La ciudad está acosada por los malhechores ante la indiferencia del gobierno aprista
En rechazo a la falta de una política de lucha contra la delincuencia, miles de trujillanos marcharon en demanda de seguridad y paz para su ciudad, que viene siendo objeto de los malhechores, ante el abandono del gobierno aprista.
La actividad se realizó en medio de cánticos y oraciones con votos por la cordura, el orden y la tranquilidad, con la participación y convocatoria del Arzobispado de Trujillo.
Monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, arzobispo de Trujillo y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), ofreció un discurso sobre la problemática de la delincuencia común, el cual conentía 20 puntos de reflexión.
Cabrejos demandó la paz, la unión de todos los trujillanos y la reafirmación del principio supremo, que es la defensa de las personas. “Estamos todas las autoridades, junto a los representantes de las diferentes instituciones de nuestra ciudad, pero también la población que día a día sufre el flagelo de la inseguridad. Estamos presentes para decir: ¡no a la violencia! Hoy queremos asumir el rigor de una prueba difícil, que es lograr hacer de Trujillo una ciudad segura y acogedora donde reine la paz, el bienestar y la seguridad”, manifestó.
Continuó haciendo suyo el pedido de las autoridades que lo acompañaban, que vienen solicitando un incremento en el número de policías en esta ciudad y la creación del consejo nacional de política anticriminal o una institución similar que analice, proponga y dirija en forma intersectorial el problema.
Acorde con la usual alegría trujillana, tras los discursos comenzó el lanzamiento de globos y un show que se inició a con la orquesta de Los Hermanos Silva.
Además de las autoridades eclesiásticas estuvieron José Murgia Zannier, presidente regional de La Libertad, y César Acuña Peralta, alcalde de Trujillo, así como el congresista Alberto Escudero Casquino y el alcalde distrital de Víctor Larco, Carlos Vásquez Llamo.