Entre los seguidores de Haya de la Torre también hubo grupos encargados de ejecutar la violencia aprista.
 
Las recientes declaraciones del congresista Mauricio Mulder respecto de que la “fuerza de choque” aprista que está  amenazando al exvicepresidente de Petroperú, Miguel Atala, y a su familia es una leyenda son confrontadas con la propia historia de su partido.
 
mulder bufalo
 
La violencia aplicada por el aprismo es asociada a los “búfalos”, comandos operativos destinados a hostilizar a las fuerzas políticas contrarias o competidoras con relación al Partido de la Estrella.
 
Aunque la historia comenzaría con Manuel “Búfalo” Barreto, quien en julio de 1932 muriera al intentar tomar el cuartel O`Donovan, en Trujillo, el accionar violento del APRA se extendió a lo largo del tiempo, aunque para situaciones específicas.
 
ANTICOMUNISTA POR ANTONOMASIA
 
Siguiendo la consigna anticomunista proclamada por la cúpula aprista, los “búfalos” irrumpían en mítines que concluían con actos violentos. La protección que hicieron a los intereses de la clase dominante, generaba que sus fuerzas sean descargadas brutalmente sobre los trabajadores.
 
En los años de la alianza con el presidente Manuel Prado (1956- 1962), etapa conocida como “la convivencia”, los apristas formaban sindicatos con la anuencia de los empresarios y el consentimiento de las autoridades de trabajo. Cuando aparecían voces discrepantes con los acuerdos pactados por la cúpula aprista, aparecían los “búfalos” para entrar a las asambleas sindicales y “proteger la seguridad de los dirigentes”. Repartían golpes de manopla o cachiporra, a diestra y siniestra.
 
mitin Haya 
 
Gustavo Espinoza Montesinos, quien por entonces era dirigente estudiantil, recuerda: “Cuando queríamos pedir algo, o protestar contra algo, convocábamos mítines en el Parque Universitario o en otro lugar. A la concentración llegaba un número de estudiantes con banderolas y pancartas. Inmediatamente éramos rodeados por un grueso contingente policial que levantaban un férreo anillo en torno a nosotros para que nadie ‘molestara la concentración’. En ese espíritu, se ahuyentaba a quienes llegaban después, y se les decía que no podían pasar porque ‘había un mitin comunista’ (…) A poco de iniciada nuestra concentración, se abría el férreo anillo policial que nos rodeaba y por el boquete ingresaba gritando consignas un contingente de activistas apristas provistos de manoplas, cadenas, cachiporras e incluso armas de fuego; eran los búfalos. Ellos nos atacaban, nos golpeaban brutalmente y dispersaban la protesta. Luego la policía intervenía para “evitar disturbios” y “enfrentamientos entre estudiantes”.
 
“BÚFALOS” EN LAS UNIVERSIDADES
 
A inicios de la década de 1960, el aprismo era desplazado en las universidades por la izquierda y ello generaba reacciones desesperadas. En 1967 los “búfalos” actuaron en la plaza San Martín; durante un mitin de izquierda, rompieron el estrado, los parlantes y la tribuna. “Me siento orgulloso de ser búfalo porque hemos parado a los violentistas comunistas” recuerda Augusto Valqui Malpica, un “búfalo” de la guardia vieja.
 
En el interior de la Universidad de San Marcos los “búfalos”, encabezados por un maleante apellidado Godomar, que era ajeno a la Universidad pero se hacía pasar como “estudiante libre” del área de economía, disolvían a palos las concentraciones de las organizaciones de izquierda; esto es recordado por Gustavo Espinoza. Hasta entrada la primera década del siglo XXI, la presencia estos personajes era inevitable en elecciones para el Rectorado y las Federaciones Universitarias ya que su objetivo era “incautar” las ánforas de votación y establecer resultados que le diera cierta presencia aprista en esa casa de estudios. Esto se repetía en otras universidades del país.
 
Para nadie es novedad la presencia aprista en las altas esferas de la Universidad Nacional Federico Villareal (UNFV). Es común hasta ahora que tras las eventuales protestas generadas por estudiantes, personajes completamente ajenos a la universidad lleguen en camionetas e intenten sofocar toda acción que atente contra los intereses apristas.
 
