Canciller dice no entender por qué armas chilenas apuntan al Perú
En declaraciones para la prensa extranjera, el ministro de Relaciones Exteriores, José Antonio García Belaúnde, manifestó no entender la razón por la cual las armas de Chile apuntan al Perú.
"Consideramos que el nivel de compras de armamento que hace Chile es un problema y un motivo de seria preocupación. No entendemos por qué Chile gasta tanto en armas y por qué esas armas están mirando al Perú. Tenemos una preocupación legítima por el nivel de gasto que en los últimos años ha tenido Chile para comprar armamento", señaló García Belaúnde a Página 12 de Argentina.
Las razones las sabe cualquiera que ha leído la Historia del Perú y que observa un poco el comportamiento chileno actual:
Como vemos, la razón es que Chile no ha cambiado, sigue con sus mismos bajos instintos que en 1879, que tanto afloran entre los chilenos pobres como entre sus empresarios y políticos.
Las razones las sabe cualquiera que ha leído la Historia del Perú y que observa un poco el comportamiento chileno actual:
- Chile hasta ahora, en pleno siglo XXI, celebra su guerra de rapiña contra el Perú
- A sus latrocinios y homicidios de 1879, los chilenos le llaman “Epopeya” y se regocijan con sus delitos
- A sus homicidas, ladrones y terroristas que atacaron el Perú los llaman héroes y constantemente les rinden homenaje, les ponen monumento y nombran a calles y naves con sus nombres
- Por el contrario, Chile pretende que no recordemos la Historia del Perú, para saber cómo fueron los crímenes de los chilenos
- Chile es un contumaz violador de los tratados internacionales y, pese a que ya robó Tarapacá y Arica, en pleno siglo XXI perpetra el latrocinio de cuatro hectáreas de Tacna y más de 37 mil kilómetros de mar peruano
- El Libro Blanco de Defensa de Chile dice que sus armas alcanzan hasta donde están las inversiones chilenas, siendo el Perú uno de los países donde más inversiones tienen, inversiones que son promovidas por el gobierno chileno
Como vemos, la razón es que Chile no ha cambiado, sigue con sus mismos bajos instintos que en 1879, que tanto afloran entre los chilenos pobres como entre sus empresarios y políticos.