En tiempos de virtualidad y portabilidad, las aplicaciones de aprendizaje de lenguas viven un bum que no ha parado de crecer. La app más popular de todas, Duolingo, ya supera los ochenta millones de usuarios activos cada mes. Los precios asequibles, la posibilidad de aprender desde cualquier lugar en un horario flexible, la comodidad y la experiencia lúdica que ofrecen son algunas de las causas de su expansión
Por motivos laborales, para comunicarnos con la familia de una pareja extranjera o para hacernos entender en algún viaje durante las vacaciones. Las razones para aprender nuevos idiomas son variadas y también lo son las formas de conseguirlo. Entre los métodos preferidos por muchos encontramos el aprendizaje a través de aplicaciones móviles como Duolingo o Babbel, entre otras muchas. Creadas hace unos años, todavía siguen sumando mayores volúmenes de descargas mes a mes, y tienen millones de usuarios en todo el mundo que practican sus ejercicios diariamente. Sin embargo, la gran pregunta es si estas apps de moda sirven verdaderamente para aprender una lengua, o si son un complemento al aprendizaje que no permite abandonar por completo la enseñanza tradicional.