Vanidad fatua que anuncia
por Herbert Mujica Rojas
Ha dicho el presidente García Pérez que gustaría repetir el plato el 2016. Da por sentado que es una locomotora-pirámide que se ríe del tiempo. Y que gozará, en el lustro 2011 hasta la fecha del supuesto menú reiterativo, de preferencias, animára movimientos, alianzas, conchabos de toda laya. En buena cuenta el Perú no gira si no es en ligazón dependiente de tan ilustre señor. Se sabía que el mandatario era megalómano pero acaba de confesarlo con estridente desparpajo e incontinencia.
¿Muévese una nación de 28 millones de habitantes alrededor o en compás coordinado de las voliciones de un hombre de las categorías del político, estadista, escritor e intelectual, García Pérez? No sé si otros, pero particularmente, tengo muy serias dudas que así sea.
Los países tienen derecho a pensar colectivamente de acuerdo al desarrollo de sus sociedades que expresan su opinión cuando son convocadas. Los pueblos votan en las urnas y también botan con los pies marchando por las calles enhebrando protestas, empujando movimientos de liberación y aniquilando a las lumbreras autonombradas cuyos efímeros reinos se edifican sobre montones de cadáveres y crímenes contra la historia. Los hombres símbolo, al margen de sus condiciones personales, deben poseer una moral intachable. Requieren ser paradigmas de vidas en las que no caben los estigmas de la traición, el robo, la estafa, la coerción, la monra o la vanidad fatua que anuncia candidaturas para dentro de 5 ó más años.
El próximo gobierno, no éste, tendrá que asumir la difícil carga de ganar o perder el contencioso que por delimitación marítima se ha planteado a Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Sólo aquello es un motivo nacional, pórtico que no todos entienden hacia la gran respuesta que jamás tuvo el Perú ocasión de obtener desde 1879. Cierto es que rábulas que se creen la reencarnación de Piérola tienden a obviar, por ignorancia y torpeza, las admoniciones severas que la historia otorga siempre para no repetir servilmente los yerros. ¿A quién se le puede ocurrir, en su sano juicio, que es más importante que esto?
Más aún. La custodia del patrimonio nacional, gas o agua, soberanía territorial y marítima, es parte de un tema inabdicable. Es herramienta de negociación y de dignidad militante. Para quien dijo alguna vez, en el paroxismo de su pusilanimidad, que no había que incordiar a los del sur porque podían “molestarse”, nada de esto tiene mayor connotación. Y demostraciones de esta clase de bajezas hay muchísimas.
Se entiende ahora por su confesión cómo es que Alan García hizo cuanto le fue posible para destruir lo que antaño fue la esperanza revolucionaria de un vasto sector del pueblo peruano: el Apra. De lo que antes constituyó entrega y sacrificio, trocó en negocio y réditos pagados desde las cumbres efímeras de gobiernos en los cuales la corrupción campeó y sigue gobernando desde las canteras del dólar o del euro y en las corrientes del soborno o la compra de funcionarios a todo nivel.
Escribí años atrás, el 29-12-2002 en un artículo cuyo título: Alan nunca será Víctor Raúl, algunos conceptos que repito sin tacha ni enmienda:
En la larguísima como complaciente entrevista que le hacen en Correo dos colegas, al señor García Pérez, encuentro una referencia que pretende parangonar a éste con Haya de la Torre. Que se sepa Víctor Raúl comulgó siempre con la honestidad material, intelectual y espiritual, murió en casa fraterna pero ajena y nunca pudo endilgársele dineros mal habidos o controvertidos. Su mandato, casi siempre desde las plazas y las multitudes, fue un recado del corazón del pueblo, sin prescripciones hechizas ni mangoneos como viene ocurriendo desde hace algunos lustros……
¿El Perú depende de la opinión o acción de García Pérez? El es importante en la medida en que no provoque inquietudes en el perverso diseño que atenaza al Perú en un mundo globalizado. Siempre y cuando esto se mantenga, es decir conserve, AGP tiene una chance, aún no muy clara, de volver a Palacio. Pero el camino a Palacio se compra con oro o se conquista con fusiles. Deviene obvio que los que tienen dólares y oro saben hacia adonde apunta la "paz social" sin revueltas y con "estabilidad jurídica". Así, las Camisea, Lima Airport Partners, Mataranis, Yanacochas, Manhattans, las tierras en la Selva, el Alto Chicama, seguirán siendo lo que son: filones riquísimos para que otros se la lleven fácil. El silencio conveniente del señor García en estos temas como en muchos otros es abominable.
¿Es posible imaginar otra naturaleza de acción que la puramente electoral —y señaladamente personal— en Alan García? ¡De ninguna manera! La estrategia del señor García apunta a un asunto en singular: la presidencia y nada más. ¿El pueblo?: un buen pretexto; ¿el partido?: el vehículo por excelencia. He allí una tragedia para un partido que alguna vez fue la esperanza revolucionaria de un vastísimo sector del pueblo peruano, ha trocado tan sólo en una herramienta de las pasiones del señor García Pérez.
Por tanto, la diferencia entre Haya de la Torre y García es monumental. Víctor Raúl —como humano que era— pudo haber cometido yerros —y acaso muy torpes— pero su anhelo libertario y humanista fue hasta emulado en el exterior por movimientos políticos que se hicieron a su imagen y semejanza. Nadie, en su más extremado delirio de generosidad, imaginaría partidos políticos que imitasen la dinámica alanista de nuestros días. Mientras que el viejo león trujillano dio su vida por el pueblo, deponiendo ambiciones personales durante cinco décadas, AGP tiene anhelos puntuales.
Otra cosa es que el discurso logre el trueque de confundir las aspiraciones.”
