El canal Telejuan promovió su creación recaudando fondos de los católicos del país con el argumento de la evangelización y de ser un canal con valores católicos, pero parece que su dirección no es tan católica o tal vez le falte sentido común.
Hace algo más de una semana fue deprimente ver que organizaban un espacio para jóvenes y adolescentes, donde debían representar un número artístico. De pronto se realizaba apología a personalidades pervertidas al aplaudir la imitación a Michael Jackson, incluyendo sus gestos amanerados.
Jackson es conocido por ser acusado de pederastia (él mismo dice que duerme en su cama con niños), además, ha deformado su físico al punto de convertirse en un andrógino; si no fuera porque es famoso no se sabría si es hombre o mujer, más parece mujer, y ni siquiera una mujer normal, sino que tiene el aspecto de una mujer de dudosa reputación.
Es natural que para horas orientadas a los jóvenes se emplee recursos que estén acordes con su edad, como la música moderna, pero resulta chocante que se aplauda a quien imita a un personaje cuyas acciones contradicen la moral católica. Con eso el mensaje que se da es que Jackson es admirable.
Pero yendo más atrás hay otras perlas, que por alguna buena razón no se repiten, como el caso de la presentadora de un programa infantil que tenía un lenguaje y actitudes vulgares, y que llegó al colmo de invitar al personaje “La Chola Chabuca”, conocido homosexual, para escándalo de los menores y confusión de su identidad sexual.
El Papa Benedicto XVI, desde antes de ser pontícife, en su cargo de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha señalado pautas precisas sobre esta materia, por lo tanto Telejuan no debería realizar apología de personajes homosexuales ni presentarlos en programas infantiles ni de jóvenes. En un canal católico la única forma en que aparezca un homosexual es explicando al mismo tiempo lo que la Iglesia enseña sobre esa conducta.
El canal debería ser más cuidadoso en su programación, pues los contribuyentes católicos esperan no sólo que se llenen los espacios del canal con cualquier cosa, sino que se produzcan programas con un buen contenido católico o cultural, pero sobre todo, que se ciña de modo estricto a la doctrina y moral de la Iglesia, por tanto, deberían revisar escrupulosamente sus contenidos.