El Congreso una vez más responde a sus intereses personales para aferrarse cada congresista a su curul y seguir gozando de sueldo, bonos, alimentación, viajes y una serie de gollerías que nunca tuvieron. Así una vez más votaron en contra del quinto proyecto de adelanto de elecciones que la ciudadanía reclama y respalda en más de un 70%.
La iniciativa había sido presentada por el fujimorista Hernando Guerra, quien presentó un predictamen inconsistente. Es decir, al parecer a propósito presentan un predictamen sin claridad, para que sea rechazado en la Comisión de Constitución, que preside Guerra, quien, pese a ofrecer lograr consensos, aceleró el archivamiento, mostrando el típico doble discurso fujimorista.
El predictamen planteaba como fecha de la primera vuelta: diciembre del 2023, que no concuerda con el plazo mínimo de siete meses señalado por los organismos electorales para el desarrollo de las elecciones.
Si se aprobaba con 87 votos en el Pleno, el Congreso hubiera tenido que esperar hasta agosto para su ratificación, por requerir de reforma constitucional sobre el recorte del mandato de las autoridades. Pero si era ratificado en el Pleno en agosto, quedaban cinco meses hasta diciembre, lo cual no era tiempo suficiente para realizar los comicios.
Ese punto ya había sido observado hace una semana por el legislador Luis Aragón (Acción Popular), pero Guerra esperó que transcurra la semana sin explicar ni replantear fechas. Ello apunta a una intención de trabar el adelanto de elecciones, pues detalles tan insulsos no deberían ser problemas para Guerra ni para sus asesores pagados por el Congreso, es decir, por todos los peruanos.
El predictamen planteaba que el mandato del nuevo presidente y los nuevos congresistas sea por cuatro años, esto, sin una argumentación clara en la propuesta.
