burro lenguaPor Herbert Mujica Rojas

No hay nada que hacer, el sentimiento cristiano y navideño ha invadido todos los ámbitos del proceso de ascensos diplomáticos en Cancillería. Así, funcionarios con bajas calificaciones y por tanto en la cola de los 94 postulantes a embajadoresy 43 a ministros, resultaron subiendo, no se sabe con qué clase de padrinazgo o porque por estas fechas también hay milagros.

Veamos, uno de los posiblemente ascendidos a embajador, Benjamín Chimoy, es compañero de promoción del canciller Gutiérrez y del vicecanciller de la Puente. Igual ocurre entre los mentados a ministros donde Juan Prieto Sedó, también compañero de promoción de ambos fue levantado con grúa hidráulica para poder alcanzar el puesto 11, dejando de lado a otros profesionales de mayor formación y preparación. A nadie podría ocurrírsele que las cuitas de juventud primaron en este proceso, sin embargo, las casualidades suelen ser así de caprichosas y llaman a impresiones ficticias. ¿O no?

Chimoy, amigo muy amigo de diplomáticos influyentes y cuyo porcentaje en las dos primeras notas le daba 5.86 frente al 6.45 del sexto de la lista de aptos, con lo que no alcanzaba vacante. Tenía el puesto 42. Su Nota académica es de 4.30 frente a la de 7.80 que tiene el sexto de los de mayor calificación. ¿Y qué conejo sacaron del sombrero?: pues la solución fue bajar la nota del resto, para auparlo al segundo puesto de la propuesta de ascensos. Siempre será más fácil fulminar candidatos de entre los últimos de la propuesta que de los primeros. También incluyeron a otros dos funcionarios que saltaron de los puestos 41 y 32 (Schialer e Higueras, respectivamente). Intensos rumores en corrillos musitan que la ampliación a siete vacantes tendría nombre propio, el de un funcionario que tan solo alcanzó el puesto 38 luego de las dos primeras calificaciones (rendimiento, gestión y académica) y tenía el puesto 44 en el escalafón. ¿Con qué consciencia trabaja esta gente?

El operador efectivo de este entuerto sería un embajador que asesora directamente a un ministro locuaz, vocinglero y de botas indiscutibles. El consomé habría ocurrido en Palacio, saltando a la Comisión e incluso al propio Canciller, por un embajador miembro de la Comisión y elegido porla Asociación de Funcionarios Diplomáticos. Tal parece que este caballero es muy amigo de las confusiones, embrollos y desaguisados poco útiles en la vida diplomática. No ha mucho que le dio calabazas al embajador de un importante país miembro de la Comunidad Europea porque deshizo, anuló o desconvocó la cita con el titular de la cartera del Interior a pesar de haberla concertado en inglés y castellano tal como rezan los emails, claros y puntuales.

Números fríos

En cuadros provenientes de Cancillería y que circulan profusamente por Internet, se da cuenta que entre los embajadores fueron colocados, entre otros, Benjamín Chimoy que tenía el puesto 23, Ignacio Higueras el 68, Ana Rosa Valdivieso el 77, Elmer Schialer el 57, Julio Cárdenas el 10 y Augusto Freyre el 1.

Para ministros Luis Tsuboyama el 35, Paul Duclós el 37, Gustavo Figueroa el 27, Alberto Gonzáles el 19, Ezio Valfré el 9, Gino Arciniega el 38, Eduardo Pérez del Solar el 14, Jaime Sparks el 30, José Luis Gonzáles el 40, Luis Chang el 15, Juan Antonio Prieto el 4 y Gladys García el 11), habrían sido colocados a la vanguardia ficticia y serían los próximos condecorados con la natural alegría que dejaron de ser secretarios o consejeros para ascender a ministros o ministros para embajadores. En cualquier caso, ¿cómo podrá explicar el canciller este arte de birlibirloque pascual que desoye las matemáticas, hace tabla rasa de las buenas trayectorias profesionales y juega con los abstractos calificativos del "concepto" o monsergas por el estilo?

Entonces, ¿la nota de concepto, está por encima de Rendimiento y Gestión y de Perfeccionamiento académico y profesional? Yo puedo tener el mejor concepto de alguien sin perjuicio que su calificación como funcionario del Estado sea pésima y de muy mal augurio en cualquier dependencia. Claro que eso ¡no interesa! porque el refrán reza: el que tenga padrino, que se bautice.

Lo cierto es que en Torre Tagle, como suele acontecer desde hace largos años, para ser más precisos, cada vez que hay procesos para ascensos y meten las manos y las patas, las taifas políticas, ajenas a la meritocracia, a la institucionalidad y a la honorabilidad que requiere una carrera como la diplomática para los intereses geopolíticos y defensa del Perú, ocurre un desmadre que ya ocasionó protestas y de las más enconadas y fieras. No se puede estar ajeno a ello pues se supone que el servicio diplomático debe ser una buena inversión del Estado. Y que ¡además! pagan los contribuyentes con sus impuestos.

El derecho al buen nombre, al prestigio ganado en los años consecutivos devotamente entregados al Perú, la inteligencia puesta con honradez para lustre de la Patria, no puede ser abdicada por quienes consideran que este proceso tiene nombre y candidatos escogidos y que, evidentemente, luego de tantas trampas, no merecen ¡ni siquiera! un pupitre a cargo del más modesto cargo en el ministerio de Relaciones Exteriores.  

Seguiremos informando. Veamos qué ocurre mañana sábado o, mejor dicho, el fin de semana, en Cancillería. Dicen que las mejores cocinas no siempre terminan dando el mejor plato. Estamos avisados.

Señal de Alerta, 12.12.2014
http://www.voltairenet.org/article186185.html?var_mode=recalcul

 

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