aula clasePor Mesías Guevara Amasifuen

A menudo cuando somos niños nos preguntan y nos preguntamos qué seremos cuando seamos grandes. Esta inquietud nos acompaña hasta la adolescencia cuando tenemos que decidir qué vamos estudiar en la Universidad o en el instituto técnico.   

Cuando estamos terminando la universidad nos preguntamos ¿y ahora qué?, algunos de manera intuitiva reflexionamos y escribimos notas de lo que deberíamos hacer, pero otros simplemente se dejan llevar por la improvisación, es decir, por lo que venga.  Muy pocos recibimos orientación y ayuda para  seguir por el camino que nos lleve a lograr el  éxito.

Las personas deben encontrarle un sentido a su existencia, deben saber a dónde quieren ir,  cada persona se plantea sus propios desafíos entre ellos el de crear su propio futuro. Deben tener claro sus objetivos así  como la relación que existe entre ellos y sus recursos y su relación con el entorno que cada día es más cambiante.    

Indudablemente, para que el hombre tenga éxito, debe desarrollar un auténtico compromiso de auto desarrollo y conocimiento de sí mismo, teniendo en cuenta la existencia de diversos factores que pueden ser controlables y no controlables por ellos mismos. Es decir, factores internos y externos.

Miles de jóvenes y personas en general, deambulan por el mundo sin saber qué hacer  o a dónde ir, cayendo en la frustración para luego  ceder a la violencia familiar y social, sacudidos por la pobreza y la desintegración social. Vidas enteras pasan sin dejar huellas. En su  vida está ausente el sentido de futuro, tienen la sensación que sólo existe el presente y como el presente para ellos es malo, caen  irremediablemente en el desánimo y la desesperanza.

Es importante que las personas formulen un plan de vida personal teniendo en cuenta que ellos son parte de una familia y la familia es la base de la nación.

Para no estar considerados en la lista de los perdedores no debemos creer que el factor suerte es el elemento decisivo de lo que nos sucede, debemos ejercer control sobre nuestro destino. Hay que tener en cuenta la Ley de la causalidad: “El que hace el bien, logra el bien; y el que hace el mal, cosecha el mal”.

“Muchos han olvidado que los tres aspectos de su ser son tres energías: Pensamiento, palabra y acción;  las tres juntas producen un resultado = sentimiento o experiencia”.  “También les resulta difícil escuchar a su alma, el alma busca evolucionar, el alma es el más alto sentimiento de amor que podamos imaginar”.

Al preguntar quién es la empresa más importante del mundo, muchos de manera inmediata responden  Microsoft, IBM, SONY, etc. otros emiten una respuesta reflexiva manifestando que la empresa más importante es la familia, los que profundizan su reflexión para responder que por cierto son pocos, responden que la empresa más importante es uno mismo.

Por lo tanto, como la empresa más importante es uno mismo, para que su desarrollo sea eficiente y con la posibilidad de que pueda influir en su futuro, considero que las personas deben:

Analizar su situación en relación al entorno.

Conocer las restricciones a su libertad de acción.

Investigar nuevos campos de actividad.

Buscar su autosatisfacción.

Ser productivos.

 
 

Seamos conscientes que somos dueños de nuestro propio destino, de allí que el desafío es, no ser más de lo mismo.