El crecimiento refleja el interés por las ventajas del uso de la tecnología aplicada a la salud, tanto para pacientes como para profesionales, durante la pandemia de la COVID-19. 
 
En los últimos años se ha detectado un aumento del interés por la salud digital, pero la llegada de la COVID-19 «ha acelerado cinco años la transformación en el mundo sanitario en cuanto a la organización», afirma Carme Carrion, directora del máster universitario de Salud Digital (E-health) de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Ahora se ha hecho más evidente todo lo que la tecnología puede aportar más allá de la telemedicina, tanto a pacientes como a profesionales, que son conscientes de la necesidad que tienen de formarse en este ámbito. En el caso de la UOC, en este curso, el máster universitario de Salud Digital (E-health) supera el centenar de personas matriculadas, que están interesadas en recibir formación especializada en tecnología aplicada a la salud para mejorar la eficacia y la eficiencia de cualquier intervención sanitaria.
 
 

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Raquel Planas, enfermera, periodista y graduada de este máster, coincide con la profesora Carrion en que desde hace tiempo se observa un interés creciente en este ámbito: «Los profesionales, cada vez más, perciben las tecnologías como una herramienta esencial para el desarrollo de su trabajo y ven todas las posibilidades que brindan y que se traducen en una mejora de la atención al paciente y de la calidad asistencial. En estos meses, se ha acelerado la implantación de herramientas digitales». La población apostará por la telemedicina para hacer consultas a un médico generalista en el futuro, y la convertirá en una herramienta habitual a partir de ahora. Además, hay avances de salud digital que han venido para quedarse.
 
Sin embargo, Carrion afirma que, dentro de un tiempo, «veremos si esta aceleración es real o ficticia». Para la experta, los cambios que se aplican sin hacer primero un trabajo de fondo sobre cómo deben gestionarse generan «tensiones». La profesora compara lo que vivimos con la llegada del aprendizaje en línea (e-learning): «Si simplemente hacemos lo que haríamos de manera presencial, el uso de la tecnología añade carga de trabajo y estrés. Lo que debemos hacer es llevar a cabo la atención y el cuidado de la salud de una manera diferente». Aun así, Carrion afirma que la parte más importante de una transformación son las personas, tanto los profesionales sanitarios como los pacientes.
 
Beneficios de la tecnología aplicada a la salud
Planas explica que las tecnologías se han convertido en una «herramienta imprescindible» para la gestión de la salud de las personas que atienden: «Ayudan a la toma de decisiones, permiten las consultas a distancia, facilitan el logro de un continuo asistencial y dotan a la ciudadanía de una herramienta de comunicación más directa con sus profesionales sanitarios de referencia».
 
Para Carrion, otro  de los beneficios de la tecnología en el ámbito sanitario es la cantidad de datos que pueden recoger: «Tratamos datos y tenemos más información, y esto nos permite tomar decisiones más informadas y personalizadas». Así pues, «tenemos una herramienta que une a profesionales y pacientes y que hace que el seguimiento de la enfermedad no se haga solo en unos momentos dados, sino que sea constante a pesar de que el profesional no esté allí presencialmente». «Permite hacer cosas mucho más poblacionales y a la vez más individualizadas», constata.
 
Para la directora del máster, «la salud digital contempla toda la interacción de la tecnología y el mundo de la salud en un sentido amplio, no solo la telemedicina». Ponen al alcance de los ciudadanos las herramientas digitales que les pueden facilitar llevar un control de la salud propia y que se autoresponsabilicen, y permite la promoción de hábitos de vida saludables y el acompañamiento de pacientes crónicos de manera continuada en el control de variables fisiológicas, como la presión arterial o cardíaca, o en el asesoramiento de temas nutricionales o de salud mental
 
Ha crecido el uso de las tecnologías, lo que ha supuesto la necesidad de formarse en este ámbito entre los profesionales del mundo sanitario. Según Albert Martínez Aparisi, profesor colaborador del máster, formarse en este ámbito aporta a los profesionales sanitarios «ayuda para comprender y contextualizar adecuadamente el papel fundamental de los sistemas de información en las organizaciones sanitarias». Para los profesionales de las tecnologías de la información, como Martínez Aparisi, el beneficio que aporta esta formación radica en «la oportunidad de comprender cómo las tecnologías de la información están transformando, incluso disruptivamente, la asistencia sanitaria y los sistemas de salud», explica.
 
Carrion dice que en el plan de estudios de los diferentes grados sanitarios no se incluye una formación significativa en este ámbito. «Seguramente llegará un momento en que esto ocurrirá», añade, «pero hasta hace poco aún se detectaba resistencia al cambio, y son las personas tequi [tecnológicas] las que van por delante». En este contexto, el máster oficial de Salud Digital (E-health) de la UOC tiene «toda la razón de ser», remarca.
 
Para Carrion, hay dos causas que han provocado el crecimiento de casi un 80 % de la matriculación este curso: el aprendizaje en línea y la salud digital. Por un lado, observamos el momento de crecimiento que vive la formación en línea, que hace que muchas personas elijan una universidad reconocida y con 25 años de experiencia en aprendizaje en línea, como es la UOC. Y por el otro, está el aumento del uso de la tecnología aplicada a la salud debido a la pandemia. 
 
En este sentido, la UOC tiene entre sus líneas estratégicas de investigación la salud digital y por ese motivo creó en 2017 el primer centro académico de salud digital del sur de Europa, el eHealth Center, que investiga y aporta reflexión con voluntad de transformar los sistemas asistenciales para hacer frente a los retos de salud del futuro.
 
Perfil del estudiantado de Salud Digital
El perfil medio del estudiantado del máster universitario de Salud Digital (E-health) de la UOC, es mayoritariamente el de una mujer de más de 40 años. En cuanto a la formación previa, un 60 % ha cursado Enfermería, un 30 % Medicina y un 10 % proviene de otros estudios del ámbito sanitario, como Farmacia, Fisioterapia o Psicología.