ollanta humala venezuelaDeslindes

Por Baldo  Kresalja    

La reunión de UNASUR en Lima y el posterior viaje del Presidente Humala a Caracas para asistir a la ceremonia de asunción al poder de Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela, ha dado lugar a variados comentarios y a la solicitud de un grupo de partidos políticos para  interpelar al Canciller Rafael Roncagliolo. Creo que hay varios deslindes que hacer en esta materia.

En primer termino, si bien el Presidente de la Republica dirige la política exterior y las relaciones internacionales (art. 118.11 de la Constitución) y representa al Estado, dentro y fuera de la Republica (art. 118.2), debe pedir autorización al Congreso para salir del pais ( art. 102.9), pues sino lo hiciera vaca en el cargo, es decir, deja de ser Presidente por mandato de la Constitución y por resolucion del Congreso (art. 113,4).

Esas disposiciones han llevado a decir a los partidarios del gobierno que la autorización del Congreso al pedido del Presidente para ausentarse del país debe ser automática, un mero tramite formal. Esta posición no obedece al mandato constitucional. Los congresistas representan a la nación y a todos los ciudadanos. Si por algún muy importante motivo político consideran que la salida del país del Presidente pone en peligro los intereses  del Perú y que la coyuntura en la que se basa la solicitud de ausencia no es atendible, pues puede  denegar la solicitud y el Presidente deberá quedarse en el país. Por cierto, nada impide que nombre a un miembro del Poder Ejecutivo para que lo represente.

Se afirma para defender la autorización automática,  que el Presidente puede conocer asuntos de gran trascendencia que comparte con el Canciller y no necesariamente con el Congreso, donde hay opositores al gobierno. Sin duda, puede ser cierto.  Quizás por ello en muchos países el Presidente no tiene que pedir autorización para ausentarse durante un tiempo limitado. Pero en el Perú no es así, debe pedir autorización. Defender entonces una posición contraria a un claro mandato constitucional es una practica contraria a la imprescindible busca de consenso que hace superior y viable al régimen democrático. Muestra acaso tambien de ausencia de argumentos convincentes o de facultades argumentativas por parte de los voceros parlamentarios del gobierno.

Lo que carece de prudencia es el pedido de interpelación al Canciller por lo sucedido. La misión principal de este, durante el presente gobierno, es conducirnos a obtener una sentencia favorable en La Haya en la controversia con Chile sobre delimitacion marítima, proceso que esta todavía en curso. Y en esta materia, vinculada a los intereses permanentes del Perú, viene realizando una encomiable labor, que se hace evidente en la composición del equipo que nos viene defendiendo, en el que están presentes diplomáticos de diversas tendencias, y en el permanente intercambio de pareceres que el y  su competente equipo de asesores tienen con miembros destacados de la sociedad civil, las fuerzas armadas y los medios de comunicación. Y, por cierto, en la necesidad de mantener un espíritu de cordialidad y colaboración con todos los países de nuestro entorno, para asegurar el cumplimiento integro y oportuno del fallo de La Haya. Esta circunstancia podría  explicar la necesidad de la reunión de UNASUR en Lima y el viaje del Presidente a Caracas.

En ese contexto esta pues fuera de toda conveniencia desear interpelar ahora a nuestro Canciller Rafael Rocagliolo. Mas bien habría motivo mas que suficiente para censurar a Francisco Tavara, Presidente del Jurado Nacional de Elecciones, por sus desafortunadas declaraciones avalando los procesos electorales en Venezuela.  Ya habrá ocasión para repudiar al régimen chavista, bufo, dictatorial y corrupto,  así como tambien para comentar la conducta de numerosos presidentes sudamericanos, tarambanas y cínicos, que estuvieron unas horas en Lima. Las divergencias de envergadura entre países deben de tratarse en su debida ocasión, cuando lo determine el arte de la política y la sapiencia diplomática. Todos los grupos políticos deberían convenir en ello.

La República, 25.04.2013