Por Guillermo Olivera Díaz
El ambiente jurídico, y también el que no lo es, anda cargado de suspicacias con densos nubarrones, en torno a lo que por fin resolverá el Tribunal Constitucional sobre la prisión preventiva que recae contra Ollanta Humala y Nadine Heredia.
Se vocea que anulará, con sutil subterfugio, la resolución que ordena dicha aborrecida prisión cautelar y, en consecuencia, los esposos citados saldrán en libertad, para que estén libres como otros corruptos.
El 5 de abril que pasó debió ser el enigmático fallo, pero se postergó para pronunciarlo el 10 que viene, si es que de nuevo no surgen situaciones de entresijos, de último momento, muy común y familiar entre seres humanos terrícolas. ¿Y los selenitas y venusinos?
De anularse tal carcelería, es porque dizque el TC cree que no se ha respetado el DEBIDO PROCESO -que es un útil cajón de sastre donde cualquiera pesca una fina tirilla- o porque lo resuelto por 9 jueces ordinarios -uno, de primera instancia; dos, de nivel superior; y, cinco, de la Corte Suprema- no fue motivado con SUFICIENCIA, en cuyo supuesto jurídico cuál era el nivel "suficiente" está la tramoya.
¿Ingresará el TC, en forma absolutamente incompetente, a ventilar de modo mental asuntos de justicia ordinaria, como es escudriñar en torno a los elementos del delito instruido, la gravedad o no de elementos de convicción, la prognosis de pena y si hubo peligro de fuga u obstaculización de la actividad probatoria, engarzándolos con el variopinto debido proceso y la motivación insuficiente que se prestan para dobleces?
Este 10 de abril lo sabremos. Recordemos, sin embargo, que Lula de Silva, hoy condenado en última instancia, en Brasil, por la corrupción que cumplió como mandatario carioca, fue quien ordenó se le entregaran los negados 3 millones de dólares a Ollanta y Nadine, acción que Odebrecht hizo suya y la hizo cumplir a Jorge Simoes Barata.
¡Apresar a unos y no a los otros -gordos, reílones y huidizos- es lo que reprueba la opinión pública, entre la que milito y seguiré haciéndolo como simple soldado desde siempre!
Con la liberación de los Humala, se alejaría definitivamente, en carambola siniestra, la prisión preventiva tanto para Keiko Fujimori como para Alan García. Un pacto de corrupción en las alturas.
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07.04.2018
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