Los apristas, quienes fueron los pioneros de la violencia en el siglo pasado, volvieron a sembrar el caos en las calles durante la marcha contra la ley 30288, del trabajo juvenil e hicieron recordar sus viejos tiempos, cuando su idioma eran las manoplas, cachiporras, pirulos, petardos y pistolas, con los que agredían y hasta mataban a manifestantes de grupos políticos que no compartían sus ideas, lo cual hizo nacer la costumbre de marchar con banderas, ¨que llegó a su clímax durante el auge de Acción Popular, que se vio obligado a usarlas para, en caso de ser atacados, defenderse del lumpen aprista con las astas de la bandera del Perú.

violencia marcha jovenes ene 2014

 

La marcha de este jueves discurría de forma pacífica, como deseaban los jóvenes organizados en núcleos de estudiantes de universidades, academias e incluso de los últimos años de secundaria. De igual forma, la CGTP mantuvo la compostura, pero el caos comenzó cuando desadaptados búfalos apristas e infiltrados, presuntamente sembrados por el gobierno para desprestigiar la demanda juvenil, comenzaron a lanzar pintura, palazos y piedras a las fuerzas del orden, lo que obligó a responder con bombas lacrimógenas.

El número de manifestantes superó a las tres marchas previas, pues se adhirieron organizaciones sindicales como la CGTP y CTP, entre otras, organizaciones vecinales , sociales y de derechos humanos, que partieron desde la Plaza Dos de Mayo y el Campo de Marte y llegaron hasta la avenida Abancay, donde la policía había colocado rejas para impedir el pase al Congreso, por lo cual se decidió que una comisión de unas 30 personas se dirija al Congreso a entregar un escrito por la derogación de dicha abusiva ley que mutila los derechos de los jóvenes trabajadores.

Entre los congresistas que estuvieron presentes en la movilización se contó a Yonhy Lescano, Manuel Dammert y, Verónica Mendoza y Amado Romero, quienes desde un principio se opusieron a la ley en el parlamento, pero no consiguieron mayoría.

Fue poco después que comenzaron los desmanes, que terminaron con unos 15 detenidos y algunos policías lesionados y el posterior desorden de los manifestantes, que comenzaron a retroceder

Los lemas coreados eran “Vamos pueblo carajo, el pueblo no se rinde”, “Aquí allá, el miedo se acabó”, “Hoy y como antes, obreros y estudiantes”, entre otros contra la represión, con innumerables pancartas en rechazo a la ley, al gobierno, al presidente Ollanta Humala y su cónyuge. También se vio manifestantes disfrazados de ratas representando al presidente Ollanta Humala, además de bombos y tambores con ritmos alegres.

Se pudo identificar a la bufalada violenta como proveniente del grupo aprista “Renov@r” y su gremio sindical CTP, quienes además pretendían ser los protagonistas para las cámaras y causaron destrozos en las bermas, rompiendo trozos de concreto para lanzarlos contra la policía, que también contó con el respaldo de dos helicópteros.

Lo sorprendente fue ver varios cercos de policías en varias calles, que encerraban a los manifestantes cuando buscaban escapar de los gases, lo cual pudo causar más lesionados. Al parecer la policía quería que los jóvenes sufran los efectos de los gases, posiblemente intentando desalentarlos para nuevas marchas.

Resulta sospechosa la actitud del ministro Daniel Urresti, pues antes de la marcha adelantó con seguridad que habría violencia y pedía a los padres que impidan a sus hijos salir a esta marcha. La misma actitud tuvo en las movilizaciones anteriores contra esta ley, intentando amedrentar a la movilización ciudadana. ¿Tiene algo que ver con los infiltrados?

 

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