Igual que su cobarde hermano, Alberto Fujimori, cabecilla de la banda delincuencial que sembró la zozobra en el Perú en la década de 1990, sus hermanas Juana y Rosa, escaparon a Japón para burlar a la justicia peruana, que finalmente dio por prescritas las investigaciones contra ambas por diversos latrocinios al Estado y otros delitos.

La primera acusación contra ella provino de Susana Higuchi, excónyuge de Alberto Fujimori, quien denunció que ellas robaban la ropa usada que el Perú recibía de Japón para los pobres. Esa denuncia costó a Higuchi ser torturada por el exdictador Fujimori, contando con el silencio cómplice de su hija mayor, Keiko Fujimori, quien además muy contenta suplantó a su madre en el cargo de primera dama.

Los jucios contra las Fujimori fueron por delitos de asociación ilícita para delinquir, complicidad por peculado agravado. A ambas se le levantó la orden de captura, tras largos años de estar en calidad de prófugas.

Ahora las tías de Keiko Fujimori, alias señora K, podrían venir a nuestro país a burlarse de los peruanos. Este sábado, el Poder Judicial declaró que quedó prescrito las denuncias contra Juana y Rosa Fujimori por delitos contra la administración pública, complices de peculado y agravio del Estado.

La prescripción fue dictaminada por la Segunda Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Justicia de Lima a raíz de las desviaciones que habrían hecho las hermanas Fujimori de las donaciones que Japón le entregó al Perú en la década de 1990-.

La sala declaró fundada la prescripción y fenecido el proceso, señalando una “previa anulación de los antecedentes generados por el presente proceso contra las citadas ciudadanas”.

Estas hermanas estaban acusadas de desvío del dinero de donaciones japonesas, destinado a su ONG Apenkai, a cuentas bancarias privadas. Parte del dinero era entregado a la organización no gubernamental y otro monto a la cuenta personal de José Kamiya, secretario general de presidencia durante el gobierno de Alberto Fujimori.

El dinero era enviado por el exembajador en Japón, Víctor Aritomi, nombrado en tal cargo por su cuñado Alberto Fujimori sin tener ningún mérito en la carrera diplomática. Aritomi también es prófugo, al igual que Pedro Fujimori, hermano del exdictador, quien pereció sin rendir cuenta a la justicia.

Por orden del expresidente Fujimori, Kamiya retiraba los fondos de sus cuentas personales, enriqueciendo al exmandatario.

La comisión de investigación de delitos económicos del Congreso, en el 2001, había descubierto que 20 millones de dólares, destinados a Apenkai, fueron desaparecidos. Por el caso, la Segunda Sala Penal Liquidadora había sentenciado, en el 2015, a José Kamiya por tres años de prisión suspendida y una reparación civil de 396 mil soles.