En su desenfrenada carrera por el derramamiento de sangre, el régimen de Dina Boluarte causó una nueva muerte durante la represión contra manifestantes en el Cusco, quienes protestaban contra Boluarte, el Congreso y exigiendo nuevas elecciones para este año.
El régimen está utilizando el poder para convertir a nuestro país en uno de los más parias en materia de respeto a las leyes en general y en especial aquellas relacionadas con el respeto a la vida.
Si bien es cierto que son condenables los actos de violencia, en todo país civilizado los desmanes se combaten con la ley pues el Estado tiene el monopolio del uso de la fuerza y no debe descender a una categoría inferior todavía a la de los vándalos o delincuentes y su deber es controlar, dispersar o detener, no asesinar.
Más grave todavía es que todos los muertos perecieron a causa de balas, y, por lo menos en Puno, las balas empleadas están prohibidas en todo el mundo, incluso en caso de guerra, como lo son las balas tipo dum dum, que si ingresan al cuerpo no salen, sino que explotan dentro destruyendo órganos, por lo cual Boluarte y su gabinete deben ser llevados a los tribunales.
Sí, no solo Boluarte y los ministros del Interior, Defensa y Justicia, sino todo el gabinete, pues un ministro, al ver que se están violando los derechos de forma tan evidente, ilegal y violatoria de los derechos humanos tiene el deber de renunciar. Si no lo hace es un cómplice que sostiene estas violaciones.
Los hechos de violencia de este miércoles se dieron cuando desadaptados manifestantes se dirigían hacia el Aeropuerto Internacional Velasco Astete, presuntamente con la intención de tomarlo, por la avenida 28 de Julio, distrito de Wanchaq, donde fueron contenidos por las fuerzas policiales.
El encuentro de la turba contra la Policía dejó un muerto y 34 heridos, 28 de ellos manifestantes y seis policías. El fallecido fue indentificado como Remo Jinner Candia Guevera de 50 años, dirigente de la Federación Provincial de Campesinos de Anta, quien a causa de sus lesiones fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Antonio Lorena del Cusco, donde fue sometido a cirugía por trauma toráxico abdominal a causa de un proyectil de arma de fuego.
El fiscal de Prevención del Delito de Cusco, Eduardo Paulette Barbieri, dijo a RPP Noticias que ninguno de los efectivos que se encargan de controlar las manifestaciones en Cusco tiene balas en sus pistolas, pues todas las armas fueron sometidas a una revisión durante la mañana y que los reportes de un manifestante herido por bala son falsos y señaló que esta persona recibió el impacto de un perdigón.
Incluso si se trata de perdigones, este tipo de proyectiles deben ser prohibidos porque pueden causar la muerte.
