La Policía Nacional toleraba la invasión de hampones venezolanos en parques, los cuales después pasaron a atacar a personas indefensas, ahora corren de los parques a ciudadanos de provincias que llegan a protestar contra el régimen de Dina Boluarte, que ha causado medio centenar de muertos en sangrienta represión.

 

desalojo manifestantes La Victoria 2

Desalojo violento en la plaza Manco Cápac

 

Los venezolanos debieron haber sido corridos de inmediato, pero fueron tolerados hasta que asaltando y asesinando a peruanos indefensos se hacían de dinero para alquilar un lugar.

Si bien es cierto que todos quieren parques libres de acampantes, la diferencia en tratamiento a unos y otros sólo puede ser calificada de discriminación.

La plaza Manco Cápac, en el distrito limeño de La Victoria, era un punto de concentración de los manifestantes en Lima, pero sin lugar a dudas la dupla sangrienta Boluarte-Otárola echó a la PNP a correrlos con violencia.

Las circunstancias son muy diferentes y los provincianos están llegando a Lima en defensa del derecho a la vida, contra las masacres y por el fin de los causantes de este caos, que son Dina Boluarte y el Congreso.

De igual manera, la PNP no desaloja a venezolanas que invaden calles de Lima para prostituirse, que dan un aspecto asqueroso a la ciudad y atentan contra las buenas costumbres, muchas veces delante de menores.

En cuanto al uso de la fuerza, pese a la peligrosidad de sicarios, asaltantes, asesinos venezolanos, la PNP  ha usado muy pocas balas contra ellos, pero se ensañó, junto con militares, contra peruanos en provincias.

Universidades acogen a los peregrinos

Ante esta discriminación, las universidades San Marcos y UNI acogieron a los manifestantes

Persecución enfermiza contra manifestantes

El régimen de Boluarte está recurriendo a maniobras fujimontesinistas para contrarrestar las marchas, no sólo por las muertes, sino por hechos como quitar los zapatos a caminantes hacia Lima, retardar la llegada de viajantes en vehículos con el pretexto de numerosos controles, que causan retardo de más de un día, abuso de autoridad que hace recordar al fujmontesinismo cuando pinchaba las llantas de vehículos de ciudadanos que se dirigían desde provincias a Lima para la Marcha de los 4 Suyos, que terminó con la caída del dictador.