Pese a que la vicepresidenta Marisol Espinoza fue reiteradamente maltratada en Palacio, el presidente Ollanta Humala todavía declara públicamente contra ella con la pretensión de que debía haber conversado primero con él. Es decir, él, su cónyuge y su entorno de adulones pueden tratarla con desprecio, ¡pero exigen que esté obligada a responder de modo amistoso! El colmo.
Así, Humala dijo que ella debió comunicarle su renuncia, “Jamás ella me ha comunicado esto y tengo entendido que jamás se lo comunicó a la presidenta del partido”, como Espinoza estuviese obligada deferencias a cambio del mal pago.
Ante tal pretensión, Espinoza respondió también públicamente que su decisión solo se la tenía que comunicar a la presidenta del Partido Nacionalista, Nadine Heredia, y no a él y por ello su carta de renuncia al Partido Nacionalista fue dirigida “por los canales correspondientes y a quien correspondía, esa es la formalidad”, indica el diario El Tiempo de Piura.
“Es más, en fechas posteriores a la publicación de la noticia, nos hemos reunido los 3 para hablar temas políticos y en esas reuniones tampoco nos anunció esa decisión o insinuado esta situación, por eso para nosotros es un tema poco claro”, se quejó Humala.
“La señora congresista Marisol Espinoza tiene que aclarar el tema porque si yo estuviera en esa situación informaría primero al presidente de la República y al presidente del partido y no lo haría por escrito, lo haría personalmente”, señaló el mandatario.
Espinoza hizo bien en responder con formalidad. No debe nada al Partido Nacionalista. Por el contrario, trabajó por ellos, como ella explicó, haciendo esfuerzos para las campañas, mientras los millones iban a manos de Heredia y su familia, como señalan las agendas. Fue la tonta útil y tarde o temprano todo tenía que llegar a su fin.
