Diversas organizaciones gremiales, sociales y colectivos confirman su participación en las protestas que comenzarán este 19 de julio en Lima para exigir la renuncia de la presidente Dina Boluarte, el cierre del Congreso y nuevas elecciones ya.
Las marchas recogen la indignación de la ciudadanía con la podredumbre instalada en Palacio de Gobierno, con una presidente acusada de delitos, según las informaciones divulgadas, que serían hechos perpetrados sin duda, como plagios, apropiación ilícita, tráfico de influencias y otros, que nos indican que estaríamos con un delincuente en el cargo más alto.
Esto sin contar con lo primero que hizo Boluarte, la masacre de manifestantes entre diciembre de 2022 y enero de este año, hecho que no ha merecido no sólo las debidas sanciones, sino ni siquiera investigaciones efectivas tanto de las propio Ejecutivo como de parte de la Fiscalía y el Congreso.
En el caso del Congreso la situación es igual de pestífera, pero multiplicada, pues muchos congresistas están implicados en serios casos que son investigados y otros que ni siquiera son abordados por el blindaje a cambio de acomodos.
Manifestantes deben cambiar nombre de la protesta llamada “toma de Lima”
En vista de que se trata de organizaciones democráticas que desean expresar su repudio contra el Ejecutivo y el Legislativo, los dirigentes deberían rechazar el nombre “toma de Lima”, surgido en la primera ola de manifestaciones contra Boluarte, pues se trata de una denominación que afloró en medio de la irritación de la gente, pero pasados los momentos más álgidos y trágicos, deberían reflexionar y dejarla de lado, pues tiene connotaciones negativas.
Una toma no siempre es pacífica y más se entiende como ilegítima, violenta, irracional o abusiva. Siendo tan rica nuestra lengua, hay muchos sustantivos para escoger, los cuales de preferencia deberían aludir a formas democráticas, con lo cual se pierden la adhesión de personas a las cuales disgusta dicho nombre, “toma de Lima”, nadie quiere que su ciudad ni ninguna parte del país sea tomada.
Además, los colectivos ciudadanos deben demostrar no sólo en los hechos, como el evitar bloquear carreteras y dañar la propiedad pública o privada, sino en las formas, las expresiones que emplean, que son moralmente superiores que aquellos a quienes repudian, un poder Ejecutivo y uno Legislativo que hasta confabulan para promulgar normas en favor del delito, protegidos por la Fiscalía.
Participantes
Entre los participante de las protestas se cuentan a ronderos, representados por bases de 22 regiones, a los cuales se suman gremios como la CGTP, colectivos, estudiantes y ciudadanos que simplemente sienten asco por Boluarte, el Congreso y la Fiscalía, comenzando por quien la encabeza, Patricia Benavides.
Existe un nuevo Comando Nacional Unitario de Lucha creado en Lima por la asamblea nacional de dirigentes gremiales de las 26 regiones del Perú, que abarca a la Asamblea Nacional de los Pueblos, Macro Norte, Macro Sur, Macro Centro, Federación de Pueblos Jóvenes, Construcción Civil, Cunarc y CGTP, con 46 dirigentes. Buscan liderar y unificar la llamada “Tercera toma de Lima”.
Demandas
Las principales demandas de los manifestantes son:
- Renuncia de Dina Boluarte
- Cierre del Congreso
- Elecciones generales
- Asamblea Constituyente
Jareck Tello, vocero de la movilización, dijo a La República que para solicitar el adelanto de elecciones se solicitan 75.000 firmas, que ya están recabando y esperan superar las 100 mil.