jose maria arguedasPor Alejadro Sánchez-Aizcorbe y Marcela Valencia Tsuchiya

A José María Arguedas, que supo sentir y prever

En Science del 15 de marzo de 2013, (p.1274), Jorge A. Huete-Pérez, científico que trabaja en el Centro de Biología Molecular de Managua (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.), sostiene lo siguiente: “A pesar de que incrementó su participación de 1 a 4% en los últimos 30 años, América Latina sigue siendo una pequeña jugadora a escala mundial, ranqueada por debajo de Europa, Asia, Norteamérica y el Medio Oriente. En América Latina, el crecimiento científico está muy lejos de ser uniforme”, sostiene Huete-Pérez. “Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia combinados contribuyeron con el 95% de todas las publicaciones científicas de la región. Los demás países de América Latina están muy atrasados en relación al resto del mundo.”

Esto es muy grave para el Perú, pues dependemos de estudios científicos que cuentan con una participación pequeñísima o nula de científicos nativos. Una nación de ignorantes no puede manejar su destino, porque sencillamente no sabe lo que está pasando en su propio entorno. Una nación de ignorantes se convierte en una población de entes subordinados a quienes las sorpresas y las catástrofes cogerán sin confesión. Lo dicho cubre desde el terreno económico hasta la glaciología.

El artículo de Justin Gillis, aparecido el 4 de abril en el New York Times, informa sobre el ensayo científico publicado en Science en línea el mismo 4 de abril por L.G. Thompson (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.) et al sobre la retracción de la capa de hielo del Quelccaya.

A lo largo de los Andes, afirma Gillis, los glaciares se derriten ahora a un ritmo tan veloz que los científicos están profundamente preocupados acerca de la disponibilidad de agua para la gente que vive allí. El agua proveniente del deshielo de los glaciares es una ayuda esencial para que las comunidades andinas sobrevivan a la estación seca.

En el corto plazo, el deshielo está produciendo un incremento de la disponibilidad de agua y alimentando el crecimiento poblacional de las ciudades andinas más grandes, afirma Gillis invocando a los expertos. Pero en tanto que los glaciares sigan derritiéndose, es casi seguro que el problema permanezca pendiente.

Citado por Gillis, Douglas R. Hardy, investigador de la Universidad de Massachussets que trabaja en la región, se pregunta: "¿Cuánto tiempo tenemos antes de que el 50 por ciento de los recursos acuíferos de Lima o La Paz hayan desaparecido?" La llamada de atención de Hardy coincide con la conclusión de Thompson: “La acelerada retracción del Quelccaya y otros campos de hielo tropicales está en relación de consistencia con los modelos de predicción de amplificación vertical de la temperatura en los trópicos, y tiene serias consecuencias para aquellos que viven en estas áreas.”

En tal contexto, no resulta exagerado temer que el crecimiento desmesurado del sector urbano en la sierra y costa peruanas pueda transformarse en una de las burbujas económicas más impresionantes y humanamente más costosas de la historia mundial reciente.


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