Por Jans Erik Cavero Cárdenas
Los Congresistas José León y José Urquizo están enfrentados. ¿El motivo? La competencia parlamentaria en Seguridad Ciudadana. León, Presidente de la Comisión Especial Multipartidaria de Seguridad Ciudadana, defiende los fueros de su comisión para abordar la agenda parlamentaria en dicho sector; Urquizo, Presidente de la Comisión de Defensa, propone la desactivación de la comisión León, acaso con el acuerdo de su grupo de trabajo, para avocarse al tema materia de conflicto.
Se trata de un atípico conflicto de competencias en sede parlamentaria para dedicarse a un tema bastante sensible como es el de la seguridad ciudadana. Recordemos: La Comisión Especial Multipartidaria de Seguridad Ciudadana fue impulsada a raíz del criminal atentado contra la hija del Congresista Renzo Reggiardo a manos de la delincuencia común. Casualmente, Reggiardo fue su primer presidente durante la legislatura anterior. Hoy la posta la tiene el Congresista José León.
Urquizo, algo soberbio, reclama esta temática para su comisión dado que existe un subgrupo de trabajo que podría encargarse de estudiar políticas en seguridad ciudadana. Más allá de la discusión sobre la funcionalidad o no de la comisión León, o sobre la necesidad de su existencia en el interior del Parlamento, no creo que la comisión presidida por Urquizo tenga autoridad para avocarse a la seguridad ciudadana.
La Comisión de Defensa tiene un ámbito de actuación amplia y compleja. En su seno se discuten y abordan temas como la defensa nacional, orden interno, narcotráfico, terrorismo. No me parece prudente que a este abanico de responsabilidades se le agregue un tema adicional, también complejo, como la seguridad ciudadana. Basta de exceso de protagonismo y figuretismo exacerbado. Es hora de que la Comisión de Defensa trabaje eficientemente para facilitarle al Gobierno políticas que contribuyan a erradicar los flagelos del narcotráfico y Sendero Luminoso.
La Comisión de Defensa, bajo la presidencia de Urquizo, me genera dudas y suma preocupación sobre su real funcionalidad. Urquizo es cooperativista, y más allá de su afición por la inteligencia, dudo de que pueda responder a las exigencias que demandan políticas antinarcóticas, antiterroristas, defensa nacional y orden interno. Como Ministro de Defensa, es mi opinión, Urquizo fue un fracaso evidente; como ex Presidente de la Comisión de Inteligencia del Congreso también fracasó; como Ministro de la Producción tiene en su haber el conflicto por la pesca de la Merluza en el que perecieron 2 peruanos sin que hasta hoy exista responsabilidad política.
La Comisión de Defensa acaba de celebrar en el VRAEM (Pichari – Cusco) una audiencia descentralizada. De los 18 miembros titulares y 14 accesitarios, asistieron 4 congresistas, según reporta el Diario Regional La Calle. El Titular de la Comisión debería informar qué parlamentarios, además de los Congresistas Luz Salgado, Carmen Omonte y Jhony Cárdenas, estuvieron presentes en la audiencia. La poca concurrencia congresal demostraría no sólo falta de voluntad para atender al VRAEM, sino la incompetencia de Urquizo para convocar y persuadir a los legisladores para que conozcan la realidad social del valle.
Parece que al flamante asesor de la Comisión de Defensa, José Romero Oscco (el otro Pepe), ex asesor de despacho de Urquizo, a quién el Semanario “Hildebrant en sus Trece” le dedicó un reportaje sobre un presunto complot contra el Gobierno Regional de Ayacucho, le queda grande asesorar a una comisión estratégica del Parlamento. En todo caso, tiene 9 meses para demostrar sus aptitudes, por si antes Urquizo no le encarga otros trabajos.
Ahora bien, ¿Por qué a Urquizo le interesa el tema de seguridad ciudadana, al margen de que sea una decisión colectiva de la Comisión de Defensa? Porque la lucha frontal contra la delincuencia y el pandillaje, lacras que cobra tantas víctimas en las calles, otorga importantes réditos políticos. La competencia sectorial de Seguridad Ciudadana recae en los Gobiernos Regionales y en las municipalidades. Para un político en campaña, o para quien requiere notoriedad pública, trabajar coordinadamente con los gobiernos subnacionales resulta sumamente trascendente. Sostengo la hipótesis de que un ego descomunal y un afán de protagonismo ostenta el nacionalista que fue Vicepresidente de Omar Quezada.
Presumo que Urquizo suele adelantarse a los acontecimientos, y por eso creo que ya está en campaña electoral 2014, pretendiendo que uno de sus allegados tome la rienda del Gobierno Regional de Ayacucho, y porqué no de varios municipios. Ganar espacios de representación le daría cierto control en las administraciones públicas. No es casual que sus viajes de representación se circunscriban, entre otras cosas, a actividades con gobernadores y alcaldes distritales.
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