Participación y Presupuesto Participativo en Lima Sur
Por Desco
El Presupuesto Participativo (PP) ha sido, a pesar de todas sus limitaciones, uno de los procesos más dinámicos, en la escala distrital, entre los gobiernos locales y la población representada en sus organizaciones. En el caso de Lima Sur, el programa urbano de desco realiza en forma periódica una evaluación del proceso de organización y definición de los Presupuestos Participativos en los distritos de Villa El Salvador, Villa María del Triunfo, San Juan de Miraflores y Lurín. Esta evaluación, que culmina en un Reporte de Vigilancia, se realiza en el marco del Sistema de Evaluación Seguimiento y Evaluación-SISE.
El Presupuesto Participativo (PP) ha sido, a pesar de todas sus limitaciones, uno de los procesos más dinámicos, en la escala distrital, entre los gobiernos locales y la población representada en sus organizaciones. En el caso de Lima Sur, el programa urbano de desco realiza en forma periódica una evaluación del proceso de organización y definición de los Presupuestos Participativos en los distritos de Villa El Salvador, Villa María del Triunfo, San Juan de Miraflores y Lurín. Esta evaluación, que culmina en un Reporte de Vigilancia, se realiza en el marco del Sistema de Evaluación Seguimiento y Evaluación-SISE.
Aunque pueden constatarse avances significativos, hay pendientes de gran prioridad para consolidar el mecanismo. Referido a los pasos previos al lanzamiento del proceso, por ejemplo, es aún un reto de los municipios –en especial en el caso de Lurín– incorporar en mejores condiciones a representantes de la sociedad civil en los Equipos Técnicos que diseñan las etapas del PP, a fin de garantizar un diseño consensuado, ajustado a las particularidades del tejido social local.
Otro asunto, de gran actualidad en el marco de la crisis económica mundial, a la que el país no es ajeno, es la reducción de la recaudación por IGV, pilar fundamental del Fondo de Compensación Municipal – FONCOMUN, que es el mecanismo por el cual el Estado redistribuye sus ingresos entre los gobiernos locales, y que representa un monto más significativo cuan más pobre es el distrito y limitada la economía municipal. En este sentido, el porcentaje que los municipios destinan a la programación participativa podría verse afectado al verse reducidos sus ingresos globales. Actualmente, es Villa El Salvador el que mantiene una mayor proporción de su presupuesto total sujeto a mecanismos de decisión participativa, mientras que al otro lado de la escala se encuentra Villa María del Triunfo. La eventual reducción de estos márgenes redunda no sólo en la salud del proceso de PP, sino que a la larga este desgaste puede alterar los delicados equilibrios entre sectores organizados y las gestiones ediles, polos siempre propensos al enfrentamiento.
No obstante esta tendencia, es de notar que hasta el 2008, mientras los recursos para el proceso crecieron en términos globales, el número de agentes participantes inscritos en el proceso fue disminuyendo. Para hacer más compleja esta paradoja, fue en Villa El Salvador, donde el tejido de organizaciones es más denso, donde se registró con más fuerza esta reducción. Cabe entonces preguntarse en qué radica el desempate entre esta ventana de participación en el gobierno local y la dinámica y los intereses de las organizaciones, que empiezan a perder interés en el proceso.
Quienes sí parecen encontrar atractivo en el PP son los partidos políticos. Es en Villa El Salvador en que dos organizaciones de este tipo han decidido ingresar al proceso, que en general se había caracterizado por concitar organizaciones llamadas «de base»: principalmente vecinales, funcionales (como comedores populares y vasos de leche) y unas pocas de grupos de interés, como culturales y juveniles. No obstante la orientación política que seguramente subyace a estas organizaciones, es la primera vez que se registra la participación directa de partidos.
Esta situación puede representar tanto una oportunidad de ampliar el alcance programático del PP –al presentar de manera directa los encuentros entre democracia representativa y democracia participativa– como un peligro si la vocación de estos núcleos partidarios es la de priorizar la obtención de obras en espacios reducidos, que redunden en una buena performance dirigencial con miras a mejorar sus posibilidades electorales, sacrificando inversiones que respondan a una lectura integral del territorio.
