Como la presidente Dina Boluarte protege a su ministra de Salud, Rosa Gutiérrez, y no la destituye por la calamidad de “trabajo” que realiza atendiendo la epidemia de dengue y la salud en general, en el Congreso se alista una interpelación contra ella.
Sólo en Piura hay más de 35 mil casos y 58 fallecidos, mientras que en el Perú los infectados serían al menos unos 120 mil y los fallecidos cerca de 150.
Nunca el Perú tuvo una gestión tan pésima de la salud. El dengue es una enfermedad conocida desde hace siglos y aunque hubo graves inundaciones antaño en el norte, no se expandió en epidemia debido al control que el Minsa solía realizar, en especial, la fumigación para evitar la propagación del vector, el zancudo aedes aegypti.
Esta vez hubo mucho tiempo para actuar, pues las lluvias fuertes se constataban desde diciembre 2022, pero la ministra y el gabinete, así como Boluarte, más se dedicaban a pensar en las fotos que en la prevención del evidente peligro epidemiológico.
Es más, la ministra Gutiérrez tuvo el desparpajo de agenciarse un viajecito pagado por el Estado a una reunión de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), organismo que no tiene ninguna utilidad para el Perú, sólo gasto, pérdida de tiempo, daño a la salud y pretensión de dirigir la atención de salud de forma impropia. Por ejemplo, ellos fueron los responsables de recortar el plan de atención de la tuberculosis con la venia del régimen del dictador Alberto Fujimori, hecho que disparó los casos y atizó el crecimiento de tuberculosis multidrogoresistente.
Según dijo a La República Sigrid Bazán, congresista de Cambio Democrático-JPP, hay 20 firmas que avalan la interpelación y se sumarían otras bancadas.