Con motivo del partido realizado este lunes entre los equipos de fútbol del Perú y Venezuela, el gobierno venezolano emitió un febril comunicado en el que acusa de “xenofobia” y exhibición de “bajas pasiones” a la Policía Nacional del Perú (PNP) por realizar control migratorio en las inmediaciones del Estadio Nacional.

 

Javier Gonzales Olaechea

Javier Gonzales Olaechea, un canciller que deja mucho que desear

Se trata de un acto de injerencia en los asuntos internos del Perú, pues nuestro país puede realizar controles migratorios cuando,  donde y como lo crea conveniente, con mayor razón si el Perú está siendo invadido por cerca de dos millones de venezolanos en los que se encuentra muchos indeseables que creen que el Perú es un corral a donde pueden ingresar de forma ilegal y perpetrar toda clase de salvajes delitos, desde asesinato, descuartizamiento, sicariato, extorsión, proxenetismo, prostitución, etc.

Resulta deplorable que el ministerio de Relaciones Exteriores no haga pública una nota de protesta contra el gobierno venezolano por inmiscuirse en las decisiones soberanas de una institución del gobierno peruano como es la Dirección de Migraciones.

Mentira del gobierno venezolano

De otro lado, el gobierno venezolano mintió al acusar a las autoridades peruanas de “secuestrar” el avión de retorno del equipo venezolano.

Ante ello, timoratamente el gobierno peruano se limitó a explicar que no dio ninguna orden para detener el avión y que la demora se debe a razones “mercantiles”. Como se sabe, hubo un problema de abastecimiento de combustible.

Faltamiento a la autoridad y no agresión

El gobierno venezolano también acusa a la PNP de haber agredido a un jugador venezolano. Sin embargo, la PNP actuó como suele hacer sin distinción de nacionalidad cuando la gente invade la cancha, en previsión de desmanes. Un futbolista se queja de unos golpes en una mano, pero lo que no dicen es que los jugadores venezolanos estaban amontonados desobedeciendo las órdenes de la PNP de no traspasar el límite señalado, alargando las manos al cuerpo de los policías. En los vídeos se ve que los jugadores dan gritos y no acatan las órdenes de la autoridad.  Constantemente se ve en las noticias que los venezolanos no saben respetar a la autoridad, pues insultan y emplean la violencia, por lo cual deben ser repelidos.

Resulta lamentable tener a un canciller como Javier Gonzáles Olaechea Franco, pues ante la arrogancia y mentira del gobierno venezolano el Perú debería haber dado una respuesta exigiendo respeto a nuestro país.

Haría bien el gobierno venezolano en recoger toda su lacra social pues los ciudadanos peruanos están cansados de la ola de violencia desatada por los venezolanos, que salvo excepciones son gente sin cultura, violentos, de malas costumbres e irrespetuosos de la ley.

En el comunicado, Venezuela no dice que cuando el Perú llenó un avión de venezolanos ilegales o delincuentes, Venezuela se negó a dar autorización para que la aeronave despegue del Perú a Venezuela, por lo cual esos indeseables terminaron en las calles. Esa actitud basta para ver la catadura moral de los sujetos que gobiernan a Venezuela.

 

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