Apuntando a la amplitud del proceso de PP como un derrotero para mejorar su calidad, se vislumbra como importante, como parte de una agenda de acciones conjuntas para los municipios de Lima Sur, la tarea de homogenizar los instrumentos de registro e identificar claramente los tipos de agente participante inscritos a los Presupuestos Participativos. Ello facilitaría conocer a las organizaciones posicionadas y permitiría analizar el tipo de organizaciones a las que resulta necesario dirigir la convocatoria, de modo que los procesos sean inclusivos y brinden un nuevo marco de acción para organizaciones dinámicas, como lo son las juveniles y las que representan agendas orientadas por principios de equidad, como las de mujeres, claves en la renovación de ese joven proceso.
http://desco-opina.blogspot.com
Otro asunto, de gran actualidad en el marco de la crisis económica mundial, a la que el país no es ajeno, es la reducción de la recaudación por IGV, pilar fundamental del Fondo de Compensación Municipal – FONCOMUN, que es el mecanismo por el cual el Estado redistribuye sus ingresos entre los gobiernos locales, y que representa un monto más significativo cuan más pobre es el distrito y limitada la economía municipal. En este sentido, el porcentaje que los municipios destinan a la programación participativa podría verse afectado al verse reducidos sus ingresos globales. Actualmente, es Villa El Salvador el que mantiene una mayor proporción de su presupuesto total sujeto a mecanismos de decisión participativa, mientras que al otro lado de la escala se encuentra Villa María del Triunfo. La eventual reducción de estos márgenes redunda no sólo en la salud del proceso de PP, sino que a la larga este desgaste puede alterar los delicados equilibrios entre sectores organizados y las gestiones ediles, polos siempre propensos al enfrentamiento.
No obstante esta tendencia, es de notar que hasta el 2008, mientras los recursos para el proceso crecieron en términos globales, el número de agentes participantes inscritos en el proceso fue disminuyendo. Para hacer más compleja esta paradoja, fue en Villa El Salvador, donde el tejido de organizaciones es más denso, donde se registró con más fuerza esta reducción. Cabe entonces preguntarse en qué radica el desempate entre esta ventana de participación en el gobierno local y la dinámica y los intereses de las organizaciones, que empiezan a perder interés en el proceso.
Quienes sí parecen encontrar atractivo en el PP son los partidos políticos. Es en Villa El Salvador en que dos organizaciones de este tipo han decidido ingresar al proceso, que en general se había caracterizado por concitar organizaciones llamadas «de base»: principalmente vecinales, funcionales (como comedores populares y vasos de leche) y unas pocas de grupos de interés, como culturales y juveniles. No obstante la orientación política que seguramente subyace a estas organizaciones, es la primera vez que se registra la participación directa de partidos.
Esta situación puede representar tanto una oportunidad de ampliar el alcance programático del PP –al presentar de manera directa los encuentros entre democracia representativa y democracia participativa– como un peligro si la vocación de estos núcleos partidarios es la de priorizar la obtención de obras en espacios reducidos, que redunden en una buena performance dirigencial con miras a mejorar sus posibilidades electorales, sacrificando inversiones que respondan a una lectura integral del territorio.
Apuntando a la amplitud del proceso de PP como un derrotero para mejorar su calidad, se vislumbra como importante, como parte de una agenda de acciones conjuntas para los municipios de Lima Sur, la tarea de homogenizar los instrumentos de registro e identificar claramente los tipos de agente participante inscritos a los Presupuestos Participativos. Ello facilitaría conocer a las organizaciones posicionadas y permitiría analizar el tipo de organizaciones a las que resulta necesario dirigir la convocatoria, de modo que los procesos sean inclusivos y brinden un nuevo marco de acción para organizaciones dinámicas, como lo son las juveniles y las que representan agendas orientadas por principios de equidad, como las de mujeres, claves en la renovación de ese joven proceso.
http://desco-opina.blogspot.com