y coimeros pueden hablar de estos héroes si al mismo tiempo aceptan el robo territorial chileno.
—Rechazar la “amistad” chilena que sirve para manipularlos y alejarlos del cumplimiento de sus deberes con el Perú, como se demuestra con el mar que hemos perdido con el fallo de La Haya y con la casi pérdida del triángulo terrestre.
—Comprender que no puede haber amistad entre chilenos vencedores asesinos y peruanos derrotados y perdedores de 1879-1883, porque en esa "amistad" se da una relación de patrón a sirviente; lo que debe haber es mantener distancias dignamente frente al enemigo, que se ríe a carcajadas llamando “igualados” a los militares peruanos que sueñan con que los militares chilenos los consideren amigos; desprecio igual al que sufrió Ollanta Humala cuando en una visita a Chile llamó “hermanos” a los chilenos*, que pronto le aclararon que son “amigos” simplemente.
—Recordar que a Uds. los mantienen los sueldos que salen del trabajo del pueblo peruano, empobrecido por la chilena Alianza del Pacífico y explotado por empresarios y políticos corruptos.
—Entender que la capitulación de su fuerza armada es una vergüenza para el pueblo peruano, que en realidad espera acciones de armas decisivas que los conviertan en los triunfadores que todos deseamos ver.
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* Leer Chilenos corrigen feo a Ollanta Humala, pese a mostrarse adulón y ofrecer nuestro gas
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Preguntas “Si no existe entre nuestros militares el aura gloriosa de victorias recientes, ¿qué se busca con el desfile?, ¿demostrar que se han acostumbrado a ver flamear en Lima la bandera vencedora de los ladrones chilenos?, ¿no sería mejor desfilar llevando nosotros la bandera chilena pero como trofeo de guerra arrebatado en combate?, ¿no convendría que desfilen en Lima militares chilenos pero en calidad de prisioneros que enfrentan el pelotón de fusilamiento por ser ladrones?, ¿quieren dar por perdido el triángulo terrestre desfilando en Lima en vez de recuperarlo?” |
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