Que otros callen por razones de salario y complicidad es asunto de ellos y su carencia de moral.
Ha sido el propio García Pérez quien ha confesado lo que se sabía desde mucho tiempo atrás. El mejor testimonio de cómo las vanidades fatuas testimonian secretos a voz en cuello.
Lea www.voltairenet.org/es
hcmujica.blogspot.com
Skype: hmujica
http://www.voltairenet.org/article166739.html
Los países tienen derecho a pensar colectivamente de acuerdo al desarrollo de sus sociedades que expresan su opinión cuando son convocadas. Los pueblos votan en las urnas y también botan con los pies marchando por las calles enhebrando protestas, empujando movimientos de liberación y aniquilando a las lumbreras autonombradas cuyos efímeros reinos se edifican sobre montones de cadáveres y crímenes contra la historia. Los hombres símbolo, al margen de sus condiciones personales, deben poseer una moral intachable. Requieren ser paradigmas de vidas en las que no caben los estigmas de la traición, el robo, la estafa, la coerción, la monra o la vanidad fatua que anuncia candidaturas para dentro de 5 ó más años.
El próximo gobierno, no éste, tendrá que asumir la difícil carga de ganar o perder el contencioso que por delimitación marítima se ha planteado a Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Sólo aquello es un motivo nacional, pórtico que no todos entienden hacia la gran respuesta que jamás tuvo el Perú ocasión de obtener desde 1879. Cierto es que rábulas que se creen la reencarnación de Piérola tienden a obviar, por ignorancia y torpeza, las admoniciones severas que la historia otorga siempre para no repetir servilmente los yerros. ¿A quién se le puede ocurrir, en su sano juicio, que es más importante que esto?
Más aún. La custodia del patrimonio nacional, gas o agua, soberanía territorial y marítima, es parte de un tema inabdicable. Es herramienta de negociación y de dignidad militante. Para quien dijo alguna vez, en el paroxismo de su pusilanimidad, que no había que incordiar a los del sur porque podían “molestarse”, nada de esto tiene mayor connotación. Y demostraciones de esta clase de bajezas hay muchísimas.
Se entiende ahora por su confesión cómo es que Alan García hizo cuanto le fue posible para destruir lo que antaño fue la esperanza revolucionaria de un vasto sector del pueblo peruano: el Apra. De lo que antes constituyó entrega y sacrificio, trocó en negocio y réditos pagados desde las cumbres efímeras de gobiernos en los cuales la corrupción campeó y sigue gobernando desde las canteras del dólar o del euro y en las corrientes del soborno o la compra de funcionarios a todo nivel.
Escribí años atrás, el 29-12-2002 en un artículo cuyo título: Alan nunca será Víctor Raúl, algunos conceptos que repito sin tacha ni enmienda:
En la larguísima como complaciente entrevista que le hacen en Correo dos colegas, al señor García Pérez, encuentro una referencia que pretende parangonar a éste con Haya de la Torre. Que se sepa Víctor Raúl comulgó siempre con la honestidad material, intelectual y espiritual, murió en casa fraterna pero ajena y nunca pudo endilgársele dineros mal habidos o controvertidos. Su mandato, casi siempre desde las plazas y las multitudes, fue un recado del corazón del pueblo, sin prescripciones hechizas ni mangoneos como viene ocurriendo desde hace algunos lustros……
¿El Perú depende de la opinión o acción de García Pérez? El es importante en la medida en que no provoque inquietudes en el perverso diseño que atenaza al Perú en un mundo globalizado. Siempre y cuando esto se mantenga, es decir conserve, AGP tiene una chance, aún no muy clara, de volver a Palacio. Pero el camino a Palacio se compra con oro o se conquista con fusiles. Deviene obvio que los que tienen dólares y oro saben hacia adonde apunta la "paz social" sin revueltas y con "estabilidad jurídica". Así, las Camisea, Lima Airport Partners, Mataranis, Yanacochas, Manhattans, las tierras en la Selva, el Alto Chicama, seguirán siendo lo que son: filones riquísimos para que otros se la lleven fácil. El silencio conveniente del señor García en estos temas como en muchos otros es abominable.
¿Es posible imaginar otra naturaleza de acción que la puramente electoral —y señaladamente personal— en Alan García? ¡De ninguna manera! La estrategia del señor García apunta a un asunto en singular: la presidencia y nada más. ¿El pueblo?: un buen pretexto; ¿el partido?: el vehículo por excelencia. He allí una tragedia para un partido que alguna vez fue la esperanza revolucionaria de un vastísimo sector del pueblo peruano, ha trocado tan sólo en una herramienta de las pasiones del señor García Pérez.
Por tanto, la diferencia entre Haya de la Torre y García es monumental. Víctor Raúl —como humano que era— pudo haber cometido yerros —y acaso muy torpes— pero su anhelo libertario y humanista fue hasta emulado en el exterior por movimientos políticos que se hicieron a su imagen y semejanza. Nadie, en su más extremado delirio de generosidad, imaginaría partidos políticos que imitasen la dinámica alanista de nuestros días. Mientras que el viejo león trujillano dio su vida por el pueblo, deponiendo ambiciones personales durante cinco décadas, AGP tiene anhelos puntuales.
Otra cosa es que el discurso logre el trueque de confundir las aspiraciones.”
Que otros callen por razones de salario y complicidad es asunto de ellos y su carencia de moral.
Ha sido el propio García Pérez quien ha confesado lo que se sabía desde mucho tiempo atrás. El mejor testimonio de cómo las vanidades fatuas testimonian secretos a voz en cuello.
Lea www.voltairenet.org/es
hcmujica.blogspot.com
Skype: hmujica
http://www.voltairenet.org/article166739.html