fujirata 1Por  Guillermo  Olivera  Díaz*

Se quedarían turulatos, de una sola acerada pieza, si hacen el amago de inventariar los achaques que cuenta soportar el que se autodenomina “chino” siendo japonés, en su manuscrito (4) que nos llega por el más atento conducto: RPP. Vayamos con prisa al grano.

Acusa,  una “mordaza en la boca”, ergo, desea ser un preso no amordazado, pero no dice si es por la lengua con carcinoma, que aún  la tiene casi toda en su lugar, bien puesta,  u otra penitenciaria que la siente impuesta. Parece que está muy dolido, casi quejoso porque no le permiten hablar por radio, dar entrevistas, arengas, a través de su entrañable Raúl Vargas, como cuando era presidente omnímodo en los 90. ¡Está desesperado este pobre recluso por hacer dizque  política!

Lo atormenta la “incertidumbre…de la Junta Médica”, la cual desea que la integren los médicos que él ha sugerido, o sea, pretende un tribunal hipocrático con los que él ha pagado cuando lo trataron médicamente o lo intervinieron en clínica particular. A la Junta oficial, estando frente a él, la rechazó el 19-11-2012; pidió que se sumen los galenos de su antojo y como aún no tiene respuesta, ni como regalo de navidad,  la incertidumbre lo lacera, casi lo mata y le añade un “toque adicional de dureza”. ¡Insensatos, no sean tan duros con él!

Sin embargo, lo más lamentable que siente: “un objetivo malvado contra él”.¿Cuáles son las profundas razones que preñan su cabecita y que demuestran ese objetivo malvado? He aquí su respuesta: “están cambiando a todo el personal de seguridad”,que antes, dice, “veía”. ¿Solamente veía, percibía y no controlaba sin pizca de coima? Están cambiando, se conduele,  “desde el Director”, a quien lo considera de seguridad (sic), “hasta los agentes penitenciarios”. ¿Cómo cuántos cuidan  un solo preso dorado?

Con semejantes movidas de personal, que han escapado de su control, cree que quieren, los que deciden  los cambios, “que se sienta más solo”. Los de antes, entonces, sociabilizaban con él, eran sus contertulios, acompañaban su soledad, si acaso no estaba presente la asidua visitante congresista, Cordero Jon Tay, lo encubrían y hasta jugaban con cartas el solitario.

Cierra Fujimori su inexplicable “confusión”, sin confusión genuina, con una torpe, fingida  e  incisiva interrogante: “¿por qué tanto ensañamiento?” contra él, si el Perú vive un melifluo tiempo navideño de “humanidad  y solidaridad”, navidad que no lograron tener ni disfrutar las 15 personas asesinadas, con real saña y alevosía, incluido un niño de 9 años, en Barios Altos,  el 3-11-1991, por obra y gracia de las metralletas del grupo Colina, a cuyos  malvados integrantes no solo felicitó, por escrito, y remuneró con creces, sino que recomendó su ascenso y, finalmente, los perdonó mediante  dos leyes de amnistía que a toda velocidad promulgó, que venturosamente la justicia internacional las dejó sin efecto.

No advierte el “confuso” reo Fujimori que pasará otra navidad con vida, y quizá muchas más recluido y visitado por su congresista. ¡La misma navidad que no llegaron a disfrutar sus innúmeras víctimas, a quienes no pide perdón este sí malvado, encallecido y rematado preso, siquiera por fax o email,  desde su aposento dorado: DIROES!

Lima, 22  de  diciembre del  2012

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