El Perú es en América Latina el país más |
Por Alfredo Palacios Dongo
El pasado día 14 el canciller peruano, Rafael Roncagliolo, inauguró en Lima la “Séptima Asamblea del Movimiento Mundial de la Democracia”. Este evento congregó a cientos de activistas sociales y personalidades de más de 118 países, entre ellos, la Premio Nobel de la Paz 2011, Tawakkol Karman. Ante tal auditórium, nuestro canciller, que representa el Estado en el ámbito internacional y debe proyectar adecuadamente la imagen del país y sus intereses nacionales, resaltó que el Perú “es uno de los países más desiguales de la región”, y que las oportunidades para los peruanos no son las mismas. Esta opinión del canciller ha sido inconveniente y adversa por el lugar y ocasión donde fue expuesta, sin embargo, por su importancia y trascendencia este asunto debería ser seriamente analizado y debatido en el país.
Según un último estudio de febrero pasado del Banco Mundial (BM) y el Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade), en las dos últimas décadas la pobreza se redujo en el Perú en 20 puntos, pero las brechas sociales solo en 2, es decir, hay menos pobres pero los niveles de desigualdad persisten. Esta desigualdad de oportunidades es injusta porque no depende del esfuerzo o talento de cada peruano, sino que se fundamenta en los servicios y bienes básicos que deben recibir, independientemente de factores como raza, género, ingresos económicos o lugar donde viven.
Según el director de Equidad y Reducción de la Pobreza del BM, Jaime Saavedra, “es una discriminación sistemática que viene de largo tiempo, que a algunos les parece normal”. En el Índice de Oportunidades Humanas (IOH) que mide la cobertura de herramientas básicas y equidad de oportunidades, entre los 18 países de América Latina, el Perú es más desigual. Según mediciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en base al coeficiente de Gini, con 0.7 nos acercamos a la perfecta desigualdad (1.0); el decil más pobre con un gasto promedio por persona de S/.100 mensuales, es 13 veces menor comparado con el más rico de S/.1,300.
Bajo este panorama el desafío principal del gobierno no debe ser solo el de crecer económicamente, sino además de distribuir adecuadamente —especialmente en el ámbito rural—, es decir, tener políticas sociales, económicas y de gestión que favorezcan en oportunidades, que erradiquen las brechas de desigualdad y que generen un mejor nivel de bienestar y calidad de vida, con acceso a servicios de agua, salud, educación, nutrición y empleo digno para todos los peruanos.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 20 de octubre de 2012