“COMANDOS DE ACCIÓN”
 
Si no son “búfalos” los referidos por Atala y tampoco “fuerzas de choque”, nos podríamos remontar al 5 de febrero de 1975 en que “Comandos de Acción” del APRA operaron en los disturbios que desencadenaron saqueos en Lima. Se trataba de especialistas en atentados terroristas, acciones armadas y violencia de choque en niveles más altos. Espinoza recuerda que el propio Alan García fue parte de este comando.
 
“BÚFALO” PACHECO
 
Arturo “Búfalo” Pacheco, en las décadas de 1970 y 1980, se hizo conocido por dirimir a balazos y golpes de cachiporra las diferencias que no se resolvían por las buenas. Pacheco dirigía un comando de 40 a 50 “búfalos” apristas que armados de revólveres, cachiporras y manoplas, sembró el terror en las universidades y a partir del primer gobierno aprista (1985-1990) amplió su radio de acción en pueblos jóvenes y sindicatos, incluso con el apoyo de fuerzas policiales. Pacheco se vio vinculado al narcotráfico y a otros hechos delincuenciales. Finalmente fue asesinado por Sendero Luminoso.
 
“CHITO” RÍOS
 
Al Apra se le sindica la muerte del presidente Luis Manuel Sánchez Cerro, del director del diario El Comercio, Antonio Miró Quesada, junto a su esposa; y del director del diario La Prensa, Francisco Graña Garland.
 
Si de grupos paramilitares hablamos, ahí está Miguel “Chito” Ríos, que según el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), habría liderado y desempeñado como jefe operativo del comando Rodrigo Franco, un grupo de aniquilamiento que operó durante el gobierno de García y cuyas muertes, hasta hoy, no tienen responsables. Al Comando Rodrigo Franco se le atribuye el frustrado atentado contra el Diario Marka, el asesinato del abogado Manuel Febres Flores y el asesinato del líder sindical Saúl Cantoral Huamaní y de Consuelo García. Se le atribuye la fundación del comando Rodrigo Franco al ex ministro del Interior Agustín Mantilla.
 
“LOS DORADOS”  Y “LA LIGERA”
 
En homenaje a la guardia personal que custodiaba al revolucionario mexicano Pancho Villa, la versión aprista fueron “Los Dorados”, un grupo de ocho hombres dedicados a cuidar a Haya de la Torre. De otro lado está la US-11, conocida como “La Ligera”, creada en homenaje a Luis Sarmiento, muerto por un disparo de Luis de la Puente Uceda.
 
“Entrenábamos cuatro horas diarias artes marciales. Éramos unos ochenta. Más se usaba la cachiporra para darles cocachos a los de adentro que a los de afuera. Nuestra función era proteger a los nuestros en la Villarreal, la San Marcos y la UNI”, sostuvo.
 
“LA PESADA”
 
Otro grupo de élite del comando aprista, encargado exclusivamente de la seguridad de Víctor Raúl Haya de la Torre fue “La Pesada”, dirigida por Jorge Idiáquez. Fuentes de la época recuerdan que Haya de la Torre ideaba colocar bombas apestosas durante un mitin comunista en el Teatro Segura. El escolta Nicolás Pérez Velarde aseguró durante una entrevista a un medio que Mercedes Cabanillas era la encargada de los “pirulos” (cachiporras, palos y manoplas) para distribuirlos entres sus compañeros.
 
“Marchemos apristas, marchemos hacia adelante, en la guardia aprista los búfalos son”, dice el himno de los búfalos.
 
amenaza Sergio Tejada bufalos
Portada Diario UNO informa sobre agresión a Sergio Tejada
 
COLECTIVO RENOVAR
 
Más recientemente los “búfalos”, al mando de Miguel Rosas Silva “Miguelito” actuaron en marzo del 2014 en el Hotel Riviera, contra el congresista Sergio Tejada a fin de evitar la difusión de lo investigado por la Mega Comisión que tuvo en el banquillo a García y que estableció indicios razonables de actos delictivos. Luis Alberto Salgado calificó el acto como “de lúmpenes y asalariados”. “Miguelito” lideraba por entonces el Colectivo Renovar, dedicado a la propaganda de ataques contra los opositores al APRA.
 
Por todo ello, Miguel Atala tiene razones para preocuparse.
 
bufalos embajad Uruguay 2019
En el intento de asilo de AG en la embajada de Uruguay en Lima, aparecieron violentistas del partido de la estrella.
 de la estrella.
 
 
 
ERNESTO TOLEDO BRÜCKMANN
 
Diario Uno, 03.05.2019
 
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