Por Carlos Javier León Ugarte*
A propósito de la decisión del Concytec de prohibir imágenes religiosas en las oficinas, y espacios de trabajo dentro de sus locaciones y edificios de esta entidad del Estado habría que responder a ciertas aseveraciones que dicha institución contempla en su comunicado y que dista exageradamente de lo que lo dicta la ley, y por supuesto, de lo correcto y ético.
La entidad estatal asegura que:
…al ser “un espacio público, tiene que ser neutral y abierto a todos los peruanos, “sin distinción de credo, origen étnico, género, idioma, origen social y opinión”.
Sin ser muy acucioso en la concepción legal, la interpretación de un espacio público neutral sin distinción de credo es derivado a la libertad de manifestación, expresión y distinción de una fe profesada sin vulnerar la de otro similar, o en su defecto para este caso, el de manifestarla con la literatura, doctrina, e imágenes que ubique entre sus pertenencias cerca o al lado de su espacio de trabajo.
Prohibirlas, tal como ha dictaminado la directora de esta institución, estaría contradiciendo la neutralidad que profesa en su comunicado. Además de vulnerar los derechos a la libertad de credo en la que estamos inmersos desde que se proclamó al Perú como país laico en nuestra Constitución de la República.
Otra cosa sería que en horas de trabajo se promocione, se inste, se organicen reuniones o se haga proselitismo de alguna fe religiosa en particular, en desmedro de la fe de otras personas de alrededor.
Lo mismo pasaría si aprovechándose de su jerarquía laboral superior a la de un trabajador en común, se obligue, coaccione, o amenace con alguna sanción si es que no profesa o colabora con este tipo de proselitismo.
Otra cosa que llama la atención del comunicado es que se asevera que “La verdadera libertad de culto promovida por el Estado pasa por respetar todas las confesiones por igual”
El respeto pasa por la concepción humanista de no atentar contra los ideales, creencias, y sentimientos inherentes, naturales, únicos, y propios; que mantenemos cada ser individual adherido a nuestra fe, individualmente de los que otros sientan o crean.
Poner en el frontis de Concytec o cualquier estamento público, un símbolo, imagen o cualquier valor religioso si estaría vulnerando los derechos al credo de sus miembros y colaboradores. Que cada uno de ellos, de manera individual, lo lleve consigo o lo ubique en su espacio de trabajo es todo lo contrario, es libertad de pensamiento.
Finalmente decir alegremente que la ciencia no contempla el sentir espiritual y religioso es absurdo e invasivamente ignoto, pues toda manifestación científica se basa en el hecho de descubrir, investigar y comprobar para poder creer. La fe religiosa, la espiritualidad que ella atrae, el testimonio que uno recibe al encontrase en un sinnúmero de manifestaciones en su evolutivo desarrollo de experiencias diarias hace que científicamente se pruebe la existencia o no de Dios. Cada ser individual hará reconocimiento de ello. Restringir la fe de cada uno es restringir el camino científico hacia la comprobación y por ende, del camino a la verdad.
Una cosa más para la directora de Concytec, los enormes cuadros del presidente Ollanta Humala, ubicados en su institución y en todos los estamentos públicos de este Gobierno, si son un claro ejemplo de vulnerabilidad de derechos políticos y libertades de pensamiento que se imponen a la fuerza, frente a nuestros ojos cada día, y que por una sana convivencia deben reducirse a pequeños cuadros en su escritorio de trabajo, para así solamente se le rinda solemnidad, los que sin duda lo admiren y le rindan pleitesía por un gozo efímero y temporal en esta tierra.
http://lamula.pe/2013/05/02/la-errada-decision-de-concytec/xixo
* Periodista